
Aurora Reig es licenciada en psicopedagogía, además de especialista en pedagogía terapéutica, didáctica y aprendizaje y cuenta con un máster de Experta en Coaching Internacional y un máster en Orientación Educativa y en Aptitud Pedagógica. En esta entrevista con ÉXITO EDUCATIVO nos desvela las “Claves del liderazgo educativo. Y la gestión del cambio en instituciones educativas“, que dan título a su libro, publicado recientemente.
En 2018 comienza a formar equipos educativos desde los servicios de formación de la Administración y en los propios centros educativos. Destacando en la especialidad de las metodologías y herramientas de innovación educativa, neuroeducación, gamificación y motivación en el aprendizaje. Actualmente su carrera se centra en el liderazgo de instituciones, llevando a cabo formaciones de líderes educativos de alto nivel.
¿Qué van a encontrar los lectores en este libro?
Van a encontrar soluciones a un problema común. Durante 15 años en educación, desde mi propia experiencia en educación primaria, secundaria, formación profesional y centros singulares, he vivido y he escuchado a compañeros y miembros de equipos directivos padecer un problema que parece que se acentúa cada vez más: los líderes educativos actualmente están formados en normativa y procedimientos burocráticos, que son fundamentales para desempeñar sus funciones, pero parece que se echan de menos herramientas, apoyos y acciones concretas para ayudarles a gestionar el exceso de burocracia, saber cómo liderar y motivar a su equipo, actuar como guía, desarrollar y mostrar la visión, gestionar las dificultades, los conflictos o la resistencia al cambio.
Este libro es un manual práctico para construir el liderazgo soñado, desde el autoliderazgo del lector, hasta el diseño de la cultura de centro para convertirlo en el mejor lugar para trabajar.
Gran parte del libro se centra en el desarrollo de cualidades y habilidades necesarias en un líder educativo, que le ayudarán a mejorar su gestión emocional, la toma de decisiones, la comunicación con su equipo, a prevenir y resolver conflictos de forma creativa y colaborativa. Después de esto, pasa a las herramientas para la gestión y el desarrollo estratégico ágil en los proyectos innovadores y planes de mejora de los centros. Se centra en cómo hacer frente a la resistencia al cambio en los miembros del equipo, cómo gestionar el cambio, en el desarrollo de propuestas de organización de centro y en la puesta en marcha de acciones para economizar tiempo y esfuerzos para ganarle el pulso a la burocracia.
¿Por qué decidiste escribir un libro?
Llevo años formando a equipos docentes presencialmente, mis formaciones son muy prácticas, gamificadas, el aprendizaje es profundo, vivencial y divertido. Actualmente me desplazo a los centros a formar a equipos directivos para construir desde su liderazgo la escuela con la que sueñan y, para los docentes, el mejor lugar para trabajar. Me di cuenta de que la necesidad de poner foco en el liderazgo educativo, a lo que llevaba dos años dándole vueltas, era fundamental y yo llegaba hasta donde llegaba. El libro es una forma de ayudar a más docentes a que, de forma autónoma, puedan empezar a tomar consciencia y a desarrollar su propio liderazgo desde la individualidad y el autoconocimiento y empezar a esbozar las ideas para desarrollar en sus propios proyectos de dirección de centros. Por eso el libro es un muy práctico, accesible, pragmático y aplicable al día a día de cada persona, lo que lo hace tan útil.
¿De dónde nace tu pasión por la enseñanza?
Desde pequeña tenía claro que mi pasión era acompañar y ayudar a las personas a crecer.
Siempre me ha gustado la metáfora de actuar para los demás como un cristal cuando es atravesado por la luz, que refleja un arco iris. De forma que cuando una persona se acerque a ti, se vaya mejor, más luminosa y con más colores. Cuando empecé como coach ejecutivo y de equipos, tomé consciencia de que podía mejorar la vida de más personas y ayudar a que fueran más felices, en su trabajo y en su vida.
En el libro hablas mucho sobre los cambios en el entorno educativo ¿Cuáles crees que han sido los cambios más notables en los últimos años?
A los docentes se les exige una adaptación para responder a las necesidades de la sociedad con los recursos disponibles. Todos los cambios a nivel social, tecnológico, económico, etc, repercuten en las instituciones educativas de algún modo. Además, a cada Ley educativa, la precede una reestructuración y un cambio más o menos importante en toda la normativa
inferior, que requiere una reorganización interna y en ocasiones un reseteo que precisa volver a poner en marcha el sistema.
