
Poco más de un año al frente de Chiaravalle School, Elena Caballero, su directora, nos pone al tanto de la importancia de la educación en las etapas primeras. Erróneamente aún hay quien piensa que las escuelas infantiles son esos recintos donde ‘colocar’ a nuestros hijos mientras los padres trabajan. Pero, nada más lejos de la realidad. Ni siquiera las guarderías más centradas en los bebés lo son. Hasta un bebé aprende.
La educación infantil es el principio del todo, y si arranca bien, mejor será el desarrollo del futuro ciudadano, porque, a la postre, esto de la educación tiene como telón de fondo generar conciudadanos que hagan de la sociedad lo que todos esperan, algo mejor.
Entrevistamos a Elena Caballero en ÉXITO EDUCATIVO con el fin de conocer más de cerca ese escenario en el que los niños no solo son agentes destinados al interminable juego, sino potenciales absorbentes de conocimiento y valores. Dos son los centros Chiaravalle, uno en Barcelona y el otro en Madrid, el que dirige nuestra entrevistada.
¿Cuál es el modelo educativo de Chiaravalle School?
Somos una escuela cien por cien Montessori. La pedagogía Montessori la desarrolló María Montessori a través del método científico de la observación, un método que sigue vigente hoy día en el ámbito científico. Se basa en respetar al niño, sus tiempos, sus ritmos de desarrollo, es decir, tratarles como personas distintas que son unos de los otros.
En su web juegan con una frase que invita a la reflexión en positivo: “La primera tarea de la educación es agitar la vida, pero dejarla libre para que se desarrolle” ¿De qué estamos hablando en concreto?
Se trata de ofrecerles un ambiente preparado, en el que tengan a su disposición los elementos materiales e inmateriales necesarios para su desarrollo, pero darles libertad para que puedan ser ellos mismos. Dicho con otras palabras, nuestras aulas tienen el material a su disposición y están colocados de una forma concreta.
Nuestra forma de trabajar es principalmente individual, le enseñamos a un niño cómo trabajar con un material concreto. A medida que ellos van conociendo los diferentes materiales del ambiente, ganan en autonomía, porque tienen la libertad de elegir cada día qué van a hacer, siempre bajo los límites de disciplina de la escuela. Pero tienen la posibilidad de decidir, según su estado de ánimo, sus intereses y su momento de desarrollo de guiar su propio aprendizaje.
La educación infantil no siempre tuvo la consideración que se merece. Alguien aún la sigue viendo como una guardería, ese espacio donde dejar a los más pequeños durante unas horas ¿Cómo revertir este tipo de pensamiento?
Creo que la frase se puede escribir en presente de indicativo, porque aún se sigue viendo la etapa infantil como una etapa al servicio de la conciliación del adulto. La población general desconoce la importancia de la educación en esta etapa, en la que se marcan las bases del carácter y personalidad de cada persona, y que es el mejor momento para enseñar principios fundamentales para el desarrollo de los niños. Por tanto, se siguen buscando escuelas por necesidad, no por convencimiento.
Para cambiar este pensamiento social, necesitamos figuras de referencia públicas que apoyen la educación en la etapa infantil, y promuevan la importancia que corresponde. Al igual que necesitamos seguir investigando para ampliar y reforzar lo que se sabe hasta ahora.
Porque ¿qué pueden y deben aprender los más pequeños en esta etapa educativa?
María Montessori hablaba de la mente absorbente, o como solemos decir los adultos “los niños son esponjas”. La capacidad para aprender antes de los seis años es innata y de forma inconsciente. Se explica muy bien con el proceso motor y el de adquisición del lenguaje. Nadie enseña a sus hijos a caminar ni a hablar, y, salvo dificultades específicas, todos los niños aprenden a caminar y a hablar. Los contenidos académicos los marca el ministerio, y cualquier escuela infantil homologada debe ir acorde a estos objetivos. Sin embargo, existen competencias y aprendizajes que no se contemplan, y que los va a marcar la filosofía de cada escuela.
Y, en particular, ¿qué aprenden en sus escuelas?
En nuestra escuela aprenden contenidos curriculares como la lectoescritura o las matemáticas, o las bases del inglés, pero también aprenden las normas de convivencia social, los comportamientos adecuados o inadecuados, aprenden valores de respeto hacia los demás y hacia sí mismos, aprenden a identificar emociones y a gestionarlas (tanto las agradables como las desagradables), aprenden a ser autónomos, a tomar decisiones y aceptar consecuencias, aprenden a comer sano y otras muchas competencias que les van a acompañar a lo largo de su vida porque forman parte de su personalidad.
¿Cuál es la situación que vive actualmente la educación infantil en España?
