
Los planes de estudio en la Edad Media no estaban marcados por leyes. Lamentablemente, con una población analfabeta en sus tres cuartas partes o más, solo tenían acceso a la enseñanza unos pocos, los miembros del estamento nobiliario y del clero aunque, a partir del renacimiento cultural del siglo XII fueron multiplicándose las escuelas y el acceso al conocimiento. Estaba consagrándose la figura del “intelectual”.
Precisamente, en esa centuria decía el filósofo neoplatónico Bernardo de Chartres que “somos como enanos a hombros de gigantes”. Esta frase nos viene hoy al caso de la polémica suscitada hace unos días por el supuesto cambio de los signos del zodiaco, modificación que como ha confirmado la NASA no va a producirse sino que se trata de un bulo, de una fake news, de una falsa nueva como podría decirse en el siglo XVI, en el reinado de Felipe II.
Las alegorías de la sabiduría están presentes en El Escorial, conjunto monumental que el monarca prudente mandara edificar como palacio, basílica, monasterio y centro de enseñanza. Las matronas y los relatos sobre cada disciplina forman parte del homenaje escurialense al trivium y al quadrivium en la Biblioteca Real.
En el siglo V Marciano Capella fue uno de los primeros que clasificó las artes liberales, esto es, las ciencias que debía conocer todo ser humano libre. Aquí debemos denunciar nuevamente la lacra de la esclavitud que en los tiempos pretéritos es imposible de borrar. A grandes rasgos, las letras se agrupaban en el trivium y los números en el quadrivium. El trivium constaba de gramática, dialéctica y retórica. El quadrivium, de aritmética, geometría, música y astronomía.
Y, llegamos a este punto, nos preguntamos: ¿qué papel tiene la astronomía hoy en los planes de estudio?
En la semana siguiente al día de Reyes, los astros han seguido presentes en las noticias. La actualidad ha venido marcada por un bulo que parecía afirmar que iba a cambiar el zodiaco. Sobre nuevas constelaciones se ha hablado recurrentemente, pero en enero de 2023 la NASA ha tenido que emitir comunicados asegurando que los signos del horóscopo no van a cambiar. Al escuchar la palabra horóscopo, imaginamos la página de la revista o a los astrólogos que hacen vaticinios.
Sin embargo, es la NASA la organización que ha tenido que fijar unos límites. Y es que la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio es desde su fundación en 1958 la agencia del gobierno estadounidense responsable del programa espacial civil, así como de las investigaciones aeronáutica y aeroespacial.
Todas las civilizaciones antiguas prestaron atención a los astros. El horóscopo estandarizado en Europa y América es de raigambre babilónica. El zodiaco se fundamenta en la división en doce partes iguales de la banda celeste sobre la cual trazan sus trayectorias el Sol, la Luna los planetas. Se basa en la dinámica de avance de un sector cada mes del año. Cada sector incluye la constelación a la que debe su nombre y tiene su correspondencia en los meses. Los griegos mantuvieron la división de esta banda en doce partes iguales. Y así, llegó a nosotros.
Cuando los chinos crearon su zodiaco también recurrieron al número 12 y a los animales somo símbolos. De hecho, desde el 22 de enero de 2023 estamos en el año del conejo. Lo que pasa es que la astronomía china asignó un planeta a cada uno de los cinco elementos chinos en los que se divide el Ying y el Yang: a Júpiter la madera, a Venus el metal, a Saturno la tierra, a Marte el fuego y a Mercurio el agua-aire.
Sobre la amalgama de culturas en torno al horóscopo nos da pistas la etimología. El vocablo “zodiaco” procede del término griego “zoon” (animal), no en vano los animales están presentes en los signos del zodiaco, como veremos en la cuarta entrega de esta serie de artículos. Por su parte, la palabra “horóscopo” procede del egipcio “Horo” y del griego “Skopo”, lo que significa “mirar a Horus” o “mirar al horizonte”.
En el siglo IV a.C., gracias a Alejandro Magno el horóscopo se fue difundiendo por Asia, Egipto y Europa, convirtiéndose en una especie de oráculo que en el presente, con sus certezas y sus falsificaciones, está al alcance de todos. Y, en 2023, vuelve a la carga la idea de que va a modificarse el calendario con la introducción de un nuevo signo, Ofiuco, que ya era conocido por los babilonios hace milenios, y que sin embargo no tiene hueco oficial en los arcanos.
En el presente, la enseñanza de contenidos relacionados con la astronomía, aunque implícitamente no figure como una asignatura independiente, está más presente de lo que podríamos pensar, esto se debe a la importancia de los conceptos astronómicos en nuestro día a día.
En Educación Infantil se forma en el aprendizaje de la división de la jornada en día y noche, en el Sol y la Luna, en las estaciones del año, los meses, los días, las horas, etc. En Primaria se estudian las constelaciones y los planetas, la configuración del sistema solar y los movimientos de rotación y traslación en la asignatura de Ciencias Sociales. Del mismo modo, en ESO se ahonda en el origen del universo en la asignatura Biología y Geología y, en Bachillerato, los estudiantes que escogen las modalidades de Ciencias Sociales y Humanidades pueden avanzar en el estudio de la Meteorología en la asignatura de Geografía.
En el Museo del Prado se guarda una colección del siglo XVI de alegorías de signos del horóscopo tal y como todos los conocemos. La Sociología y la Antropología han quedado impregnadas de la influencia cósmica. El pintor anónimo de estos óleos, en el mes de marzo situó el triunfo de Minerva (Atenea para los griegos) en el carro de Aries, signo que inicia su “reinado” el 21 de marzo, con el equinoccio que da paso a la primavera y a los plácidos paseos al aire libre. Época de excursiones la primavera para contemplar los calendarios agrícolas en san Isidoro de León o en la iglesia de Campisábalos (Guadalajara) y para mirar al firmamento en la cúpula del Planetario de Madrid.
Por tanto, ¿se estudia el horóscopo en el colegio? No. Pero sí que es importante que, desde la primera infancia, el escolar pueda ir interconectando conceptos desde las Ciencias Naturales a las Sociales, pasando por Lengua, Arte y los idiomas de la Cultura Clásica para responder a interrogantes y asimilar saberes que lo acompañarán siempre: ¿influyen las fases de la luna en las mareas y en el comportamiento humano?, ¿por qué los símbolos del zodiaco se representan con animales?, ¿cómo es posible que la mitología siga viva a partir de signos como Sagitario?, ¿en qué medida la trigonometría se halla detrás de las conjunciones astrales?, ¿tienen música los planetas?
DRA. LAURA LARA MARTÍNEZ
DRA. MARÍA LARA MARTÍNEZ
Profesoras de la UDIMA
Escritoras Premio Algaba