El smart data en los colegios implica ver qué quiero mejorar y tomar decisiones

Hablamos de empresas, le pese a quien le pese. Y los datos tienen que entrar. Además son empresas que trabajan con profesores y alumnos. Por tanto, la analítica de datos se puede y debe nutrir de estos dos perfiles (y no sólo). Se trata de establecer con ellos modelos de previsión sobre, por ejemplo, futuros alumnos potenciales, ratio de aprobados, abandono, rendimiento del profesor… Toda esta toma de decisiones se puede hacer a ojo. O también usando herramientas y bases de datos (ERP y CRM). Ahora bien, no vale hacerlo a lo loco.

Así parecen estar funcionando sectores como el educativo a ojos de quienes ya han integrado el dato en sus estrategias. Para dar nociones e intercambiar experiencias, la Asociación de Colegios Privados e Independientes de CICAE, ha organizado esta semana un primer encuentro en el marco del Innovation Hub CICAE. Se ha hablado de cómo recopilar y analizar datos, de cómo pueden ayudar a cualquier ámbito del centro y, además, cómo lograr que se integre esa esencial ‘cultura del dato’.

Siempre es un tema que está en la transformación (digital o no) de toda organización: el recelo. O el simple desconocimiento de personas acostumbradas a funcionar con datos históricos.

Así, es normal que, al entrar a trabajar con analítica de datos, no sepan “qué tipo de analítica necesitan”. Y mucho menos lograr datos de calidad. Javier Barguñó daba unas cuantas nociones de cómo pasar de un centro con modelos informacionales a uno con sistemas “más sofisticados” que “simula” sus acciones, “agregando valor” a los procesos.

Separar el grano

El socio de data y analytics de PwC España empezó dando un par de consejos. Para llegar a una empresa que trabaja diariamente con datos en sus decisiones estratégicas, no se empieza ni contratando “un ejército” de técnicos, ni cogiendo datos “a lo loco”. Hay que intentar cambiar elementos prácticos que tengan efectos “rápidos” en la empresa. Y ver qué datos necesito para ello. No ir a medir cosas marginales como cuánto gasta la puerta de entrada cada día al abrirse o cerrarse. ¿Sale mal? No afecta. ¿Sale bien? Tampoco.

Esto es lo que se hacía en las primeras hornadas de analítica. “Los datos tendrán el valor que yo sea capaz de generar con mi negocio. De por sí no son nada”, comentó Barguñó. Hay que tratar de conseguir datos sin grandes esfuerzos y trabajar con un perfil concreto que sepa manejar bases de datos. Y “no hay que hacer grandes inversiones”, insiste el de PwC, ya que todo está en el cloud. “Con menos de 1.000 euros al mes ya se hace bastante”.

Hay que invertir tiempo sobre todo en separar grano de la paja: “Si quiero mejorar el rendimiento de los alumnos, iré a sus notas, asistencia… pero no los insumos del comedor”, matiza.

Llegar a la smart data en los centros educativos implica, en esencia, lo mismo que en cualquier otra empresa: ver qué quiero mejorar, atender al posible sesgo de esos datos que cojo y empezar a tomar pequeñas pero visibles decisiones. Así se va generando una base de datos que irá creciendo sola con el tiempo y multiplicarse hasta llegar a tener de nuevo una única interrelacionada de todas las área de la empresa.

Planificarse y conceptualizar claramente cada elemento del modelo ágil con el que empecemos es fundamental. “Mejor hacer modelos simples y funcionales que complejos y ‘molones’ que puede dificultar que el personal entienda las métricas y para qué se usan”, aclaró Barguñó. Los datos varían según el negocio, y deben poder accederse de manera automática, no dependiendo de nadie. Ahora ya ‘sólo’ queda empezar a tomar decisiones.

Compliance y finanzas

Por otra parte, entre los canales de comunicación de una empresa próximamente será obligatorio el camino para denunciar posibles delitos en el centro. Y para eso también pueden y deben usarse herramientas de datos. Como repaso de algunas de ellas, tanto para el ámbito del compliance y de las finanzas, intervinieron en la jornada el socio Jaime García y las senior manager y associate del área de Tax and Legal de PwC, Mónica Redorta y Patricia Echegoyen, respectivamente.

García detalló algunas de las principales aplicaciones de analítica de datos a nivel financiero para funciones como el reporting (duopolio Oracle y SAP), la automatización de procesos, el business intelligence o la IA. Aunque aclaró que con herramientas como SAP o 4HANA “puedes cubrir prácticamente todas las áreas de negocio: cómo organizo, cobro, la parte productiva…”.

Por su parte, Redorta y Echegoyen repasaron el catálogo de delitos que se pueden producir con mayor frecuencia en los colegios (delito de odio, acoso sexual, propiedad intelectual…) y los requisitos mínimos para establecer un plan de prevención de estos.

Debe ser un modelo “vivo” que se haya adoptado previamente a la comisión del delito. Un acto que debe haber eludiendo “fraudulentamente” dicho modelo de prevención, que además tiene que contar con un órgano independiente para controlar su cumplimiento.

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