Los valores y las virtudes como enseña de un colegio

four children standing on dirt during daytime

En el Reino Unido es obligatorio que los centros educativos se acrediten en lo que se conoce como la ‘educación del carácter’, de modo que un colegio no solo ponga en valor sus valores y virtudes, sino que demuestren su implementación en el modelo educativo y por medio de sus correas de transmisión, los profesores.

En este contexto, acaba de presentarse el Centro de Educación en Virtudes y Valores, que es el primer centro acreditador en España de escuelas en la educación del carácter, unas acreditaciones aún no obligatorias en España, de momento.

La Universidad Francisco de Vitoria (UFV) ha sido el anfitrión de esta iniciativa pionera en España: el Centro de Educación en Virtudes y Valores (CEV) que se crea para promover la educación del carácter en el ámbito nacional e internacional, colaborando con otras instituciones para este fin a través de la investigación, formación y difusión de la educación en el carácter, virtudes y valores.

El nuevo Centro toma como inspiración el ya existente Jubilee Centre for Character and Virtudes de la Universidad de Birmingham y trabajará en estrecha colaboración con la Association for Character Education (ACE).

Un ámbito este en el que el profesor ha (debe) jugar un papel primordial, pues será el enlace más directo con el alumno. No en vano, Mercedes Marín, directora General de Bilingüismo y Calidad de la Enseñanza de la Comunidad de Madrid, se centra en la figura del profesor como “piedra angular” de la formación en virtudes en los alumnos.

“Si tenemos en cuenta el tiempo que los niños pasan en el centro”, apunta, los profesores “son, después de sus padres, sus modelos de vida”, explica Marín, quien ve la influencia del profesor algo “capital” en el desarrollo de los jóvenes.

Por eso, “la formación de un docente tiene que estar más preparada, homogeneizada y profesionalizada; hay que ayudarle entendiendo la importancia de esta tarea para conseguir que los profesores sean transmisores de virtudes y valores”, sentencia Marín.

La directora del CEV, Verónica Fernández, recuerda que “la educación o formación no es la mera producción de conocimientos, entendidos como información, sino de un proceso de transformación personal”. Fernández puntualiza que “la educación del carácter incluye todas las actividades educativas explícitas e implícitas que ayudan a los niños y jóvenes o profesionales a desarrollar una connaturalidad hacia el bien; esta connaturalidad es lo que llamamos educación de la virtud”.

En la reciente presentación de esta iniciativa, que espera tener largo recorrido en España, los profesores James Arthur, director del Jubilee Centre for Character and Virtues de la Universidad de Birmingham, y Gary Lewis, director de la Association for Character and Virtues, exploraron en mayor profundidad la relación profesor–alumno y las figuras de los dos roles en la educación actual. “Tenemos que redescubrir el concepto de carácter”, aseguró Arthur, cuya premisa representa “ser la imagen de lo que significa ser humano”.

Para Lewis, poner el foco sobre la figura del alumno “es problemático”. “Deberíamos centrarnos en la formación de los profesores”, argumentó ya que, para el experto, los niños se forman según los modelos de las personas “que admiran y confían”, y ese es el objetivo de formar al profesorado.

Ambos expertos coincidieron en la importancia del entorno del estudiante: su familia, amistades, etc. “Los padres deben dejar que los niños se contraríen, se reten, fracasen y se formen como individuos. He encontrado a muchos padres que en lo único que se centran es en acabar con el sufrimiento de sus hijos”, indicó Lewis, una situación que se suma a los apuntes de Arthur, quien enumeró otros problemas como la soledad que sienten los estudiantes o los problemas mentales que les dificultan su día a día.

“Todos los niños, sin importar sus condicionantes de vida, tienen potencial. Y los profesores deben afilar esos potenciales, hacerlos florecer porque prosperar no es solo ser feliz, sino desarrollar todo el potencial”, sentenció Arthur, sobre cuál es el objetivo de la educación en virtudes y valores: “El florecimiento es el objetivo último de la de la educación del carácter y requiere la adquisición y desarrollo de virtudes intelectuales, morales y cívicas”, ha asegurado.

Primer centro acreditador en España

El Centro de Educación en Virtudes y Valores se convierte en el primer centro acreditador en España de escuelas en la educación del carácter. El profesor Gary Lewis, director de la Association for Character and Virtues, explica los criterios y el sentido que tiene este tipo de acreditaciones que son obligatorias en Reino Unido.

“Esta marca de calidad para las escuelas se centra en el plan de estudios, en las relaciones y los retos de los alumnos, promueve la autoevaluación y desarrolla la capacidad de liderazgo y la estrategia, fomenta la confianza y promueve la creatividad, entre otras características”.

Investigación y formación

El Centro tiene como fin la investigación que “estará al servicio de los colegios con datos y con informes a nivel nacional sobre temas que preocupan e interesan a los centros” explica Miguel Rumayor, responsable de investigación del Centro de Educación en Virtudes y Valores.

Otro de los fines es formar y lo hará a través del Máster en Pedagogía en Virtudes como formación continua para los docentes y en donde se ofrece un espacio en el que compartir las mejores prácticas para lograr la excelencia en la educación ha finalizado Juan Pardo de Santayana, responsable del área de formación del CEV.

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