
Carmen Pellicer Iborra es presidenta de la Fundación Trilema y directora de Cuadernos de Pedagogía, y es la protagonista de ‘El Pupitre Digital’, la entrevista que dirige y presenta Víctor Núñez, director general de ÉXITO EDUCATIVO tanto en el podcast de RADIO ÉXITO EDUCATIVO como el formato audiovisual a través del canal del diario en YouTube.
Como es habitual cada mes, el próximo lunes se difundirá la entrevista completa, pero antes, como es también tradición, ofrecemos un avance de algunas de las consideraciones que hace esta experta en educación, probablemente eso que se conoce ahora como gurú de un sector al que se dedica desde hace décadas, lo que explica la relevancia de sus opiniones.
Como, por ejemplo, lo que piensa sobre el sistema educativo en España, que, a su juicio, precisa de una mejora. Si bien reconoce que “ha progresado mucho”, sin embargo, estima que, “como país, necesitamos mejorar en algunos aspectos”.
Un progreso, no obstante, que alcanza también a los estudiantes. Por ejemplo, subraya como un “logro” que se haya alargado el tiempo de escolarización obligatoria. “Cuando yo empecé”, rememora, “los alumnos salían a los 14 años al mercado laboral, sin ninguna cualificación”. Como país, alargar hasta los 16 años fue todo un éxito, incluso apuesta por alargar la educación obligatoria hasta los 18, ya que “un chaval o chavala que termina a los 16 años y que no tiene una expectativa de crecimiento intelectual está condenado a la exclusión social”.
Del modo de enseñar también expresa sus puntos de vista. “Hay voces instaladas en la añoranza de los Reyes Godos”, cuando había que aprender la lista de aquellos, pero afirma que “todos tenemos que cambiar, empezando por las familias, que muchas veces estamos descolocadas, porque hoy los adolescentes aprenden de otra manera y de otras fuentes”, apunta.
No es un tema menor ni baladí este de las fuentes. “Un cambio es que las fuentes de educación ya no son controlables, la escuela no es ya la fuente principal de aprendizaje y eso hace que cambie su rol”, de modo que “debería cambiar también el tiempo que pasan (los alumnos) en la escuela formal”.
Admite que eso crea tensiones contra quienes defienden el modelo memorístico frente a aquellos que, como ella, apuestan por un modelo diferente, disruptivo si se quiere. “No es fácil”, dice, establecer un modelo ideal, pero sí resulta “excitante, aunque requiere mucha reflexión y tomar decisiones sensatas y pacíficas”.
“Guerracivilismo” entre profesores
Para esta experta que vive la educación con pasión, según confiesa, en realidad no existe un guerracivilismo que enfrenta a unos profesores contra otros por cómo enseñar a los alumnos. “No es muy popular lo que voy a decir”, señala, pero, a su juicio, “solo hay una división entre los buenos y los malos profesores”. “No es un problema de las opciones didácticas”, sostiene, “sino que está en función del compromiso del profesor con cada uno de los alumnos que se le confía, y frente a otros profesores donde ese compromiso es menor”.
Por eso, arguye, “la fuente real es ese compromiso”, bien sea “dando una clase magistral o haciendo una apuesta más radical e innovadora”.
De hecho, asegura, “no hay un único perfil docente, y es bueno que haya en una misma escuela modelos plurales de estilos profesionales, siempre que sean excelentes, porque cada alumno responde de formas distintas a una metodología educativa dada”.
En la entrevista también se habla de la gestión de sus centros, del perfil directivo y de su visión sobre el centro educativo ideal, pero para eso habrá que esperar al lunes.