
Las decisiones que toman los profesores deberían responder siempre a criterios de conocimiento, experiencia, objetividad, racionalidad. Pero el docente, como cualquier profesional, no siempre se comporta de manera racional y a veces toma decisiones influidas por sesgos.
Y esto lo ha estudiado el Laboratorio de Economía del Comportamiento (LEC) de la Fundación COTEC, con resultados como que los docentes de menor edad y, por tanto, menor experiencia, presentan mayor tendencia a adoptar decisiones sesgadas. Ocurre otro tanto con los profesores que imparten clase en la etapa de Secundaria, por comparación con los de Primaria.
Para conocer cuándo y cómo se producen estos sesgos, los investigadores reclutaron a 304 profesores de Educación Primaria y Secundaria y les invitaron a participar en el experimento. Dada la dificultad de juzgarse a uno mismo, la prueba consistía en preguntar a los docentes por sus compañeros.
Para ello se les invitó a responder qué creían que decidiría su claustro ante una situación que exigiera elegir entre dos opciones, una sesgada y otra no: “Piensa en un claustro de 10 profesores, ¿Cuántos elegirían A y cuántos B?”. Esa fue la mecánica. El trabajo se completó con grupos de discusión que contrastaron y evaluaron las respuestas obtenidas en la encuesta.
La principal conclusión fue que los docentes admiten que hay sesgos en sus decisiones sobre métodos de evaluación, materiales educativos, repeticiones de curso, participación en actividades, etcétera, aunque no aparezca un patrón claro que los identifique.
Las decisiones pedagógicas están sobre todo influidas por el contexto y las características del grupo de clase. Sin embargo, la percepción de los participantes sí reveló que los profesores más jóvenes y los que imparten clase en Educación Secundaria son más propensos a tomar decisiones sesgadas.
Con todo, no existe un patrón identificable en la toma de decisiones docentes: son el contexto y, fundamentalmente, las características del grupo de clase lo que condiciona las decisiones pedagógicas que toma el profesorado, como se apunta.
En resumen, los docentes perciben que los sesgos existen en los claustros, como prueba el hecho de que no hubo ningún participante que piense que sus compañeros no tienen ningún sesgo y, sin embargo, sí se registran casos de profesionales que piensan que todo su claustro se colocaría en una opción sesgada.
Las dos variables que muestran resultados significativos en la toma de decisiones docentes son la edad y la etapa educativa en la que se trabaja: los profesores más jóvenes y los que imparten clase en Educación Secundaria son los que manifiestan tener una mayor percepción de sesgos entre sus compañeros de claustro, al tiempo que el profesorado de mayor edad y el que imparte clase en Educación Primaria son los que evidencian una menor percepción de sesgos entre sus compañeros.
La evaluación es el elemento que se percibe como más sensible en la toma de decisiones, además de presentar las mayores diferencias entre las dos etapas: En Educación Primaria hay una mayor flexibilidad y diversidad de herramientas y modalidades de evaluación. En Educación Secundaria está más condicionada por circunstancias normativas impuestas.
El informe completo puede descargarse clicando en este enlace.