
Aunque aún disfrutamos de unas temperaturas suaves y de un clima templado para lo que es habitual en esta época del año, los centros concertados miran con auténtica preocupación cómo van cayendo las hojas del calendario y se aproxima el frío. Y con él, el encendido de las calefacciones y una factura que sumada a la de la luz, que también se ha disparado, amenaza con hacerle un roto descomunal a las cuentas de los colegios.
Sobrecoste
Luis Centeno, secretario general adjunto de Escuelas Católicas afirma, en declaraciones a ÉXITO EDUCATIVO que el impacto que prevén por la escalada de precios “multiplique por dos la factura eléctrica y por 5 la de la calefacción. Esto supondrá un crecimiento exponencial del déficit estructural de los conciertos educativos”. Y añade que “si el gasoil o el gas no bajan de precio, es muy probable que algunos centros concertados no puedan hacer frente al incremento del coste. Por su volumen, no están considerados como consumidores individuales, por lo que no se benefician de reducciones de precio. Es lo mismo que sucederá en muchas viviendas con calefacción central. Intentaremos mantener el bienestar de los alumnos”.
César Aceituno, presidente del consejo rector del Colegio Miramadrid explica que “en nuestro centro, los gastos de electricidad y gas se han duplicado a pesar de haber realizado importantes inversiones en un parque fotovoltaico y haber tomado medidas de ahorro”. Javier Martínez, presidente de UECoE, asegura que “la factura de la luz, que casi se ha triplicado, ha puesto contra las cuerdas el presupuesto para gastos de funcionamiento que tienen los colegios y está limitando al máximo cualquier desembolso que no sea estrictamente necesario: luz, agua, mantenimiento, calefacción, etc”.
También ha habido cooperativas que han optado por instalar placas solares que ahora se convierten en un problema financiero: “hasta que amorticen la inversión y consigan las ayudas de los fondos europeos Next Generation, si los consiguen, van a estar en un escenario complicado”, se lamenta Martínez.
En el Colegio Claret de Madrid, José Ignacio Jiménez, su director, mira con preocupación la factura de gastos, que prevé que se incremente entre el doble y tres veces respecto a años anteriores. “Eso contando la electricidad, la calefacción, la cocina los proveedores… el incremento de gasto es importantísimo. ¿Cuál es el reto? El reto es mantener el servicio a las familias con la misma calidad, sin repercutir en ellas el aumento en su totalidad, porque eso sería una barbaridad. Ese es nuestro reto”.
Medidas de ahorro
Ese reto del que habla Jiménez trae de cabeza a todos los equipos de dirección. César Aceituno explica que “de continuar esta tendencia, nos veremos obligados a racionar el uso de la calefacción y dejar de invertir en otros aspectos que necesitan nuestros alumnos”. Luis Centeno señala que “se están tomando medidas de control de gasto, eliminando cualquier concepto no imprescindible. Por otro lado, de acuerdo con las actuales medidas sanitarias, se evitará la apertura permanente de las ventanas y puertas. Se procurará renovar el aire adecuadamente, pero se intentará mantener la temperatura constante en torno a los 19 grados”.
En el Claret ya han empezado a hacer planes de contingencia para “ahorrar electricidad, aumentar la eficiencia en la calefacción, mantener la confortabilidad de las aulas, incluso aunque haya que ventilar entre clase y clase como recomienda la norma. Vamos a ir viendo cómo podemos enfrentarnos a este a este golpe económico realmente importante”.
Petición a la administración
Los ojos se vuelven a las administraciones educativas: “La administración debe sufragar este sobrecoste para poder garantizar la viabilidad de los centros concertados, los cuales ofrecen un servicio público que actualmente se encuentra infrafinanciado,” pide César Aceituno.
Por su parte desde Escuelas Católicas Centeno asegura que son “las administraciones públicas las que deben financiar los costes directos de impartición de la enseñanza”. Aunque las organizaciones de titulares de centros más representativas han solicitado tanto al Grupo Parlamentario Socialista como al resto de grupos, un incremento en el módulo de conciertos para 2023, especialmente, en la partida destinada a “gastos de funcionamiento” que incluye suministros, calefacción, limpieza, mantenimiento, etc., de momento, no han obtenido respuesta.
José Ignacio Jiménez, incide en que “nos encontramos con una dificultad muy grande para enfrentarnos a esta situación, porque no tenemos actualizados los módulos de los conciertos. También es cierto que hay que esperar un poquito porque esto nos está pillando a todos a contrapié, y hay que ver cómo va a evolucionar”.
Las cooperativas no lo están pasando bien, explica Javier Martínez, ya que tienen más gastos fijos que antes. Y recuerda que “la asignación de gastos de funcionamiento, perteneciente al módulo de concierto, hace más de una década que está prácticamente congelado, y sin embargo, los suministros se han disparado. Es imprescindible que se incrementen estas partidas para gastos corrientes“. Y pide a la administración que realice una planificación económica que permita a los centros “recuperar dotaciones presupuestarias que garanticen el desarrollo de las actividades en unas mínimas condiciones”.
El comedor, otro gasto que se dispara
La escalada de precios en la cesta de la compra también impacta en los costes del servicio de comedor. El precio que pagan las familias depende si se ofrece mediante un servicio de catering o si hay cocina propia en el centro. “En el primer caso, – cuenta Luis Centeno – hemos negociado con las empresas una subida moderada, muy inferior al IPC. En el segundo caso, los centros están asumiendo el diferencial entre el IPC de la cesta de la compra y la subida de la cuota a las familias, diferencia que puede llegar al 4% en perjuicio de los centros”.
Y, por si fuera poco, según el sector de la restauración colectiva, la propuesta del nuevo proyecto de ley del Real Decreto de Consumo para comedores va a provocar una subida del 25% en los menús. Según la patronal Food Service España, las medidas propuestas por el Ministerio de Consumo tendrán como consecuencia un importante encarecimiento de los precios y muy poca mejora a nivel nutricional. Exigencias como un 5% de cuota de producción ecológica, o los productos de proximidad, que, según las empresas, no tienen ningún impacto nutricional, pero sí un importante impacto económico. Food Service España ya ha hecho llegar sus alegaciones al Ministerio.