
Mujer y Educación son dos palabras muy unidas. A estas dos, hay que sumar otra, a partir de ahora: liderazgo. Ana María Farré Gaudier es la responsable de pasar de un binomio a un trinomio. Lo demuestra con su trabajo “Mujeres líderes en la educación del S.XXI“, que publica Editorial Sargantana-Brief, un proyecto personal que es toda una inspiración. Al margen de esta iniciativa Ana María Farré es la directora del Campus Ibercaja de Desarrollo Empresarial de Fundación ibercaja, situado en Zaragoza, y trabaja para impulsar el liderazgo femenino. Actualmente pertenece a varias asociaciones de promoción de la mujer en España y África y recientemente ha publicado.
¿Cómo surgió la idea de escribir este libro?
Mi vida personal y profesional siempre ha estado vinculada al mundo de la educación. Esto me ha permitido estar en primera línea, viviendo muy de cerca toda la transformación que está experimentando el sector en estos últimos años.
El siglo XXI es, sin duda, una época de cambio, resultado de importantes avances científicos como el desarrollo de la neurociencia, la inteligencia artificial y la revolución digital. Nace una nueva generación a la que la comunidad educativa debe dar respuesta, siendo capaces de crear un entorno educativo apropiado a la velocidad del cambio. España se produce una verdadera «primavera» en el ámbito de la innovación educativa.
Y a la par entre las grandes revoluciones de este siglo, asistimos a un gran movimiento social que reivindica el papel de la mujer en la sociedad, la igualdad de derechos y condiciones de trabajo, de acceso a puestos directivos e idéntica remuneración.
Así surge la idea de escribir este libro, uniendo estas 2 grandes pasiones en las que estoy involucrada: la innovación educativa y la necesidad de visibilizar el liderazgo femenino. Antes de empezar a escribir, me adentré en proyectos que me inspiraran. Encontré publicaciones que hablaban de mujeres políticas, empresarias, directivas, científicas… y me llamó la atención la carencia de publicaciones que visibilizaran a mujeres que están liderando la educación del siglo XXI. Realmente me sorprendió. Y pensé que ahora lo que tocaba, en cierto modo, era hacer justicia en un campo tan propio de la mujer como es la educación, ¿vamos a dejar de mostrar su liderazgo?
¿Cómo está planteado o estructurado el libro?
El libro está diseñado como un caleidoscopio, se ofrece una visión prismática de la educación, con una gran variedad de propuestas, que amplían y muestran diferentes caras y aspectos de la realidad, enriqueciendo el resultado final. Como una metáfora de cómo el mundo de la educación debe adaptarse, manteniendo los colores que responden a los aspectos inamovibles de la persona que nunca cambiarán junto con aquellos más versátiles, para dar respuesta a la nueva cultura que hoy se impone. Empiezo el libro diciendo: “Amplia la mirada sumérgete en la fuerza óptica del caleidoscopio”, porque creo que esa es la actitud para hacer frente y más ahora en la era postCovid a este nuevo cambio de paradigma educativo que estamos construyendo entre todos.
¿Cómo lo hago?, dando voz a 22 mujeres, grandes profesionales, acreditadas en distintas materias, que con sus vidas hablan de liderazgo, de organización del centro escolar, bilingüismo, neurociencia y aprendizaje, educación emocional, digitalización, inteligencia artificial y robótica, aprendizaje por proyectos, arte, visual thinking, espacios, naturaleza, inclusión y un largo etc.
Como dice mi buen amigo el psicólogo Alfredo Hernando en el prólogo: ”El libro no es un conjunto de entrevistas, sino un caleidoscopio de vidas”.
¿Cuál es el papel de la mujer en el liderazgo educativo?
Muchas mujeres han sido pioneras a lo largo de la historia en innovación educativa y este siglo XXI no está siendo una excepción. Hay mujeres liderando proyectos verdaderamente excepcionales y sin embargo la mayoría permanecen en el anonimato.
