
Los profesores ya no usan tiza. Vamos, alguno quedará, pero en pocas aulas se encuentran hoy pizarras sobre las que los docentes plasmen su saber con tiza, esa herramienta tecnológica mezcla de yeso y carbonato de calcio que durante décadas caracterizó las aulas de todo el mundo.
Hoy muchas pizarras, o son de las utilizan rotuladores borrables o ya son digitales, de modo que las nuevas tecnologías se van implementando poco a poco en los centros educativos. Hasta el punto de que algunos aprendizajes pueden ser más eficientes y alcanzar mejor al alumno desde experiencias como la Realidad Aumentada.
Body Planet es una empresa que facilita al profesor mecanismos para que sus alumnos sepan cómo son las cosas de una forma, podría decirse, hasta divertida, como cuenta en esta entrevista concedida a ÉXITO EDUCATIVO una de sus promotoras, Concha Balenzategui.
¿Qué se aprende con Body Planet?
Propugnamos una manera diferente de aprender con tecnología y sin bostezos. Es decir, utilizamos la Realidad Aumentada (RA) como herramientas o hilo conductor del conocimiento científico. A través de animaciones en 3D de gran calidad podemos ver el cuerpo humano o el universo e interactuar con ellas porque son imágenes en RA que explican por sí mismas qué lo que queremos ver.
Conceptos como la órbita de los planetas, o la formación de la orina en el riñón, se explican mucho mejor de forma visual cuando vemos directamente cómo funciona.
¿Cabe pensar entonces que es más divertido aprender con la RA que hacerlo en la realidad física de la pizarra?
Lo es, primero porque es con tecnología que a los chavales les motiva mucho y es lo que están acostumbrados a utilizar fuera del aula. También porque es un contenido visual y muy interactivo, pero además de divertido debemos preguntarnos si es más efectivo.
Hemos hecho experimentos en distintas etapas, colegios y situaciones socioeconómicas de los alumnos, comprobando cómo con la Realidad Aumentada aprendían mejor los conceptos, con más facilidad, que con los métodos tradicionales que se estaban usando en sus aulas.
¿Cuál es el modelo de negocio? ¿A quién va dirigido el producto?
No tenemos una obsesión por ofrecer productos que sean materiales o juguetes educativos. Es decir, no tenemos una obsesión por si juegan aprendiendo o aprenden jugando; no delimitamos la frontera entre si es dentro o fuera del aula.
Evidentemente el 80% de nuestros productos se están utilizando en las aulas como materiales educativos, pero también es un juguete divertido con el que se puede aprender. No queremos una frontera entre los métodos que utilizan los chavales para aprender con vídeos, canales, redes sociales… fuera del aula, con lo que aprenden en ella. Queremos llevar a las aulas ese tipo de aprendizaje.
Dentro del aula, ¿de qué modo ayuda al docente?
Al ser un contenido visual facilita mucho la explicación y la comprensión por parte del alumno. Muchos nos dicen: “Esto en la foto del libro de texto lo veo con flechas”, sobre cómo funciona el sistema digestivo, por ejemplo.
Con la Realidad Aumentada ves directamente cómo se está moviendo el bolo alimenticio, cómo cae en el esófago, cómo se mete en el estómago, cómo va por el intestino delgado y luego por el intestino grueso.
¿Es un producto español ingeniado, por ingenieros, por Body Planet?
Exactamente, nosotros lo hacemos todo. Somos una pequeña empresa de Madrid en la que tenemos asesores científicos que nos dicen cómo es el contenido; asesores pedagógicos que nos dicen cómo lo tenemos que transmitir; desarrolladores de la aplicación; y los animadores en 3D que son los autores de estas fantásticas animaciones sobre el cuerpo humano o sobre el universo, de momento (queremos llegar mucho más allá), y entre todos (12 personas en realidad) hacemos Body Planet.