
Seis de cada diez estudiantes están satisfechos con la experiencia en la universidad, que valoran con «entusiasmo» y «satisfacción«. Las expectativas de futuro son hoy más optimistas que hace tres años, cuando se realizó la primera oleada de la encuesta Via Universitària: Accés, condicions d’aprenentatge, expectatives i retorns dels estudis universitaris (2017-2019), elaborado por la Xarxa Vives de Universits. En el estudio han participado más de 40.000 estudiantes de 20 universidades de Cataluña, el País Valenciano, las Islas Baleares y Andorra.
Otros datos que revela el estudio son:
- El 36% confía en que los estudios le permitirán lograr una posición social alta, mientras que en 2016 solo lo creía el 25%.
- La mayoría (54%) también cree que los estudios le permitirán asegurarse buenos ingresos; en 2016 solo lo consideraba el 40%.
- Así mismo, 8 de cada 10 estudiantes cree que los estudios que cursa le serán útiles para cultivarse y conseguir un trabajo interesante
- Además, 7 de cada 10 considera que le permitirán contribuir a la mejora de la sociedad y encontrar un trabajo más bueno o relacionado con los estudios.
- La mayor parte (60%) se siente también integrado en la vida universitaria y piensa que está muy preparado para incorporarse al mundo laboral-social y que la universidad le ha ayudado bastante (68%).
- La implicación institucional del estudiantado es moderada. Dos de cada diez estudiantes de grado ha participado en algún órgano de gestión universitario, asamblea o asociación. Aun así, la participación cultural y deportiva es reducida, dado que solo 3 de cada 10 ha mostrado interés.
Igualdad
Todavía hay un camino por recorrer en términos de equidad social y de género
La clase social predominante en la universidad es la clase alta: el 55% en los grados y el 58% en los másteres. Por el contrario, la clase social baja es la menos representada en ambos casos: supone solo el 11% del estudiantado.
En términos de género, las mujeres son mayoría en la universidad (62%), pero su presencia es todavía minoritaria en las ingenierías (32%) y titulaciones mixtas (44,6%). Además, el estudio Via Universitària muestra que las carreras reproducen las tareas del ámbito doméstico marcadas por el género. Las mujeres se orientan hacia las áreas de salud y de cuidados, mientras que los hombres hacia las que tienen que ver con el espacio exterior de poder y de toma de decisiones.
Los resultados del informe de la Red Vives también constatan que las estudiantes se esfuerzan mucho más en responder a las exigencias académicas, especialmente en carreras masculinizadas, donde son minoría. Son más disciplinadas y constantes en el estudio.
La proporción de mujeres que muestra un nivel alto de dedicación al estudio (más de 40 horas semanales) es superior a la de los hombres: 40% frente al 34%. Las mujeres invierten más tiempo en asistir a clase y estudiar, además del cuidado de otros, trabajos en casa y transporte, mientras que los hombres dedican más tiempo al trabajo remunerado, aficiones y vida social.
Además, cuanto más edad, más perjudicada resulta la mujer a la hora de ejercer el oficio de estudiante, porque las cargas familiares le afectan en mayor medida y pierde más tiempo de ocio personal que el hombre. De hecho, las mujeres disponen de dos horas semanales menos para el ocio personal que los hombres.