En el libro he tratado de visibilizar la personalidad y el trabajo de veintidós mujeres, verdaderas líderes mundiales del cambio educativo: Alejandra Vallejo-Nágera, Ana Pérez Saitua, Montserrat Del Pozo, Carmen Pellicer, Ana Juliá, Arancha Cendoya, Mar Martín, Rosas Casafont, Alicia Bastos, Nuria Sánchez Povedano, Míriam Reyes, Luz Rello, María Jesús Frígols, Tania Santiago, Susana García Mangas, Garbiñe Larralde, Charo Fernández, Rocío Lara, Sofía Temprado, Heike Freire, Rosan Bosch y Roser Batlle.
Doy voz a mujeres acreditadas, profesionales con una alta cualificación y un infatigable y generoso trabajo, y es tal que no les permite invertir en acciones de visibilidad. Ponen todo su talento y capacidades al servicio del futuro de la sociedad. Su entrega en el día a día es por algo grande, llevando de la mano a niños y jóvenes que construirán el futuro de la humanidad. Todas merecen que se les ponga un gran altavoz que amplifique su mensaje. Ellas no solo inspiran, su liderazgo está más que consolidado, he constatado como a partir de planteamientos muy profundos, dirigen proyectos educativos de muy diversa índole, siempre desde una gran humildad y vocación de servicio.
¿Cuáles son las características de la mujer en el liderazgo educativo?
La mujer, como generadora y guardiana de vida, ha sido a lo largo de la historia «la gran educadora» y en este momento también lo está siendo. Su presencia y experiencia en las aulas y como madres de familia las convierte en interlocutoras excepcionales, que aportan esa otra visión de la educación.
En la educación la mujer aporta su genio femenino, el amor a lo concreto, al detalle sin grandilocuencias, la intuición y empatía para la escucha activa. También suma en practicidad, en la capacidad de gestión multitarea y organizativa, la sensibilidad hacia lo aparentemente poco importante, la flexibilidad, la destreza para liderar equipos y la visión conciliadora. Entrenada “de serie” en las tan importantes soft skills, trasmite ese amor a alumnos y familias sabiendo extraer lo mejor de cada uno.
En un momento de «transhumanismo» como el que estamos viviendo, con la aparición de la inteligencia artificial, se hace más que necesaria la aportación de la mujer como gran humanizadora. ¿Vamos a perdernos esa riqueza en nuestras organizaciones o vamos a potenciarla?
¿Cómo se puede potenciar el liderazgo de la mujer en el ámbito educativo?
Contando con ellas, no solo en su labor docente, sino también para liderar proyectos educativos, ocupando puestos de responsabilidad, tanto en el ámbito público como privado.
Observo con estupor como en un terreno donde hay una amplia mayoría de excelentes profesionales mujeres, en congresos, eventos, administraciones, equipos de dirección consejerías de educación, gobiernos y un sinfín de instituciones educativas son gobernadas por hombres.
Creo en la igualdad a través de la diversidad, en la riqueza de los equipos mixtos, pero es necesario a la par, mostrar al mundo y sobre todo a las generaciones futuras esos modelos de vida de liderazgo femenino en la educación. En el libro quiero rendir homenaje a tantos miles, millones de mujeres en el mundo, dedicadas a la educación, como madres, maestras, licenciadas o catedráticas. Ojalá esta publicación se reciba con una actitud de sororidad, como una iniciativa para mostrar al mundo el ejemplo de mujeres que están construyendo la sociedad del futuro. Ellas no buscan ser noticia ni arrancar titulares, sin embargo nada pesa más en su vida que la satisfacción por ver a sus alumnos crecer, madurar para ser felices y mejores personas.
Estoy segura de que el lector disfrutará con cada una de las veintidós candidatas, con su personalidad y todo su proyecto de vida en sus manos. Porque las historias con protagonistas que dejan huella nos hacen bien y hacen bien al mundo.
Me gustaría que el libro sirviera de inspiración a las nuevas generaciones de docentes, que logre acercar a las familias las claves del cambio de modelo, para ir juntos en este proceso de innovación educativa.
La educación tiene nombre de mujer. Así se lo vamos a mostrar.