
Hay colegios que son algo más que un simple centro educativo de una localidad. El colegio Nuestra Señora del Prado de Ciudad Real es uno de ellos. Más que centenario, – fue fundado por los marianistas en 1916- se ha convertido a lo largo del tiempo en todo un referente de la ciudad. Recientemente ha experimentado una transformación arquitectónica completa, una auténtica reconstrucción que dio lugar en el año 2014 a la inauguración de un moderno colegio con 8 edificios nuevos y una amplia zona deportiva. Javier Poncela, religioso marianista, es el director de este centro concertado católico que reúne a 1.400 alumnos y a un centenar de docentes, además del PAS.
¿Cuánto tiempo lleva al frente del colegio de Nuestra Señora del Prado?
Este es mi 5º curso como Director General del colegio Nuestra Señora del Prado. A lo largo de mi vida he pasado por diferentes etapas en la educación: cómo profesor, en distintos colegios marianistas y cómo director de etapa y director general del Colegio Hermanos Amorós de Madrid. He sido monitor de grupos de jóvenes y catequista de confirmación, acompañando a jóvenes en su caminar en la fe y en la vida. Durante un tiempo compaginé la docencia con mi etapa como superior de la comunidad religiosa de Siquem (Carabanchel), donde viven los hermanos que se encuentran en la fragilidad de la vida. Fueron momentos emocionantes porque cada día vivía sentimientos muy fuertes con momentos de alegría y de tristeza que me hicieron crecer como persona. Todo educa y fortalece.
Explíquenos, por favor, cómo es el colegio, ¿cómo definiría su modelo educativo?
El colegio Nuestra Señora del Prado es un colegio muy grande, claro referente educativo en la ciudad y en la provincia. El modelo educativo de Nuestra Señora del Prado está centrado en el desarrollo total de la persona, del alumno, del docente y de las familias. Recibimos de nuestro fundador el Padre Guillermo José Chaminade, un carisma y una espiritualidad que tratamos de hacer realidad en el mundo de hoy. La tradición marianista destaca la importancia de la “fe del corazón”, aquella que se arraiga en lo más hondo de la persona e ilumina desde aquí toda la vida.
En nuestro colegio todos los alumnos son importantes y necesarios, cada uno con la complejidad de la etapa en la que está viviendo. Cada uno de los educadores del centro pone su foco en buscar la mirada del niño, en trabajar desde lo más hondo de su ser para que todos crezcamos y seamos felices.
El hecho de ser un centro que es un referente en Ciudad Real, de alguna manera, entraña una mayor responsabilidad.
Claro que sí, entraña mucha responsabilidad, pero a la vez una honda satisfacción por el trabajo bien hecho, por la cercanía a familias y a alumnos, por ese mirar todos juntos en la misma dirección y buscar el desarrollo integral de la persona. Una de las características de la educación marianista es promover el diálogo entre la fe y la cultura, que se convierte en prioridad para cada uno de nuestros alumnos, para que estén abiertos a crecer en medio de esta sociedad, a desarrollar su personalidad sin apartarse de la realidad que se vive cada día, pero dentro de esa interioridad que da “mirar con el corazón” a esta sociedad en la que vivimos. Ciudad Real es una ciudad en la que casi todos los habitantes nos conocemos, por tanto la comunidad educativa forma parte del dinamismo de Ciudad Real.
En un entorno en el que cada vez hay menos niños, ¿cómo vive la situación su colegio?
La actualidad se está vaciando de niños y por tanto se está vaciando de sentimientos y eso para un colegio es duro.
Es verdad, que la sociedad tiene cada vez menos niños, es una sociedad cambiante que no escucha a los más débiles que corre hacia adelante sin preocuparse por los que quedan atrás, por eso desde los colegios marianistas estamos educando en ese espíritu de familia donde lo importante es el otro.
El colegio Nuestra Señora del Prado lleva unos años haciendo una apuesta fuerte por educar en todas las etapas de la vida, se ha hecho una inversión grande en ampliar la escuela infantil y garantizar a los alumnos una educación de calidad de los 0 a los 18 años.
¿Cómo ha vivido la comunidad educativa, padres, profesores y alumnos, los efectos provocados por el COVID-19?
Han sido momentos muy duros, de mucha tensión emocional, con vivencias muy fuertes y de sentimientos muy encontrados. Los primeros momentos vividos con el confinamiento fueron duros, no estabas preparado para la tele docencia, pero todo el claustro de profesores dio lo mejor de sí mismo para que las clases on line fuesen un éxito. Se suplió la falta de dispositivos en las familias con aportaciones desde la Consejería para las personas más necesitadas. Fue un momento de mucha solidaridad.
Cuando la vuelta a las aulas se hizo presencial, las familias tuvieron un comportamiento ejemplar cumpliendo todos los protocolos COVID-19 establecidos.
Sin duda son todos los trabajadores del colegio, PAS y docentes, los que han hecho posible que el colegio haya funcionado con normalidad, que hayamos sabido estar al lado y junto a los que nos necesitan en este tiempo de pandemia. No me canso de homenajear y felicitar a todos, han sabido estar a la altura de lo que se necesitaba de ellos. Son sin duda, educadores marianistas.
¿Qué cualidades o perfil debe tener el profesor del Nuestra Señora del Prado? ¿Y el directivo?
Un educador, un directivo, un entrenador deportivo y un profesor del colegio Nuestra Señora del Prado debe tener un perfil de persona cercana, humilde, que camine al lado de sus alumnos, que los acompañe en su crecimiento personal, que comparta sus ilusiones y sus miedos, que les muestre todas las posibilidades de vivir su vida y su formación. Tiene que saber trabajar en equipo, estar dispuesto a compartir experiencias y conocimientos. En los educadores marianistas no distinguimos perfiles, cada uno acepta una misión (educar) desde su ámbito y todos con María, la Virgen, somos misioneros como nos pedía el Padre Guillermo José Chaminade.
La implantación del nuevo currículo y las nuevas normas de evaluación ¿son para ustedes un reto, una oportunidad…?
La implantación de un nuevo currículo es siempre motivo de inquietud, la situación creada por la aplicación de la LOMLOE en un clima tan inhóspito – es una ley que nace sin acuerdo entre ninguno de los organismos que deben ponerla en marcha- hace que la incertidumbre entre los sectores educativos sea grande.
Es necesario esperar a que las CCAA tomen sus decisiones con respecto a estos temas para poder juzgar. Sin duda los colegios tendremos que actuar conforme a la ley, pero personalmente pienso que denostar el esfuerzo y el trabajo bien hecho no ayuda a los alumnos a crecer.
Los colegios marianistas ya estamos trabajando en diferentes sistemas de evaluación que supongan un análisis certero de las capacidades y las competencias de cada uno de los alumnos. Cambiar los sistemas de evaluación supone un reto y una oportunidad para los docentes, dando mayor importancia a la metacognición para que cada uno de los alumnos sea consciente de su aprendizaje.
Y mirando al futuro, Javier, cree que al cole le espera…
El colegio tiene el futuro al alcance de su mano, Nuestra Señora del Prado sueña con seguir siendo un colegio abierto, donde cada uno de los alumnos tenga al alcance de su mano sentirse realizado, lograr la felicidad, ser una persona competente y preparada para vivir esa vida que ha elegido. El colegio seguirá dejando una profunda huella en todos sus alumnos y seguirá preparando a muchos ciudadrealeños para ser servidores de la sociedad en aquello que han elegido para su futuro.