IES La Granja (Cantabria): aprender filosofía aplicándola de forma práctica

IES La Granja, premiado
Alumnos del IES La Granja (Cantabria) en clase

Cuando falla la motivación en el alumnado, es el momento de actuar. Eso lo saben en el IES La Granja, en las Heras, en la provincia de Cantabria, donde hace 14 años Vidal Rodríguez y otros cuatro compañeros cambiaron de forma radical la manera de impartir la clase de Filosofía.

¿Cómo lograr que los alumnos se interesen por las grandes cuestiones de la historia del pensamiento occidental? Y, sobre todo, ¿cómo hacer que aprendan a pensar? Ellos buscaron la respuesta creando el proyecto “Experimentar para comprender: la vivencia personal como motor del pensamiento“.

El reto es definir una sociedad desde cero. De esta forma los alumnos de segundo de Bachillerato se enfrentan a sus clases semanales de Filosofía sabiendo de antemano que es un momento de debate y reflexión. Deben pensar el cómo y el porqué de las cosas, dar sentido al todo.

Se trata de aprender filosofía política aplicándola de forma experimental. Para ello, comienzan buscando información en el aula y discuten sobre cuál debe ser su sistema político, ponen sus propias reglas a través de acuerdos y negociaciones con el resto del grupo.

Los profesores observan y aconsejan. Clase a clase van perfilando esta sociedad, la suya, en la que son los protagonistas reales y tienen la libertad de desarrollar su propia historia.

Una vez terminado este primer paso, llega la parte experimental: una excursión de cuatro días en el bosque donde se pone en práctica todo lo acordado durante los meses previos. Mediante sorteo se forman las tribus, se asigna un territorio con unos bienes y comienza la actividad.

A partir de aquí todo es real. Desde conseguir la comida a través de, por ejemplo, el trueque o pactar con otras tribus para declarar la guerra a los enemigos y conseguir víveres, hasta votar en unas elecciones quién debe representarles para conseguir mejorar su futuro. Realizan trabajos en el pueblo vecino y consiguen dinero para poder tener un techo donde dormir, y también luchan para que bajen los impuestos.

Situaciones, las que viven, y que más tarde plasman en una memoria en el aula, que invitan a la reflexión y al diálogo. Promueven la búsqueda de soluciones a los problemas de convivencia que se dan en todos los grupos sociales. Porque ya lo dijo el filósofo Immanuel Kant: “No se debe enseñar pensamientos, sino enseñar a pensar, […] si es que tenemos la intención de que en el futuro sea capaz de caminar por sí mismo”.

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