Marga Santamaría: “Deseo un pacto por la educación y la verdadera igualdad de oportunidades para todas las niñas y todos los niños”

Marga Santamaría se presenta a sí misma como coach educativa y licenciada en Psicopedagogía. Experta en Inteligencia Emocional y Practitioner en PNL

Marga Santamaría se presenta a sí misma como coach educativa y licenciada en Psicopedagogía. Experta en Inteligencia Emocional y Practitioner en PNL, además de maestra terapeuta y Máster en Neuropsicología. Lleva más de 15 años en el mundo de la educación, alternando su trabajo como facilitadora en talleres experienciales, y formadora para equipos docentes y Escuelas de Familias, con sus colaboraciones como divulgadora educativa en medios de comunicación y en diferentes publicaciones. Y siempre con una permanente presencia en redes sociales. Es una persona, otra más, apasionada por el apasionante mundo de la educación.

Eres una experta en educación emocional. ¿Cómo crees que debe incidir en todos los tramos de enseñanza? ¿Se tiene suficientemente en cuenta?

La educación emocional debe estar presente en todas y cada una de las etapas educativas y para ello es necesario que el profesorado tenga formación. No sólo vale un dossier de fichas que una se descarga de internet.

Todas las etapas son clave a nivel de desarrollo y madurez y en cada etapa se puede profundizar de diferente manera. Desde ayudar a los más pequeños y pequeñas a que entiendan el motivo de su llanto y validarlo hasta acompañar a nuestros chicos y chicas de secundaria en la gestión de tantas emociones desagradables por las que pueden pasar.

Pienso que cada vez se está dando más importancia a la educación emocional, ya que se considera, entre otras, como una herramienta de prevención en salud mental, y ahora sí se habla más de eso porque el índice de suicidios está subiendo considerablemente. Pero no, hoy en día, no se tiene lo suficientemente en cuenta. Se sigue trabajando mucho por implantar programas de educación emocional en las aulas y por formar a profes, pero parece que es más importante sólo el contenido curricular.

Qué le dirías a quien dice que esto son modas.

Que venga a uno de mis talleres o formaciones, jaja.

Claramente no es una moda. La educación emocional ha existido siempre, como el cuidado de la salud mental y afortunadamente hoy se puede hablar casi libremente de todo ello. Trabajar la atención y entendimiento a las emociones es una medicina preventiva que puede ayudar a evitar situaciones complejas, duras, de inseguridad o bloqueantes, en edades posteriores.

Se debate mucho sobre educación. ¿Eso es bueno? ¿Es un debate más político o ideológico que de profesionales y padres?

Muchas veces en nuestro país pasa, que se llama al debate a personas que generan “el debate” pero no son expertos en la materia, y efectivamente dejamos de lado a los protagonistas de la educación. ¿Cuántas veces se pregunta a los niños y niñas? ¿Cuánto se les tiene en cuenta? ¿Cuánto se les está considerando en esta pandemia? Nos podría dar para más preguntas.

Hasta que no exista un verdadero pacto por la educación, se quedará casi todo en el aire. Las familias, los docentes y los niños y las niñas, son los que debieran participar de esos debates.

Recientemente, y lo digo con mucha emoción, Pilar Alegría, Ministra de Educación, ha recibido a un grupo de reconocidos y valorados docentes de toda España y de todas las etapa educativas, donde cada uno ha manifestado su visión a nivel educativo. Este hecho ha motivado que sigamos creyendo y no perdamos la motivación, es un pasito más. Gracias desde aquí a todos esos compañeros.

El COVID en las aulas. ¿Crees que ha impactado sobre todo en alumnos más vulnerables o que todos se han visto afectados de una u otra manera?

Todo nuestro alumnado, absolutamente todo se ha visto afectado por la crisis sanitaria, desde la brecha digital, dejando fuera a cantidad de niños y niñas que no cuentan con soportes tecnológicos en sus casas, hasta los casos de depresión y autolesión, pasando por el aumento del suicidio, que han crecido en porcentajes en nuestra población adolescente. Cierto que ha afectado más a unos que a otros, pero a todos. Las administraciones, los movimientos humanitarios, asociaciones y personas generosas, que hay muchas, han trabajado sin descanso, pero no ha sido suficiente, no se ha podido llegar a todos por igual y claramente no hubo igualdad de oportunidades.

