
¿A qué edad le tengo que comprar el móvil a mi hijo? ¿Hay que limitar las horas que pasa mi hija en una red social? ¿Cómo puedo saber si los vídeos que ve o los juegos que juega son adecuados para su edad? Preguntas complicadas, propias de la educación de estos tiempos en los que la tecnología lo invade todo, y que no tienen una respuesta tan fácil como a muchas familias les gustaría. Para ayudarnos a aclarar conceptos, y recordar que hay expertos y guías a los que acudir, hablamos con Jesús Villanueva, subdirector del Centro Terapéutico de RECURRA-GINSO. Hace poco más de un mes les contamos que había publicado una guía en colaboración con la Comunidad de Madrid, gratuita y accesible desde cualquiera de esos dispositivos tecnológicos que tanto preocupan a muchos padres cuando están en manos de sus hijos.
¿Hay una edad concreta que es la más adecuada para que los niños tengan un móvil?
No, no la hay. Depende de varios factores. Algunos tienen que ver con las necesidades de los propios niños, otros tienen que ver con la madurez que puede mostrar el niño o la niña en determinadas actividades, y otros con el desempeño que haya demostrado con las nuevas tecnologías.
Por poner un ejemplo: a una determinada de edad, el niño o la niña pueden ir a hacer deporte solo y se tiene que desplazar durante un tiempo sin supervisión. Entonces puede necesitaron una comunicación con sus padres. Esta es una necesidad.
Sobre la madurez. a lo mejor un niño o una niña de 14 años se muestra muy maduro a la hora de hacer los deberes, toma decisiones, cuando hablas con él parece que entiende bien los riesgos y las potencialidades de las nuevas tecnologías. Esto sería la madurez mostrada en general.
Y luego tiene que ver con el desempeño. Tú has comprado al niño o niña una consola, has jugado con él algunas partidas, y ves que hace un uso adecuado, sabe que juego puede jugar o que juego no, te comenta las dudas que le surgen. Todo eso te habla de que tiene un buen desempeño en estas nuevas tecnologías.
Con estos tres factores, puedes ver si puede tener un dispositivo, por ejemplo, un teléfono. Que a lo mejor tenga un control parental que permita sólo realizar las llamadas, y así cuando va al gimnasio o a jugar al voleibol, si tiene cualquier duda llama, cuando llega ha llamado, cuando hay que ir a buscarle llama.
Como tiene un buen desempeño, en ocasiones, le dejas, con el control parental, consultar dudas del colegio a través de este dispositivo en un navegador apropiado para su edad. Puede ocurrir que en un momento determinado por la madurez que demuestra, le dejes hacer una videollamada de unos minutos y tener una intimidad para hablar con su amiga.
Eso va a depender de cuál es la necesidad, cuál es el desempeño que ha mostrado con las nuevas tecnologías y cual es el grado de madurez que tenga. Por eso es muy difícil poner una edad, va a depender mucho de las circunstancias.
¿El control parental se conoce poco?
Hay muchos controles parentales, gratuitos y con coste, que se usan mucho menos de lo que podría venir bien. Pero a veces también se usan mal, como un sustituto del control previamente dicho de los padres. Y no es así. Es un complemento al control y a la supervisión que deben hacer los padres. Un control parental no puede sustituir que tú estés pendiente de lo que hace tu hijo con 14 años con una tablet en su habitación.
El control parental te puede ayudar con qué cosas puede ver o no, a que le puedas poner un horario limitado. Que le digas, después de hacer los deberes, vas a estar media hora viendo vídeos de música en esta aplicación que es propia para tu edad, que no sean vídeos para mayores de 14 años. Tú tienes que estar supervisando si eso es lo que está ocurriendo, que funciona bien y acompañarle.
Lo más importante en las nuevas tecnologías es el acompañamiento, la supervisión y el modelado que puedes realizar como padre o como madre. Estamos muy preocupados de lo que hacen los adolescentes y a lo mejor hay que preocuparse con que hacemos los adultos cuando estamos delante o con niños y adolescentes.
