
Andreu Navarra es un viejo conocido de los lectores de ÉXITO EDUCATIVO. Escritor, historiador y profesor es una voz radicalmente crítica con el sistema educativo español como así demuestra en su incesante actividad en Twitter. Sus opiniones son de una contundencia y una rotundidad que no son fáciles de encontrar en el panorama educativo nacional. Su última apuesta es la participación en la puesta en marcha de OCRE (Observatorio Crítico de la Realidad Educativa), una agrupación de docentes dispuesta a decir alto y claro su opinión sobre los males que detectan en el sistema educativo español y cuáles son las soluciones para remediarlos.
¿Qué es OCRE, cómo y por qué nace?
OCRE nace en Valencia como iniciativa de unos docentes preocupados por las derivas liquidadoras, autoritarias y extremistas que se estaban implantando en su Comunidad Autónoma. Estas inquietudes son paralelas a las que siente gran parte del profesorado español preocupado por el caos que van produciendo cada pocos años leyes y decretos cada vez más desconectados de la realidad educativa. OCRE nace en manifiesta oposición a los gurús financiados por multinacionales que han provocado, o agravado, en parte, esa desconexión con la realidad educativa. Sucesivas leyes declarativas y biensonantes están disparando la desigualdad social en nuestro país, porque su objeto es maquillar el estado calamitoso de la educación pública a través de un bombardeo constante y cotidiano de propaganda engañosa. OCRE va a intentar desenmascarar esa ofensiva neoliberal a través del análisis plural y riguroso de la realidad educativa española, porque es la única entidad independiente que se lo propone sin cortapisas partidistas.
El primer acto, no sé si llamarlo “fundacional”, de OCRE, ha sido el “I congreso de expertos docentes para un análisis crítico de la situación educativa” celebrado hace unos días en Valencia. ¿Podemos resumir sus conclusiones?
Resulta muy difícil resumir lo que ocurrió aquel pasado sábado 21 de mayo en Valencia. Todos concluimos en que lo que pudimos ver y escuchar fue tremendamente prometedor. OCRE consiguió reunir a los principales representantes de la pedagogía crítica del Estado. De algún modo todas y todos sentimos que por fin podíamos organizarnos y hablar libremente, para estructurar una resistencia ilustrada factible. Los congresos OCRE se aliarán con otras organizaciones que lleven el Conocimiento Poderoso en su programa, como es el caso de la Fundación Episteme de Barcelona. Los congresos tendrán continuidad y su impacto irá a más, porque son los más los que están hartos de propaganda engañosa, falsa innovación disruptiva, políticas liquidadoras del sector público y palabrerías extremistas. Esa amalgama de leyes y currículos demenciales, spots cursis e irreales, falso libertarismo economicista, libros vergonzantes, frases vacías, fracasos presentados como oportunidades, inmoralidades, TED talks pomposas de pedabobos y gurús, conforman una auténtica ideología póstuma que oculta muy mal su auténtica función: la sustitución de un sistema educativo público por un economicismo total dictado desde fuera del Estado que se propone residualizar a la parte más desprotegida de nuestra población.
En Nueva ilustración radical, la filósofa Marina Garcés ha escrito que “declararnos insumisos a la ideología póstuma es, para mí, la principal tarea del pensamiento crítico hoy. Toda insumisión, si no quiere ser un acto suicida o autocomplaciente, necesita herramientas para sostener y compartir su posición. En este caso, necesitamos herramientas conceptuales, históricas, poéticas y estéticas que nos devuelvan la capacidad personal y colectiva de combatir los dogmas y sus efectos políticos”. Esas herramientas para aplicar la Nueva Ilustración Radical en materia educativa son OCRE y la Fundación Episteme, junto a todo aquél que esté cansado de engañifas y tomaduras de pelo austericidas, que ya van dejando oír su voz.
Es usted muy contundente en muchas de sus manifestaciones. Muy crítico en forma y fondo. ¿No se cansa de luchar contra tanto molino de viento?
Lo que me indigna y cansa es comprobar cada día cómo se liquidan nuestras redes públicas de Sanidad y Educación, que podrían funcionar a la perfección, por falta de voluntad política y por tener que obedecer a fundaciones, corporaciones del sector financiero y agencias de calificación que nadie ha votado. Yo soy escritor, he llegado a este proceso de revisión y crítica a través de la redacción de ensayos. En realidad, la mayor parte de mi tiempo la paso haciendo clase o investigando para mis libros de historia cultural. Lo que entiendo que no he de hacer es tratar de dar gato por liebre, como todos esos estafadores que hablan de “la escuela de la vida”, la “escuela del ser” y todas esas vaciedades, tautologías y necedades que se presentan como pensamiento libertario pero que no son más que irracionalismo neoliberal, es decir, derecha tatcherista.