El ser humano tiene una resistencia natural al cambio, puesto que a nuestro cerebro no le gusta lo incierto y lo desconocido. Esto es algo que debe gestionarse mediante un proceso con una hoja de ruta clara. Es por ello que la gestión del cambio se convierte en parte esencial del liderazgo educativo hoy en día.
De todos los consejos que nos das en tu libro ¿Cuál destacarías?
Destacaría la importancia de tomar consciencia de la responsabilidad del líder en la gestión del clima emocional del centro. Poner foco en el crecimiento personal del líder, la necesidad de formación y desarrollo de habilidades de liderazgo, inteligencia emocional, habilidades sociales y comunicativas eficaces.
¿Cómo definirías a un buen líder educativo?
Creo que ser buen líder va ligado a ser buena persona. Un buen líder necesariamente debe tener empatía, debe tener un interés genuino por las necesidades de los demás y desarrollar su liderazgo desde el amor y el servicio. Un servicio que los equipos directivos desarrollan casi de manera altruista, ya que no ven recompensado el valor que aportan ni su impacto en la comunidad educativa.
Es un líder que tiene una visión clara, que se desarrolla y se relaciona alineado con sus valores, que cree en el poder de su ejemplo y en el contagio de su actitud e influencia en el equipo. Un líder que acoge con calma el conflicto constructivo y se siente libre de mostrar vulnerabilidad y su parte más humana.
¿Cuáles son los grandes retos de un líder en educación?
Creo que existen dos grandes retos para los nuevos líderes educativos. Un gran reto es ser capaz de adaptarse a los cambios y gestionar la adaptación del equipo. En los centros educativos hay un tipo de cambios que se exigen y se procesan de manera muy rápida, como las adaptaciones y reestructuraciones para aplicar cada ley educativa que se aprueba y los cambios más operativos. Mientras que hay otros cambios muy necesarios que tardan años en llegar e incorporarse a la dinámica de los centros. Como pueden ser: la aplicación de evidencias neurocientíficas sobre el aprendizaje, cambios metodológicos o la necesidad de una especialización en liderazgo de instituciones. Por ejemplo, la gamificación, que hoy en día podemos decir que está extendida en educación, empezó a utilizarse en el ámbito tecnológico y empresarial a principio de los 2000, mientras que al ámbito educativo tardó en llegar y en generalizarse más de una década, cuando es una herramienta que se sabe que activa neurotransmisores y elementos emocionales que favorecen el aprendizaje y la memoria. Aspectos que implican la adaptación al cambio como ser capaz de responder a los cambios sociales y a las necesidades de la sociedad, incorporar las evidencias científicas para la actualización, la innovación y la mejora del aprendizaje o equilibrar la introducción de los cambios tecnológicos en las aulas, implican un gran desafío.
El otro gran reto al que posiblemente los equipos directivos de principios de siglo ni se planteaban enfrentarse es el hecho de poner foco en desarrollar habilidades de liderazgo de equipos. Esto implica ser capaz de inspirar a la comunidad educativa en su visión, implica motivar a los docentes, gestionar el clima emocional del centro y saber mirar a los ojos de la persona que tienen delante, bien sea alumnado, familias o compañeros docentes, para reconocer lo que necesita la persona y saber responder. Con los docentes esto se vuelve indispensable para motivar y retener el talento.
En mis formaciones muchos equipos directivos me plantean que no saben cómo “hacer que se haga lo que se tiene que hacer”. Este planteamiento parte de base del liderazgo autocrático que funde el clima laboral y la motivación. Hay más opciones: no se trata de convencer, sino de acompañar.
En tu libro propones varias actividades prácticas ¿cómo crees que pueden ayudar al lector?
Las prácticas van acompañando al lector a medida que va avanzando y adentrándose en cada ámbito del liderazgo de cada uno de los apartados: valores, descubrimiento de su pasión, inteligencia emocional, desarrollo de la visión, cultura de la organización educativa, talento, cómo aumentar la motivación y el compromiso del equipo, comunicación, toma de decisiones, técnicas de prevención y resolución creativa de conflictos o actividades prácticas para una gestión más ágil.
El libro guía y acompaña al lector facilitándole herramientas y recursos para que desarrolle y profundice en cada una de las dimensiones. Proporciona herramientas, dinámicas, ejercicios de autoconocimiento y reflexión, inducciones y visualizaciones, actividades con preguntas poderosas que activan ideas y abren nuevas perspectivas.
¿Crees que los líderes educativos en España están correctamente formados?