Uno de los mayores procesos de educación, que a veces se olvida, es el ejemplo.
A los niños no se les educa con lo que se les dice, se les educa con lo que se hace. Lo que te ven hacer a ti, es lo que realmente va a influir en los niños que están cerca de ti. Tú le puedes decir al niño, no estés todo el tiempo mirando al móvil, pero si tú estás todo el tiempo mirando al móvil, no tiene ningún sentido.
Un ejemplo con los bebés. Lo que le va a llamar la atención de las cosas que hay en una mesa son, por este orden, el móvil, el mando de la televisión y las llaves del coche. Y tú dices, pero si le he comprado un juguete mucho más luminoso y mucho más bonito y no le hace ni caso. Claro, porque tú tampoco. A lo que tú haces caso en esa mesita es al móvil, al mando de la televisión y a las llaves. Y además les das un valor, para que no se te rompa y no juegue, por lo que él interpreta que es algo muy valioso y que quiere ver y jugar y chupar.
¿Qué opinión tiene sobre esta decisión de algunas comunidades autónomas y también de algunos colegios de prohibir, el teléfono móvil en los centros?
Me parece una medida extraordinaria, recomendada por especialistas, porque realmente no es necesario ningún dispositivo electrónico en el colegio que no esté proporcionado por el propio colegio. Que los niños y adolescentes estén con teléfonos móviles o tabletas propias, solo va a generar competencia con las actividades docentes y riesgos. Estoy totalmente de acuerdo con limitar o prohibir el uso dentro del horario escolar, porque me parece que solo puede generar más problemas.
Eso no quiere decir que las actividades educativas que utilizan los dispositivos como las tabletas o los ordenadores, que maneja el colegio, que están controlados por el informático del colegio, que están supervisado por la licencia, esas está fenomenal que se apliquen desde edades tempranas. Pero los dispositivos como uso individual solo pueden generar problemas.
Hay padres que se sienten incapaces de limitar el tiempo que pasan sus hijos jugando o viendo vídeos. ¿Cómo les podemos ayudar?
La clave está en lo que acabas de decir. Padres que tienen dificultades, o que se sienten realmente incapaces de limitar a sus hijos. Podemos hablar del dispositivo o del tiempo que se conecta a internet. Pero si se lo preguntas a lo mejor también se sienten incapaces de limitar la cantidad de comida que comen sus hijos, o qué tipo de dulces pueden tomar, qué tipos de cosas pueden realizar. Es una extensión más, que llama la atención, pero realmente es una dificultad que necesita habilidades parentales que se pueden practicar y se pueden aprender. Pero es que educar es difícil, y hay padres que tienen dificultades para poner límites. Porque poner límites implica frustración y recibir una respuesta emocional desagradable de los chicos que estás educando.
¿Es posible supervisar lo que hacen, niños y adolescentes en TikTok, en Instagram, en las redes sociales?
Es posible supervisar y controlar todo lo que necesites de un menor en tu casa. Cuanto más pequeño más sencillo y más apropiado es controlarlo. Con el ejemplo de un niño de cinco años, es fácil de comprender. Si le dejas un dispositivo tendrás que ver con quién habla, que ve y que le pones. Si has acompañado al niño de los cinco a los diez años cuando ves vídeos, cuando pones una imagen, cuando buscas cosas por internet, él se acostumbrará a hablar contigo y a mostrarte lo que ve y lo que busca. Por eso es acompañamiento y modelado.
