Formarse en casa y en el aula para prevenir el suicidio de adolescentes

man holding syringes of red stain

Primer dato: El suicidio entre jóvenes de entre 15 y 29 años supone la primera causa de muerte no natural, según el Observatorio del Suicidio en España 2021. Segundo dato: Las autolesiones han aumentado un 180% en los últimos años, según la Asociación Española de Pediatría.

A partir de esta realidad, la Universidad Francissco de Vitoria, a través del Instituto Desarrollo y Persona impartirá un nuevo Curso en Prevención de Autolesiones y Suicidio en la adolescencia, con el objetivo de formar a padres, educadores y formadores de distintos ámbitos en habilidades para detectar y actuar ante esta realidad.

Esta formación tiene como objetivo ayudar a detectar y prevenir situaciones de riesgo relacionadas con las autolesiones y el suicidio porque “detrás de estas situaciones hay siempre una persona, un nombre, una historia que hay que acoger y tener presente a la hora de acercarnos”, explica Javier Díaz Vega, director del curso.

El curso surge porque “muchos de los centros que visitamos nos narran la necesidad creciente que tienen sus docentes para poder vislumbrar y prevenir estas situaciones”, explica el director.

En el ámbito profesional, los expertos coinciden en que existen herramientas que, presentadas con rigurosidad ayudan a prevenir estas conductas que van en aumento en gravedad, y en colectivos de menor edad, comenzando en las últimas etapas de la educación Primaria o incluso antes.

Javier Diaz Vega, psicólogo y conferenciante, profesor del Programa Aprendamos a Amar de la UFV y autor del libro Entre el puente y el rio: Una mirada de misericordia ante el suicidio, será el director y docente del curso. Junto a él han trabajado Nieves González Rico, directora académica del Instituto Desarrollo y Persona y Elena Arderius Sánchez, directora clínica del Centro de Acompañamiento Integral a la Familia de la UFV, como parte del comité científico del curso.

El enfoque del programa es integral y se basa en 3 pilares. En primer lugar, presentar la conducta autolesiva y la conducta suicida de manera rigurosa y a la vez profundamente humana para su comprensión, de manera que se pueda prevenir, detectar y acompañar adecuadamente a quienes pueden padecerlas y a sus adultos de referencia.

En segundo lugar, promover el desarrollo de protocolos de intervención y abordaje de este tipo de conductas en todos los centros educativos formando al personal docente y cualquier educador o adulto que acompañe a jóvenes.

Por último, fomentar la sinergia entre familias, centros educativos, servicios de salud mental, asociaciones y plataformas que promuevan la prevención del suicidio desde todas las facetas. Es importante remar todos en la misma dirección.

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