A veces los atentados contra la educación son tan graves que causan pasmo y desesperanza; sin embargo, ¿qué hemos de hacer como ciudadanos? ¿No hacer nada mientras se volatiliza nuestra democracia? Ahí no me verán en la inactividad, la inercia… Tengo recursos de sobra (la literatura, la conversación) para compensar esa hipertrofia del pedagogismo extremista. Espero que no me vea nunca nadie de rodillas. Algún día me di cuenta que la alegría consistía en una combatividad creativa constante, quiero decir que estar alegre significaba poder luchar por lo que uno considera justo, sea literatura en libertad o lucha por la transmisión de conocimiento en las aulas.
Ahora mismo los currículos, están en forma de borrador… ¿qué cree que va a pasar a comienzo de curso?
Pienso que el caos causado al alumnado (¿van a “soltar” los currículums en verano para que no haya protestas?) va a repercutir sobre las familias en forma de chapuza, improvisación y chabacanería oficial. Nuestras administraciones educativas son tan catastróficas que ya actúan como las avestruces, escondiendo la cabeza. Causa tristeza y espanto, por ejemplo, una Conselleria de Educació catalana permanente blindada contra… ¡peligrosísimos docentes y alumnado! No hay ni una sola asociación educativa, de familias, estudiantes, docentes, personal laboral, incluso el funcionariado propio de la consejería, que no haya mostrado su malestar contra estas políticas a la vez autoritarias y timoratas, irracionales e incomprensibles. Entendibles únicamente en términos de vergonzosa privatización.
Acaba de cesar Alejandro Tiana como secretario de Estado… lo ha calificado de nefasto para la educación en España.
Alejandro Tiana ha destacado por su cruzada contra los conocimientos humanísticos en nuestro sistema educativo. Tenía una virtud: era mucho más discreto y razonable en sus declaraciones públicas que otros personajes de su gremio político, en el sentido de que sus entrevistas no levantaban las mismas ampollas e indignación que César Coll, Isabel Celaá, Wert, el ex ministro Castells, o en Cataluña Ramon Grau, Joan Cuevas o Eduard Vallory. Lo que llama la atención es que un investigador de ese calibre haya impulsado políticas tan agresivas de expulsión del conocimiento, es decir, de privatización de los contenidos. Porque lo que deja de enseñar por decreto nuestra escuela pública solo podrá suplirse pagando, y eso la mayoría de familias no podrá hacerlo.
La trayectoria de Alejandro Tiana es la prueba palpable de que en materia de educación el PSOE no es nada izquierdista, sino que es exactamente igual de privatizador, austericida y neoliberal que sus homólogos del PP. Si algo quedó claro en el congreso de OCRE es que necesitamos una izquierda ilustrada, que impulse currículums razonables y se aleje de una vez por todas de los extremismos pedagogistas que están liquidando nuestra escuela pública para convertirla en una red asistencial residual, parecida a la de las charter schools británicas. Del extranjero deberíamos imitar lo mejor, no las políticas fracasadas o confesamente consolidadoras de la desigualdad.
Tiana, igual que Marzá y que Celaá, ha tenido que marcharse por la indignación que ha provocado el extremismo pseudocientífico de la LOMLOE. A partir de ahora ese malestar totalmente legítimo ya no podrá ser silenciado ni acallado. El movimiento por el Conocimiento Poderoso y OCRE han nacido para quedarse y crecer en España. Pueden estar seguros que analizaremos y lucharemos contra todas las privatizaciones, recortes, dogmatismos, imposiciones, atavismos y locuras jurídicas que se vayan produciendo en nuestro país. OCRE es el movimiento de los docentes que no se conforman ni con la miseria ni contra las tomaduras de pelo oficiales, siempre desde la crítica ilustrada, libre, radical, plural, diversa y firme.
¿De todas las innovaciones pedagógicas, – algunas nada novedosas, por cierto – como la inteligencia emocional, los aprendizajes basados en proyectos, las competencias… salvaría alguna?
Se salvan todas si se aplican de forma reflexiva y no a bulto, con una lógica puramente palabrera, y aplicadas a los casos concretos donde son útiles o incluso muy deseables. Lo que no puede ser es que una ley imponga una metodología que excluye a una mayoría del alumnado, lo que no puede ser es que la inclusión sea solo una palabra bonita sin actuaciones concretas de la administración. Lo que no puede ser es que se caiga en la poesía mística biensonante y que no se distinga entre niveles y momentos del proceso de aprendizaje. Lo que no puede ser es que se caiga en una lógica maniquea y sectaria.
Pero esto se puede comprobar y demostrar muy fácilmente. Un docente normal en España suele tener que impartir unas mil horas de docencia a unos 150 alumnos (a veces hasta 200). ¿Puede ser individualizada esa atención? ¿Pueden ser esas mil horas todas de ámbitos, o de proyectos, o de la monomanía compulsiva que afecte a una administración concreta autonómica en ese momento concreto? Es evidente que no. Lo que necesitaríamos es sentido común, gradación. Los extremismos y no las pedagogías, y los abusos decretados son lo que destruyen la escuela, no las metodologías en sí, que a veces funcionan muy bien. Pero un docente humillado y ofendido cada día en los medios, sin horas para reunirse o coordinar absolutamente nada, ¿cómo va a liderar ese cambio? Un cambio, además, fáustico, deforme, caótico, impuesto por irresponsables, cucos, escapistas y trileros.
