Los expertos saludan los medidores de CO2 en las aulas

El catedrático en la Universidad UDIMA y decano del Colegio de Químicos de Madrid, Ricardo Díaz, ve con buenos ojos el anuncio de la Comunidad de Madrid de adquirir medidores de CO2 para conocer si la ventilación de las aulas frente al coronavirus es la adecuada. “Esta medida surge como consecuencia de la presión que muchos colegios y ayuntamientos están realizando para conocer si la ventilación llevada a cabo en las aulas es correcta”, afirma Díaz en declaraciones a ÉXITO EDUCATIVO.

La Consejería de Educación ya ha remitido a los centros educativos unas instrucciones donde responde a las dudas sobre la correcta ventilación en las aulas ahora que se empiezan a registrar bajas temperaturas en el exterior de las mismas.

Otro especialista en la materia, José Luis Jiménez, catedrático de Química y Ciencias Ambientales en la Universidad de Colorado (EEUU), afirmaba este miércoles en su perfil en Twitter que “medir el CO2 es decisivo para ventilar bien, y también es una oportunidad educativa”, subraya. En este vídeo grabado por él mismo y subido a YouTube, ofrece detalles sobre la transmisión de la COVID-19 por el aire.

“La concentración del CO2 en el aire es proporcional a la cantidad de aerosoles en un aula dado que ambos son consecuencia de la respiración de las personas que están dentro”, explica el catedrático Ricardo Díaz, quien agrega que en exteriores el CO2 está entre 350 y 400 ppm, valores que son idóneos”, pero advierte que en un aula “se pueden considerar como aceptables hasta los 550-600 ppm, aunque si se llega a los 700 ppm se deben abrir rápidamente puertas y ventanas para arrastrar todos los aerosoles aunque perdamos el confort térmico”.

Según se plasma en el texto remitido a los centros, el CO2 se genera por la respiración de las personas, con lo que en espacios cerrados tiende a incrementarse. Y en efecto, el nivel del aire exterior es de 400 ppm (partes por millón), y un valor entre 500 ppm y 700 ppm sería considerado como aceptable, por lo que en caso de llegar a 800 ppm, la ventilación sería obligatoria.

Además, señala el Gobierno regional, no resulta necesario instalar un medidor en cada clase, ya que se pueden utilizar las denominadas ‘aulas testigo’, que permiten definir el comportamiento de la concentración para espacios similares en superficie y ocupación.

Como norma general, la Comunidad de Madrid recomienda la ventilación natural cruzada en los espacios cerrados para evitar la transmisión del coronavirus, así como la reducción de aforos y el uso de mascarillas. Por ello, se considera necesario abrir las ventanas 15 minutos al entrar en un aula y la ventilación continua en aseos.

En la inmensa mayoría de las dependencias donde se desarrollan actividades docentes es posible generar la ventilación natural cruzada, ya que disponen de ventanas o puertas exteriores.

Dado que los 15 minutos al inicio y al final de cada jornada y durante el recreo no es tiempo suficiente para ventilar las aulas, es necesario abrir puertas y ventanas en momentos en los que también éstas se encuentren ocupadas. En el caso de registrarse temperaturas invernales extremas, es mejor realizar un mayor número de ventilaciones más cortas en lugar de tener todo el tiempo las ventanas parcialmente abiertas.

Además, los centros educativos de la región construidos después de 2007 cuentan con un Sistema Integrado de Ventilación (SIAV) que garantiza la calidad del aire, aunque no sustituye la ventilación natural que debe realizarse en las circunstancias actuales.

Ventilación forzada y purificadores de aire

En caso de que la ventilación natural cruzada no sea posible, se puede optar por la ventilación forzada a través de un extractor individual o un equipo impulsor con flujo de aire adecuado, pero debe evitarse, en todo caso, el modo de recirculación de aire interior sin aporte de aire exterior.

Respecto al uso de purificadores de aire para eliminar partículas que puedan contener virus, puede ser una solución en el caso de habitaciones sin ventanas o cuando las aberturas sean insuficientes, aunque su uso debe llevarse a cabo con asesoramiento sanitario y técnico. Pese a ello, la Comunidad desaconseja su uso en aulas con ventanas y puertas que permitan ventilación natural cruzada.

Las instrucciones de la Comunidad de Madrid también incluyen un apartado específico con observaciones sobre los aparatos portátiles de Filtros HEPA, adquiridos por ayuntamientos (a los que también se ha remitido este documento) y diversos centros con la llegada de las bajas temperaturas.

El Gobierno que preside Isabel Díaz Ayuso advierte de que algunos aparatos no están dimensionados por las volumetrías que se requieren en las aulas, que un uso inadecuado puede ayudar a expandir el virus o que su eficiencia no está probada suficientemente. Además, la colocación de los aparatos debe contar con el visto bueno de las autoridades sanitarias, tras un estudio cuidadoso de las corrientes generadas y los filtros deben cambiarse frecuentemente por personal especializado.

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