Hablaré de los centros públicos, que es el ámbito que conozco. Para acceder a la función directiva existen cursos que oferta la Administración. Son cursos muy extensos en los que se tratan temas que es necesario que un director conozca, como normativas y leyes sobre protección de datos, convivencia, normativa administrativa, etc. Y que además se utilizan para cumplimentar el proyecto de dirección que tienen la obligación de presentar con sus propuestas específicas a llevar a cabo durante su mandato. Además durante los años siguientes se ofertan cursos de perfeccionamiento que normalmente tienen el mismo enfoque: actualizar normativa o tratar casos concretos.
Están formados en lo que se le ha dado importancia hasta ahora. Yo misma he realizado estos cursos como alumna y he echado de menos temas como el desarrollo del talento o la gestión del cambio práctica y real.
La clave está en el enfoque: formar a directores no significa formar a líderes.
Poco a poco parece que se está aportando luz a la importancia del liderazgo en educación y se está teniendo más en cuenta, porque se está tomando consciencia del impacto que tiene en los resultados globales.
¿Cómo ves el futuro de la educación en España?
Creo que la educación se está moviendo hacia un enfoque mucho más práctico y se está abriendo a nuevas habilidades que son necesarias para el futuro social y laboral de las nuevas generaciones.
En cuanto al capital humano, creo que la autonomía que se esta dando a los centros con cada ley educativa deberá acompañarse de conocimientos estratégicos y herramientas para la toma de decisiones y la gestión. Se va a caminar necesariamente hacia la especialización y gestión directiva con la puesta en valor del liderazgo.
¿Qué es lo más que te gusta de la educación española?
En nuestro país tenemos algo muy valioso y es que la educación es accesible a todos, independientemente de las necesidades, de la clase social, la procedencia o las características específicas y esto favorece la igualdad de oportunidades y la inclusión.
En niveles superiores, tenemos una Formación Profesional de calidad, nuestros titulados universitarios están muy formados, son reconocidos y valorados alrededor del mundo.
¿Qué consejos darías a quienes están estudiando para ser educadores?
Les diría que trabajen en crecer primero ellos para poder hacer crecer a los demás. Que trabajen en sí mismos, en sus habilidades, en conocerse bien, en su propio crecimiento personal y su propia gestión emocional.
De este modo ofrecerán un ejemplo a seguir coherente y positivo y dejarán en las personas una huella inolvidable. Que crean en su influencia porque es real y super poderosa.
En tu libro hablas de atraer el talento docente ¿Cómo se puede retener el talento hoy en día en los centros educativos?
Esta es la pregunta del millón. Una preocupación que me suelen transmitir los equipos directivos en mis charlas y formaciones.
Cuando formo a líderes educativos de alto nivel, insisto en la importancia de atender el momento de formar el equipo promotor y en vencer los miedos e inseguridades de tener un equipo que sea mejor que el propio líder. Lo que hace bueno a un centro es su equipo docente, por lo que es fundamental atraer y sostener el talento.
En los centros públicos se presenta el hándicap de que los docentes son meros números en una lista. No se tiene en cuenta si están desarrollando proyectos ambiciosos o innovadores en un centro, si generan un impacto positivo en él o en la comunidad educativa que, el curso siguiente, la Administración asignará la plaza a otro número. Esto merma el compromiso y dificulta el desarrollo de proyectos a largo plazo. Siempre digo que es así de momento, con esperanza de que algún día cambie. Para ello se necesitan iniciativas que doten de mayor autonomía y capacidad a los centros para sostener el talento.
Por otro lado, sí está al alcance de los centros la atracción del talento externo. Sabemos que hay centros en los que se rifan las plazas, en los que muchos docentes desean trabajar, mientras que en otros se cubren las vacantes con mayor dificultad y no siempre tiene que ver con su singularidad.
Debemos preguntarnos: ¿Qué es lo que están haciendo bien los primeros? ¿Qué tienen de diferente? Probablemente confluyan varios de los siguientes factores atrayentes: estilo de liderazgo, cultura de centro, equipo de profesionales, buen ambiente laboral, desarrollo de proyectos de reconocimiento o coincidencia de valores y misión. Esto es en lo que debemos trabajar como líderes educativos para atraer el talento docente, lo que repercutirá en mejorar la calidad y el valor de nuestras acciones educativas.
¿Cómo imaginarías la mejor escuela del mundo?
Imagino una escuela inclusiva abierta a la comunidad, en la que los niños aprenden a compartir y a cooperar, en la que se respiran los valores necesarios para construir juntos la sociedad y el mundo en el que soñamos. Una escuela conducida desde la vocación de grandes profesionales a los que se les reconoce el valor de su aportación en la sociedad.