Y a partir de los diez y hasta los 15 podrás ir dejándole niveles de autonomía con las nuevas tecnologías, como le dejas en el patio del colegio con sus amigos o como les deja jugar en el parque. Con cinco años estas muy pendiente, con 10 juegan, pero puedes está sentado en un banco viéndole de lejos y con quince puede moverse sin tú saber 100% todo lo que hace, pero yo sé que te lo va a contar. Si tienes buena relación con el, una buena comunicación, el niño en el parque dirá, oye, mira, menganito se ha subido a no sé qué árbol. Pues el niño con 15 años te dirá, oye, mira, me he metido en Tiktok y no sé quién ha hecho un reto… te lo va a contar igual.
¿Faltan más guías como la que publicasteis junto con la Comunidad de Madrid o el problema es que las familias no saben dónde encontrarlas?
Es muy buena idea que salgan guías, pero lo más importante es que los padres le puedan dedicar un tiempo a leerlas o preguntar a especialistas cuando empiezan a tener problemas, para cumplir las recomendaciones. Cuando unos padres dicen, yo ya no me siento capaz de regular el tiempo que tiene que estar mi hijo jugando a un
videojuego, ese es ya un momento para pedir ayuda, porque si no te sientes capaz… lo harías igual si dijeras, no sé cómo hacer que mi hijo deje de comer, acudirían a un especialista.
Ahora, antes de ir al especialista, es bueno que haya guías que expliquen cuál es la norma, que no quiere decir lo que hace la mayoría de la gente o lo que los chicos dicen que hace la mayoría a la gente, que es donde a veces nos perdemos. A veces los padres dicen, pero es que mi hijo dice que todo el mundo en su clase tiene
Móvil y luego no es cierto. O hay padres que dicen, no mi hijo no tiene móvil, pero utiliza el mío. Entonces claro, al final, esto es como engañarte a ti mismo en la educación de tus hijos. Educar es complicado.
Yo creo que la guía que hemos desarrollado junto a la Comunidad de Madrid es una iniciativa muy buena porque toca muchos de los temas más relevantes con ejemplos
concretos para poderlos guiar. Pero es importante difundirla, como estáis haciendo vosotros, que la gente sepa dónde la puede leer, que la lean, que a veces nos cuesta leer para saber cómo hacer las cosas. Y que, si surgen dudas, pueden acudir a un especialista. Nosotros tenemos un teléfono gratuito de atención a familias y adolescente, 900 65 65 65, donde resolvemos este tipo de dudas: respecto al uso del teléfono móvil, la violencia que puede generar un chico o una chica cuando se lo quitas, los contenidos que pueden acceder o no, cómo guiarte por los códigos PEGI que marcan la edad de uso y los contenidos de los videojuegos, y que se pueden encontrar en la guía que publicamos. A veces los padres no pueden saber todo esto, pero pueden preguntar. Y ahora mismo tenemos recursos donde se puede ver, como en la guía o el teléfono gratuito.
¿Cómo pueden ayudar los colegios los colegios?
Los colegios pueden ayudar comprendiendo que lo mejor es colaborar con los padres y animar a los padres a colaborar con los colegios. La colaboración entre escuela y familia es esencial en toda la educación y en el ámbito de las nuevas tecnologías en particular. Es importante que los padres puedan hablar con los profesores y consultarles las dudas que tengan. Si los profesores no conocen esos temas, es un buen momento para que puedan buscar información o formarse.
Y también es importante que los profesores puedan hablar con los padres y darles información en las tutorías. No solo del ámbito académico, sino del ámbito relacional como también hacen y, del ámbito del uso de las nuevas tecnologías. Porque a veces los profesores son capaces de detectar que esta chica o este chico empieza a hablar de este tipo de contenido, de un contenido violento o inadecuado. O vemos que habla mucho, o que dedica mucho tiempo al teléfono móvil, a jugar a videojuegos online o a una videoconsola. Y a veces que los profesores propongan que a lo mejor no es apropiado que su hijo pase jugando dos horas todas las tardes, es muy interesante Yo sé que es difícil porque a veces cuando los padres y los profesores colaboran surgen fricciones y en lugar de colaborar compiten. Pero la clave para la educación es la colaboración escuela y familia.