
Actualmente un 25% de los trabajadores manifiestan que quieren cambiar de empleo, es decir, tenemos como mínimo, entre una cuarta parte de la sociedad insatisfecha con su vida profesional.
Ahora bien, si a esta variable le añadimos que un 33% de los matrimonios acaban en divorcio, ya presuponemos que tenemos una gran parte de la sociedad que está insatisfecha en su vida profesional y personal.
¿Os habéis planteado alguna vez, que esas parejas que se divorcian tuvieron en sus primeros meses una chispa, una pasión, una ilusión que les llevó a tener un proyecto de familia juntos? Pero llegan los niños, la rutina, el trabajo, las obligaciones, la hipoteca y poco a poco todo se vuelve especialmente complejo, donde añoramos la complicidad y frescura de esos primeros momentos.
¿Y sabes por qué? Porque la rutina nos hace dar por supuesto muchos momentos, nos hace perder el interés y economizar esfuerzos, dejando de cuidar los pequeños detalles en los que quieres que tu pareja se sienta atendida y olvidando las sorpresas inesperadas en las que quieres que se sienta halagada e ilusionada.
Olvidamos a la persona para visualizar tareas o desempeño, ¿y en el ámbito empresarial? ¿Puede pasar algo parecido?
Como diría Edward de Bono, ahora toca cambiar de sombrero, vamos ahora a dejar el lado personal para pasar a ser directivos expertos en la gestión de equipos.
Reflexiona. ¿Qué podemos cambiar para enamorar a nuestros equipos? Aún así, el punto de partida es que tenemos un 25% de los empleados que buscan otro empleo, es decir, ya no les damos aquello por lo que se vinieron con nosotros.
Pero a veces googlear no es bueno, porque según la Guía del Mercado Laboral 2022, el 43% de los profesionales españoles tienen cierta sensación de agotamiento o fatiga laboral y el 68% de los cargos directivos manifiesta dificultad para desconectar de su trabajo.
No sé si alguna vez os ha pasado, llegáis a casa tras un duro dia de trabajo y tu pareja te cuenta qué tal su dia, te pregunta, te dice, y cuando te vas a acostar no recuerdas ni una sola de esas palabras, absorto en tus problemas y pensamientos del día a día.
¿Pensáis que en el lado profesional no ocurre lo mismo cuando un profesor tiene problemas en casa? o ya seguimos el mantra de que somos tan profesionales que si nuestros hijos están mal en las ocho horas de trabajo no nos afecta… Pero lo peor es que no nos enteramos que nuestro compañero tiene ese problema con su hijo, o con su padre… Lo desconocemos porque no tenemos tiempo de escuchar… o bastantes problemas tengo ya como escuchar… Entono el primero el “mea culpa” del Confiteor, porque al llegar me pongo el traje de bombero para apagar fuegos, luego el de torero para atender enfados y al final del día me queda la duda de que si yo hago lo urgente, quien hace lo importante, desafiando lo que aprendí en organización directiva con la matriz de eisenhower.
Un nuevo estudio publicado por Ricoh pone de manifiesto una desconexión entre la percepción de la empresa y el empleado acerca de la experiencia en el puesto de trabajo.
¿Habéis leído algo últimamente sobre el employer branding?
Os recomiendo indagar en la idea de que el talento es un valor diferencial para las Instituciones Educativas en su camino hacia el “éxito”. Por ello, los departamentos de rrhh y comunicación, dedican cada vez más tiempo y recursos a potenciar su reputación y su propuesta de valor. El objetivo es captar, atraer y retener el talento, además de aumentar el compromiso y sentimiento de pertenencia.
¿Sabemos ser ese espacio de trabajo que cuida al empleado?
Según un estudio de Robert Walters Group, grupo británico de reclutamiento profesional, hay tres vías fundamentales para captar y retener el talento, sobre todo entre los millennials recién incorporados al mundo laboral: un plan de carrera, un salario competitivo y el uso de tecnología, por lo que hay que cuidar mucho la imagen que desde nuestras Instituciones Educativas proyectamos hacia nuestro claustro, lo cual se traduce bien gestionado en una mayor fidelidad de nuestro equipo y el deseo de trabajar con nosotros a quienes aún no lo hacen, diferenciándonos de la competencia a partir de nuestra imagen de marca.
Salvando las distancias el employer branding nos aporta ese valor diferencial por el que al final, nuestra pareja se decide por nosotros y desea apostar en un futuro juntos. A nivel empresarial y bien gestionado hoy es muy necesario en nuestros colegios, teniendo en cuenta que la imagen de marca que nuestra institución proyecta, es un activo muy considerable entre familias y profesionales.
Hoy tenemos por delante uno de los desafíos más interesantes que ha tenido la escuela en los últimos años, que es el de la transformación de la cultura empresarial/educativa para ser vigente en el S XXI.
“Alguien se sienta en una sombra hoy porque alguien plantó un árbol hace mucho tiempo.” (Warren Buffet) y aquí me surge el agradecimiento para todos aquellos maestros que nos han llevado a que hoy la escuela siga vigente, de actualidad y sobre todo de calidad. Ahora nos toca a nosotros…
Enrique Escandón, director del Alameda International School