
En los últimos días la Asociación Nacional de Profesionales de la Enseñanza (ANPE) ha promovido una campaña para el buen uso del móvil y las redes sociales, motivado por un incremento de denuncias por parte del profesorado. Los docentes aseguran que se está haciendo un mal uso de los teléfonos móviles en las aulas, llevando a los profesores a ser víctimas de situaciones de conflictividad y abusos. Por este motivo, desde ÉXITO EDUCATIVO hemos querido profundizar en este asunto contactando con Ramón Izquierdo, secretario de Acción Sindical Estatal de ANPE, para conocer de primera mano qué es lo que está ocurriendo con los teléfonos móviles, las redes sociales y las relaciones entre alumnos y docentes.
El secretario de Acción Sindical Estatal de ANPE relata que se han vivido diferentes situaciones conflictivas que han dado lugar a que los docentes hayan manifestado su malestar al servicio que ofrece el sindicato: “Existen situaciones muy variadas, pero la queja del profesorado se centra en las grabaciones en las que recogen a un compañero y le caricaturizan en diferentes redes sociales: con repeticiones de vídeo en bucle y mensajes que resultan ofensivos, incluso, insultantes. El problema viene, además, por la gran difusión que llegan a conseguir este tipo de contenidos en las redes sociales. Esta situación no la están padeciendo únicamente el profesorado porque también la sufren los alumnos”.
A finales de 2019, ANPE ya anunciaba en rueda de prensa que habían aumentado las amenazas de alumnos hacia profesores y la inquietud que provocaba que los casos de violencia y acoso entre escolares se mantuviese. La asociación, además de denunciar de manera pública estos datos, ha realizado campañas tratando de concienciar y aportar buenas prácticas en las redes sociales. Un buen ejemplo de ello fue la publicación en 2018 de un decálogo del buen uso de los grupos de WhatsApp.
Debido a las situaciones que señala Ramón Izquierdo, ahora ANPE ha publicado un decálogo para para el buen uso del móvil y las redes sociales: “Hemos considerado que sería interesante enfocar este decálogo hacia el alumnado que es quien realmente usa, mayoritariamente, un tipo de redes sociales específicas. Pretendemos que se haga un uso racional de la tecnología”.
En la actualidad existe un gran número de redes sociales en las que los estudiantes están presentes, Izquierdo señala que son “Istagram y TikTok, las aplicaciones de moda” y es ahí donde a partir de “pequeños vídeos e imágenes se hacen bucles de movimientos y se parodian situaciones, compartiendo y poniendo en riesgo la imagen. Esto resulta, al final, preocupante. No sucede lo mismo con otras, como Facebook o Twitter, pero sí, en ocasiones, también se puede decir que en Snapchat, porque la usan bastante”.
Ante estas situaciones es difícil detectar cuándo un alumno está realizando un acto de este tipo, sobre todo por la instantaneidad de los vídeos o, como explica el responsable sindical de ANPE: “En ocasiones son los profesores los que descubren esta situación, pero otras son los alumnos los que delatan estas circunstancias o amigos de amigos. Porque es tal el alcance que alguna vez el hijo de algún docente, que estudia en un instituto distinto, es el que ha descubierto este tipo de contenidos ofensivos o menospreciando al profesor. También sucede que cuando se quiere denunciar la publicación, ha desaparecido o se pasan los vídeos entre alumnos y, cuando se hace público, no se sabe bien quién ha sido la persona que lo ha grabado. Los jóvenes deben saber que compartir este tipo de vídeos es formar parte de un hecho que puede llegar a ser un delito”.
No son habituales las amenazas directas a profesores, explica Ramón Izquierdo, “salvo algún caso excepcional. Lo que se está normalizando son contenidos en los que se ridiculiza a compañeros de clase o al equipo docente y los causantes intentan mantener el anonimato; también se crean cuentas falsas para difundirlo”, llegando a viralizarse este tipo de burlas en muy poco tiempo.
Utilización de móviles en las aulas
La Comunidad de Madrid anunciaba recientemente que prohibirá el uso de teléfonos móviles en los centros educativos el próximo curso. En este sentido, Ramón Izquierdo considera que son los centros “con su autonomía, los que, de hecho, prohíben el uso del móvil durante el horario lectivo, salvo que el profesorado lo solicite. Hay materias o contenidos que pueden precisar el uso de las redes sociales o, incluso, del teléfono móvil… Por eso, consideramos que debería ser el propio centro el que marque sus propias normas. Así que esta medida nos parece innecesaria, porque hay asignaturas como Comunicación, Tecnologías de la Comunicación, Informática o de otras áreas donde los docentes necesitan utilizar algún tipo de aplicación para móviles y desarrollar así una actividad”.
Izquierdo piensa que “son las familias” las que deben enseñar el buen uso de la tecnología, en este caso, de los móviles a los estudiantes: “También los centros educativos. El profesor tiene mucho que decir en este sentido y la sociedad, en general, es la que educa a los ciudadanos del futuro. Las herramientas no son malas de por sí, el problema está en el mal uso que se les da. Por eso, hemos publicado el decálogo, en el que expresamos que hay que dar un buen uso a la tecnología y las redes sociales”.
Por último, el secretario de Acción Sindical Estatal de ANPE manifiesta que los equipos directivos deben invertir más en formación para evitar situaciones como las que se está denunciando por parte del sindicato: “Las Administraciones deben formar al profesorado para conocer, prevenir y evitar estos casos de ciberbullying en los centros educativos. Además, ya existen mecanismos establecidos en los consejos escolares o en las comisiones de convivencia para poder actuar de una forma adecuada. En definitiva, es necesario una buena planificación, también formación en cada comunidad autónoma y una coordinación que resulte efectiva”.