Llegó el momento de ser digitales de verdad

Llevamos muchos años hablando de la digitalización de la escuela, y ahora, por culpa del COVID-19 (o gracias a él) podemos comprobar si realmente se ha avanzado algo.

En los últimos 20 años hemos pasado por varias fases. Primero se crearon aulas de informática, con su correspondiente asignatura. Hace menos tiempo se llenaron las aulas de pizarras digitales, las cuales en algunos casos han terminado ejerciendo el efecto pantalla de cine. Finalmente algunos centros, en los últimos años, han empezado a utilizar tablets, plataformas digitales y medios propios de la era de la comunicación.

En este momento actual, en el que se han suspendido oficialmente las clases en todo el estado, y que desde el Ministerio de Educación se ha promovido la formación online nos damos cuenta de la auténtica digitalización de la escuela.

Pero, ¿cómo responden los colegios ante esa formación online que hoy es obligatoria? Si tenemos en cuenta  que el 66% (datos 2018) de los colegios son públicos, y que las plataformas educativas de la administración pública no ofrecen actividades pedagógicas, ni recursos formativos, queda evidente que la escuela no está digitalizada.

Esta semana está quedando radiografiada una realidad dual: la de unos docentes que entregaron una montaña de libros, con varios folios de ejercicios para hacer en casa, y ahí se acabó la educación online; y por otra parte la de esos docentes que movidos por una pedagogía actual están inundando las redes sociales de recursos para las familias, aplicaciones educativas, vídeos grabados por ellos mismos…

El otro 34% de la escuela española, concertada o privada, también está usando sus recursos, y en este caso vemos muchas escuelas dando un uso real a los recursos digitales. Aquí es donde la comunicación escuela – familia cobra una relevancia fundamental, ya que el uso de una comunicación mediante mensajería instantánea, no sólo mail, y menos aún agenda escrita, posibilita dar respuesta a los padres.

Los docentes necesitamos canales de comunicación digitales, necesitamos que la administración de soporte de software para poder realizar videoconferencias con los alumnos, y ofrezca recursos digitales. Esos recursos no pueden depender de canales privados de YouTube, ni de utilizar el almacenamiento en la nube que nos ofrecen empresas de terceros (Google, Dropbox, etc).

Esta situación creada por el COVID-19 está dejando entrever las carencias de esos centros que siguen perpetuando el modelo educativo de hace 30 años, y las necesidades de todos esos docentes que buscan dar respuesta a sus alumnos y sólo pueden hacerlo por medio de aplicaciones de terceros. Sólo el 8% de las escuelas españolas está ofreciendo una formación online a los alumnos de Infantil, Primaria o Secundaria de forma coherente.

Lograremos salir de la crisis sanitaria, ya que la labor de concienciación está siendo importante, y la población (empezando por los niños) está colaborando como corresponde, pero la pregunta es, una vez superado, ¿aprenderemos algo? ¿veremos, por fin, la digitalización generalizada de la escuela? Quiero ser persona de esperanza, y confío en que la rebelión analógica comprenderá que digitalizar no es sustituir al docente por un ordenador, sino darle un uso educativo a la Red. El maestro, desde la enseñanza de las emociones, el fomento de habilidades y competencias, es la pieza clave para esa digitalización que ahora se demuestra tan necesaria.

Francesc Vicent Nogales Sancho, tercer mejor docente de España 2018 (Primaria) Premios Educa Abanca; maestro del Colegio San Enrique (Quart de Poblet, Valencia)

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