Es muy crítico con la entrada de las grandes tecnológicas en las escuelas ¿por qué?
Porque desvían el dinero que debería invertirse en la escuela pública para su lucro inmoral. Porque la investigación rigurosa demuestra que la digitalización acrítica resulta nefasta para los aprendizajes, porque la digitalización draconiana es un programa oculto de privatización, porque se están poniendo en venta los datos de nuestros menores, y porque la alienación social en ningún caso es una pedagogía. Yo soy un firme defensor de estas herramientas una vez el alumnado es maduro y sabe leer y escribir con suficiente madurez. Es que lo que está ocurriendo es muy fuerte: cada vez más alumnado prácticamente analfabeto al final de la ESO, escuelas que prohíben enseñar las tablas de multiplicar, alumnado que se pasa meses realizando dinámicas emocionales, prohibición de estudiar… Ya basta de imposiciones e irracionalismo. Hemos dicho basta de locuras.
¿Cree que los gobiernos de izquierdas están llevando a cabo una privatización encubierta de la educación?
Exactamente igual que los de derechas. Hace treinta años que somos gobernados por cúpulas que no ejercen ni de derecha humanista ni de socialdemocracia: aquí se hace lo que dicta la comisión Europea y la OCDE. Lo que hay que hacer es sentar las bases de una educación racional y equilibrada, que tienda a la igualdad, en nuestro país. Y el primer paso es desconectar de tanta miseria inmoral como se ha vertido en decretos cada vez más fabulosos y humillantes, el reflejo de las políticas neoliberales que imponen todos los gobiernos españoles sean del color que sean. El alumnado español merece que se deje de victimizarlo y se le presenten opciones de estudio serias, dignas y debidamente financiadas.
Además, ¿cómo va a convencer una reforma laboral que humilla y causa vergüenza ajena tanto a docentes como a alumnado?
¿El pensamiento poderoso es de izquierdas o de derechas?
No es de derechas ni de izquierdas, sino demócrata. Yo me considero de izquierdas, pero pienso que una izquierda ilustrada puede compartir espacio político con sectores del humanismo cristiano y la derecha humanista. El problema es que nos gobiernan descerebrados, gente inculta, que no sabe ni lee lo que está firmando. Por eso hay que reconstruir la base de nuestra democracia desde un sistema educativo plural, en el que a nadie se le pregunte por su carné ideológico.
Hemos demostrado que esto es posible, es decir, trazar un espacio común a favor del Conocimiento Poderoso. En septiembre se va a publicar el volumen colectivo “La educación cancelada”, publicado por Sloper con ayuda de la Fundación Episteme. La idea de este libro era tan sencilla como revolucionaria: reunir a defensores del conocimiento en las aulas de todos los partidos políticos del país. Lo hemos logrado. Porque estamos luchando contra un desmoche antidemocrático, no contra una bandería o secta concreta. A nadie se le pregunta si es comunista o conservador o nacionalista, la cuestión es que antes de poder acudir al Ágora tenemos que desenmascarar el pensamiento único liberal que nos despoja de espacio público y nos arranca el futuro.
¿Por qué los gobiernos de derechas tienen un discurso de defensa de la cultura del esfuerzo en la escuela y los de izquierdas parecen defender lo contrario?
Para mostrar cierta coherencia con el electorado o la red clientelar de cada partido, pero todos mienten. La prueba: analice las directrices de la OCDE, luego las de la UE, y luego la propaganda bancaria y los decretos estatales y autonómicos: son clones. ¿Cómo puede ser realmente innovador algo que es monolíticamente Único y Vertical?
A estas alturas, ¿cree que tiene arreglo la educación en España? ¿Por dónde deberían empezar los cambios para encaminar las cosas?
Yo no soy ni nostálgico ni futurista. Pienso que una izquierda ilustrada ha de unir fuerzas con el conservadurismo humanista para 1) desconectar de los lavados de cerebro neoliberales que copan la centralidad pública y los medios, 2) organizar la resistencia ilustrada, democrática y habermasiana y, finalmente, 3) exportar al sector público la experiencia renovada de la escuela escolar y el sistema público para la transmisión de auténtico conocimiento. Hay que superar la etapa de los diagnósticos y pasar a la acción: la escuela presidida por el Conocimiento Poderoso. Una vez me escribió Gregorio Luri que en España no había esperanza alguna y lloraban tantos docentes porque no conocíamos las alternativas que son habituales en Italia o en otros sitios. El alumnado también está cansado de unicornios y complicadísimas operaciones de deseducación escolástica. Siempre acaban triunfando los docentes que se toman en serio su profesión sin brujerías ni pamemas rousseaunianas, con dinamismo y sabiduría en marcha.