
Los libros de texto y los materiales didácticos adaptados a los nuevos currículos derivados de la LOMLOE han llegado a los colegios puntualmente, incluso en aquellas comunidades – nada menos que siete – que todavía no han aprobado la parte que les corresponde. Así lo asegura ANELE, la Asociación Nacional de Editores de Libros y Contenidos Educativos, que ha hecho público su Informe “El libro y contenidos educativos en España. Curso 2022-2023”.
Dificultades
Pero para lograrlo, las editoriales han tenido que hacer frente a dificultades nunca vistas antes. La primera ha sido la enorme tardanza en la elaboración de los nuevos currículos por parte de las Administraciones Públicas. Una tarea que, aseguran, no está siendo “ni rápida, ni sencilla, y a ello ha contribuido la escasa capacidad de las diferentes Administraciones para alcanzar acuerdos”. Esos currículos no sólo son importantes “para la elaboración de los libros de texto, también para el conjunto de la comunidad educativa, pues estos determinan no solo los contenidos, también la programación de las materias, las cargas horarias, etcétera”. Como muestra el cuadro elaborado por ANELE, los primeros currículos autonómicos se aprobaron a principios de junio, y los últimos a finales de agosto y el primer día de septiembre. Además, otras siete comunidades, a día de hoy, siguen sin aprobar sus currículos: Andalucía, Canarias, Castilla y León, Cataluña, Galicia, Murcia y País Vasco.

Ante estas circunstancias, tanto profesores como editoriales se han tenido que basar en los borradores para preparar las clases, los libros y el material didáctico.
Según los editores, esta circunstancia, unida a los mensajes contradictorios de algunas comunidades, como Cataluña o Madrid, sobre la renovación de los libros de texto, ha hecho que no pocos colegios pospusieran a septiembre la elección de estos. ANELE reconoce que eso ha afectado a la planificación logística, y a que, puntualmente, algunos libros se agotaran en las librerías, aunque asegura que esas incidencias se están resolviendo en pocos días.
Inversiones millonarias
Según el informe, no hay precedentes en la historia de la educación española al proceso de adaptación al que obliga la LOMLOE, ya que nunca antes se había tenido que renovar todos los libros de texto de los cursos impares. Además, este proceso se ha hecho en tiempo récord, y ha obligado a realizar “inversiones millonarias por parte de las empresas. Todo ello en un escenario de incremento de costes y de inflación”. El sector está sufriendo, como todo el mundo, la subida de los precios y el aumento del coste de la energía. Además, el precio del papel se ha disparado. Pese a ello en el informe se asegura que “el sector editorial de libros de texto está tratando de ajustar al máximo sus costes de producción para tratar de evitar trasladar a las familias el fuerte incremento de los gastos”.
Unas familias que reciben ayudas en muchas comunidades autónomas, de forma que “algo más del 50% del alumnado de la enseñanza obligatoria recibe algún tipo de ayuda para los libros de texto”, bien sea de forma directa, por préstamo de libros o por desgravaciones fiscales.
Homogeneizar las ayudas
De esto modo ANELE subraya la notable disparidad de los programas de ayudas de cada comunidad autónoma, con diferencias en los recursos económicos, los procedimientos, las cuantías y los modelos de adquisición de los libros.
Para evitar que se generen situaciones de desigualdad entre el alumnado, ANELE pide al Ministerio que lidere “los trabajos para alcanzar un consenso en el desarrollo de un programa de ayudas a las familias en todas las comunidades autónomas. Se trataría de fijar unos criterios comunes, como en a quien debería beneficiar, cuándo, cómo y, además, establecer los mecanismos para dotarlos de los recursos económicos para hacerlos viables y, sobre todo, sostenibles”. Así, defienden, se compensarían las situaciones socioeconómicas desfavorables y se garantizaría la equidad y la igualdad de oportunidades educativas.
Contra el intervencionismo de las Administraciones
A ANELE le preocupan propuestas e iniciativas autonómicas en lo que tiene que ver con los contenidos digitales, para crear o contratar recursos que, afirman, podrían poner en riesgo el pluralismo educativo y la libertad de creación.
Los editores recuerdan que la Ley establece que son los docentes los únicos que pueden seleccionar los libros y materiales educativos que se emplean en sus clases. Y lanzan una advertencia contra intentos de cualquier gobierno tentado de intervenir todavía más en los contenidos, asegurando que “la selección o promoción de determinados contenidos podría convertirse en una suerte de vuelta al libro único que pondría en riegos la libertad de cátedra. Por no hablar de lo que supondría que sea un determinado Gobierno quien determine qué desarrollo de los contenidos se imparten en sus clases”.
El informe destaca que la oferta de libros de texto y contenidos digitales ha aumentado mucho en los últimos años. Para el presente curso, las empresas asociadas a ANELE ofrecen 34.371 títulos en papel y 26.749 en soporte digital. Con semejantes cifras, concluye el informe, debería ser innecesaria la intervención de las Administraciones educativas en la elaboración de los contenidos que se utilizan en las aulas en sus respectivas comunidades autónomas.