Pues se trata de una situación bastante delicada, entre otros motivos por la bajada de la natalidad, pero también porque las políticas que se toman en torno a la educación infantil creo que no se adecúan a lo realmente necesario. Partiendo de un convenio para el primer ciclo de educación infantil (0-3), en el que los salarios son completamente irrisorios para la responsabilidad que conlleva, al igual que las ratios oficiales, y otra serie de circunstancias que complican mucho realizar un buen trabajo.
La caída demográfica es una constante en los últimos años ¿de qué modo puede poner en riesgo a este sector?
Las escuelas infantiles, y en este momento, me refiero a las que, como yo, son de carácter privado, son proyectos muy pequeños, y por tanto muy frágiles, puesto que un niño puede marcar la diferencia entre mantener el centro abierto o tener que cerrarlo.
En la Comunidad de Madrid donde, además, se están abriendo aulas de 1-2 y 2-3 años en colegios, no hace sino perjudicarnos, aparte de incrementar el gasto de infraestructuras porque muchos centros tienen que invertir en adaptar sus espacios.
A su juicio, ¿Comprenden las administraciones públicas la situación que atraviesa el sector de la educación infantil?
Desde luego que no, es un sector que genera mucho autoempleo, y de empleo principalmente femenino. Las políticas deberían encaminarse a favorecer el sostenimiento del sector, donde existe un alto porcentaje de escuelas privadas, ya que no hay suficiente oferta pública. En lugar de crear espacios nuevos en colegios que para niños tan pequeños son enormidades, y es una inversión para los colegios, ¿por qué no crear una red de convenios con escuelas infantiles que ya estamos en activo y poder ofrecer plazas con fondos públicos?
Nuestros espacios están mejor adaptados a las necesidades de los pequeños, nos podrían permitir subir salarios de las maestras y educadoras y, además, garantizar la viabilidad del proyecto a mayor plazo que en la actualidad.
¿Qué pueden, o que deberían hacer los poderes públicos en favor de la educación infantil?
Escuchar. Desde muchos organismos se están demandando políticas que realmente favorezcan la educación infantil, pero no se está escuchando. ACADE lleva años trabajando para representar a todo un sector, pero hasta el momento, no se ven resultados. Se han tomado medidas cortoplacistas, como subir los importes de las becas que concede la CAM, que está bien ayudar a las familias, pero no suple la carencia.
Para su escuela ¿cuál es el perfil de profesor que buscan y que mejor encaja en su modelo?
Es bastante complicado. Por un lado, como escuela homologada por la Comunidad de Madrid, todo el personal debe tener formación reglada, bien Maestros de Educación infantil, bien Grado superior en Educación infantil. Por otro lado, por nuestra pedagogía, requerimos formaciones específicas en método Montessori.
Además, hay que añadir un nivel muy alto de inglés, para poder realizar el programa bilingüe. Añadimos las formaciones de manipulación de alimentos, alergias, primeros auxilios, etcétera, que son obligatorias por ser una escuela infantil. No es sencillo encontrar personal, luego, además, tiene que encajar el perfil con la filosofía del centro y el proyecto educativo.
Permítame, y discúlpeme si la pregunta carece de todo sentido, lo que es probable, pero ¿Dirigir una escuela infantil es igual de complejo que dirigir un instituto de secundaria, por poner un caso?
Creo que en algunos sentidos es más complicado y en otros es más sencillo. A nivel regulatorio creo que la burocracia para un instituto es mayor, y en cuanto a organización sin duda es más complicado en un centro de formación obligatoria que en una escuela infantil. Sin embargo, de cara a la atención con familias, pienso que es más complicado en una escuela infantil, puesto que la implicación de los progenitores suele disminuir a medida que crecen los niños, en esta etapa hay familias que realmente son muy demandantes.
Sobre eso quiero profundizar ¿podemos hablar de que ser profesor de infantil es una opción vocacional cien por cien, aunque no parezca, en apariencia, que tenga el mismo reconocimiento social que serlo de otra etapa más avanzada?
Completamente de acuerdo, un profesor en etapa infantil no trabaja por el salario ni por las condiciones laborales, lo hace por pura vocación de servicio a los pequeños. El compromiso que generan con sus alumnos y para con las familias son fundamentales. También he conocido maestras que realmente no tienen vocación y se nota a la hora de trabajar y de tratar tanto a los niños y niñas como a sus familias. Creo que es una condición imprescindible si quieres trabajar con niños de 0 a 6, que realmente sea su vocación.
Se lo preguntamos a los directivos de todo tipo de centro educativo. En su opinión, ¿cuál sería el modelo ideal de escuela infantil?
Es aquella escuela que ofrece un modelo educativo lo más personalizado posible a los niños y niñas, donde puedan crecer y desarrollarse no solo académicamente sino también emocionalmente, generando una conciencia social que los acompañe en su crecimiento, y sobre todo sean felices.