Escuelas Católicas lamenta el baile de declaraciones sobre el fin de curso

Ante el fin del curso, Escuelas Católicas lamentan la confusión generada por el conjunto de declaraciones realizadas por el Ministerio y las consejerías de Educación, en un momento de tanta incertidumbre social.

En un comunicado, Escuelas Católicas considera que sería una irresponsabilidad “ahondar en las desigualdades territoriales o generar diferencias de trato entre centros”.

También consideran que es necesario “analizar detalladamente” el documento de la Conferencia Sectorial de Educación. Sobre todo en las medidas relativas al proceso de escolarización para el curso 2020-21.

Escuelas Católicas muestra su compromiso por “seguir trabajando para que cada alumno aproveche al máximo las nuevas oportunidades de aprendizaje en este periodo convulso”. Y recuerda que sus centros han redoblado su compromiso y adoptado una medidas dirigidas a los alumnos más vulnerables.

Medidas de apoyo

A partir de un análisis de sus centros, consideran que están realizando un seguimiento de las situaciones individuales de los alumnos y buscado soluciones adaptadas a sus necesidades. Esto está permitiendo continuar el proceso de enseñanza-aprendizaje con cierta normalidad, realizar la evaluación del mismo, y prestar un acompañamiento pastoral y emocional tanto al alumno como a las familias.

En algunos casos, los colegios han prestado sus propios ordenadores y dispositivos. Están consiguiendo otros en colaboración con autoridades locales, editoriales o empresas tecnológicas. Además, se están logrando tarjetas SIM con datos y subvenciones para Internet facilitadas por algunas ONG y comunidades autónomas.

Para aquellos alumnos con acceso limitado a Internet o dispositivos, se procura adaptar los horarios de los encuentros virtuales cuando el dispositivo no se utiliza por otro miembro de la familia. Se complementa la comunicación a través de la plataforma con envíos de mensajes al móvil, correos electrónicos o llamadas telefónicas.

En algunos centros se está atendiendo a las familias con dificultades económicas agravadas por la situación actual y que no tienen suficientes recursos. Por ejemplo, becando a familias para hacer la compra, destinando las ayudas de comedor a la realización de repartos de comida o colaborando con Servicios Sociales.

En cuanto a los alumnos de minorías étnicas o inmigrantes con desfase curricular o desconocimiento del idioma, los colegios de Escuelas Católicas están trabajando de forma coordinada con los servicios sociales del entorno, creando con ellos una vía de comunicación a través de las plataformas educativas y encargándose de hacer el seguimiento de la familia.

Atención aparte merecen los alumnos con necesidades educativas especiales. Los que tienen acceso a las plataformas educativas adaptadas reciben su material personalizado por esa vía. Los docentes acompañan a las familias con recursos adaptados, sesiones on-line (si es posible) y llamadas telefónicas. Además, hay actividades de audio para alumnos con deficiencias visuales y mensajes escritos para alumnos con deficiencias auditivas. Para los que presentan problemas lingüísticos, se organizan vídeo llamadas con logopedas para seguir trabajando sus dificultades.

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