
El pasado 10 de abril se celebró el Día Mundial de la Ciencia y la Tecnología, una buena ocasión para analizar el estado de la cuestión en este ámbito, lo que en ÉXITO EDUCATIVO hacemos en esta entrevista de la mano de Juan Riva de Aldama, CEO de IMMUNE Technology Institute.
¿Cuáles son los empleos que generará la tecnología?
Se prevé que la tecnología genere 650.000 empleos nuevos netos en los próximos 10 años en España; por cada empleo que destruye se crean 2,4 de la nueva economía. No obstante, además de los empleos de nueva creación, en áreas como la inteligencia artificial, la ciencia de los datos o la robótica, la tecnología permitirá que muchos empleos ya existentes evolucionen y se actualicen.
Asimismo, desde IMMUNE creemos firmemente que no podemos dejar de lado las habilidades y la formación relacionada con las ciencias sociales y humanas y, por ello, nuestros programas tienen un 20% contenido enfocado en lo que llamamos human science (ética, relaciones sociales, compañerismo…). El gran reto de nuestra sociedad es humanizar la tecnología, para que esta sea una herramienta al servicio de la sociedad y no una amenaza que nos paralice.
¿Está hoy el sistema educativo preparado para formar en ese tipo de habilidades?
Todavía queda mucho camino por recorrer. Es cierto que la pandemia ha acelerado esa percepción y necesidad relacionada con la digitalización, pero se sigue haciendo de una forma parcial. La tecnología es vista como un departamento estanco y diferente a otras disciplinas, cuando en realidad puede ser eje que vertebre todo el sistema.
Nosotros tenemos alianzas no solo con empresas, sino también con universidades, como la Universidad de Villanueva, o con instituciones, como la Comunidad de Madrid con el objetivo de formar a docentes. La concienciación es cada vez mayor, pero es fundamental que demos un salto cualitativo y, para ello, necesitamos una verdadera apuesta por la transformación tecnológica.
Es posible que tengamos que hacer mayor labor pedagógica y de concienciación en este sentido, pero tenemos que tener claro que el futuro de cualquier sociedad, también la española, pasa por esta revolución. Seremos, o no, en función de ello.
En todo este proceso, la transformación digital es ineludible ¿En qué punto se encuentra España y, en particular, el sistema educativo español?
Los datos y noticias que leemos no nos invitan al optimismo; según señalaba la OCDE en septiembre del pasado año, España era el país con menor capacidad para fomentar el uso de la tecnología en la enseñanza: solo el 11,5% de los profesores era incentivado a integrar la digitalización en las clases, frente al 56,7% de la media de los países integrantes de la organización.
No podemos quedarnos rezagados; tenemos que diseñar un nuevo modelo educativo que dé respuesta a las necesidades que tienen nuestras compañías en el presente. Uno de los grandes problemas de nuestra juventud es precisamente el desempleo; sin embargo, sabemos que hay miles de puestos relacionados con la tecnología que quedan vacantes porque no hay profesionales suficientes. Es nuestro deber despertar estas vocaciones y descubrir el talento que hay en España.
La pandemia ha puesto de manifiesto esta brecha digital, pero espero que sirva de impulso para tomar las medidas necesarias; medidas que permitan formar a nuestros profesores, digitalizar las aulas y diseñar una oferta formativa que se adecúe a las verdaderas necesidades de nuestras compañías.
La tecnología está vinculada con las carreras STEM ¿De qué modo fomentar esa vocación tan necesaria para el desarrollo del país?
Es cierto que la tecnología está estrechamente relacionada con este tipo de carreras; no obstante, desde IMMUNE creemos que hay que trascender esta visión tan reduccionista; la tecnología está presente en todas las áreas de nuestra vida; en todos los sectores productivos; en el ocio, en el trabajo…
Por ello, en IMMUNE consideramos que en primer lugar hemos de ser conscientes de que la tecnología no es un sector aislado; es un eje transversal a todas las áreas de nuestra vida. No obstante, es obvio que hay carreras más especializadas y ligadas a las vocaciones STEM y nuestra apuesta para fomentar estas vocaciones es clara. En primer lugar, acercar la tecnología a los más jóvenes a través de su lenguaje con dos objetivos: que pierdan el miedo y que vean que la tecnología, las matemáticas, la ciencia y las ingeniería no son algo abstracto, sino que está presente en nuestro entorno a través de ejemplos prácticos.
Para ello, organizamos programas para jóvenes, Young Immuners, en los que aprenden, a través del gaming, a programar, nociones sobre robótica, la ciencia de los datos, etc. A lo que se suman los retos tecnológicos que les lanzamos, como Change the Course o Future Genius.
Otro de nuestros retos es reducir la brecha de género existente; lamentablemente, todavía existen diferencias y observamos que entre nuestros estudiantes predomina el género masculino. Estamos trabajando para poder llegar a las niñas a través de modelos y referentes que puedan servir de inspiración ya que, en los últimos años, la tasa de participación de las mujeres en las áreas STEM ronda el 30%.
IMMUNE desarrolla el método educativo basado en el ‘learning by doing’ ¿De qué se trata?
Desde IMMUNE creemos que la formación y la educación tienen que tener una aplicación práctica; tenemos a los jóvenes mejor formados de la historia, pero no suelen tener la oportunidad de plasmar sus conocimientos a nivel práctico.
En este sentido, es fundamental diseñar un sistema de aprendizaje práctico en estrecha colaboración con el tejido empresarial; generar alianzas. Para ello, tenemos un modelo de aprendizaje 100% práctico que condensa los conocimientos teóricos clave. A esta forma de entender la educación se le añade otro eje: “case to be solved”, la evolución del conocido “case study”, donde los alumnos aprenden resolviendo casos reales que nos proporcionan nuestros partners corporativos. Nos estamos dando cuenta de que esta forma de afrontar la etapa de transición hacia el mundo laboral contribuye a que los alumnos se sientan con mayor confianza y seguridad a la hora de afrontar un proyecto real.
Por su propia naturaleza, la transformación digital es un concepto en constante movimiento. La formación continua ya no es una opción, imagino.
Efectivamente, la formación continua o lo que hoy se denomina el “lifelong learning” es una realidad. La velocidad de la transformación tecnológica nos obliga a mantenernos actualizados en todo momento; pero no solo a las empresas, sino, sobre todo, a nosotros mismos como institución educativa.
Ello nos exige avanzar en lo que está por llegar, estar en constante interlocución con empresas del sector tecnológico, entidades formativas y con profesionales de primera línea con los trazamos el camino de nuestra oferta educativa.
En este sentido, cabe destacar que las empresas pueden quedarse rezagadas si no incorporan a su plantilla profesionales con habilidades y conocimientos tecnológicos. Sin embargo, con esto no quiero decir que tengan que despedir a sus empleados actuales, sino ofrecerles la formación adecuada para adaptar sus puestos y funciones a la realidad que demanda el mercado. De hecho, según los datos que manejamos, el 81% de las compañías apuestan por esta recapacitación/reciclaje (upskilling/reskilling) de sus empleados; un dato muy positivo que esperamos que se lleve a la práctica.