El uso continuo de la mascarilla, que dificulta la comunicación y el reconocer las emociones de los demás, la obligación de distanciamiento social a mamíferos y seres sociales que somos, la ausencia de los abrazos y los besos, la falta de reuniones familiares o celebraciones… a nivel emocional todo esto afecta. Nuestras niñas y niños se están enfrentando a unas formas de vida que, en la mayoría de los casos, no corresponden a lo que las familias queremos… y además de todo se espera que el rendimiento académico continue o suba para que las pruebas externas o el informe PISA no nos deje mal.

El miedo es un tema al que le has dedicado mucha atención. ¿Por qué surgen los temores infantiles y qué pueden hacer los padres para combatirlos?

El miedo es una emoción básica que aparece cuando sentidos inseguridad o pensamos que algo malo nos puede pasar, y en la infancia forman parte del desarrollo madurativo. Además, el miedo en muchas ocasiones nos puede paralizar, y no solo cuando somos pequeños, también de adultos nos pasa. La forma en la que se enfrenta el miedo en la infancia nos ayuda o dificulta, en gran medida, a la forma en la que lo enfrentamos de adultos. Es importante que las familias acompañen esa emoción, y todas las demás por supuesto, que la validen y que no hagan sentir mal a nadie por tener miedo.

Como madres y padres, tenemos que ayudar a nuestros hijos e hijas en su autoconocimiento, conocer lo más posible las potencialidades y fortalezas individuales, así como las debilidades.

¿La educación de los niños por parte de los padres arrastra demasiadas cosas que se “se han hecho siempre así”, o por el contrario la modernidad y la relajación de la exigencia convierte a los niños en pequeños tiranos?

Me alegra responder a esta pregunta, pues me gusta el debate que puede generar y el compartir diferentes puntos de vista. Me viene justo al recuerdo una frase que por desgracia he escuchado más de una vez: “pues a mi bien de azotes me han dado y estoy bien”, a colación de que a nuestros niños y niñas le harían falta unos buenos cachetes. Confieso que aparece en mi la rabia, pero también la compasión.

Efectivamente hay familias que se acogen al “siempre ha sido así y nunca ha pasado nada”, y con ello me refiero a estos métodos de crianza que incluyen azotes, castigos…, sí claro, también besos y premios, lo que produce en nuestros pequeños un apego inseguro, u otros métodos que nuestras madres, digo madres pues en mi generación fueron principalmente las responsables de nuestra crianza, que usaron los mismos métodos que sus madres, y evidentemente tampoco eran los más adecuados, en cuanto a comunicación, temas tabúes, etc.; y cuando escucho eso pienso que aún queda mucho trabajo por hacer.

Y por otro lado hay otros grupos familiares que entienden la crianza como un libertinaje absoluto, un dejar hacer, una disciplina positiva totalmente mal entendida y que efectivamente puede acabar en tiranía, lo que me hace pensar que sigue haciendo falta mucho trabajo. Estos son los extremos que veo hoy en día. Pero en educación, como en todo, existen las tonalidades y las variantes, afortunadamente.

¿Crece la preocupación de los progenitores por su propia formación?

El número de familias que cada vez dedican más tiempo en mejorar como madre y padre, es mayor. Cuando una persona se convierte en madre o padre, adquiere una responsabilidad de la que considero, en ocasiones, no es del todo consciente. Por suerte, hoy en día, somos cada vez más los profesionales que trabajamos para ayudar y acompañar a las familias que sí quieren mejorar en esa faceta, en beneficio de nuestros pequeños y por ende de la familia como grupo de convivencia, de la misma manera que contamos con un montón de recursos y formaciones para aprender a comunicarnos mejor con nuestros hijos e hijas, a sobrevivir a la etapa de las rabietas, a entender sus cambios en la adolescencia o a cómo marcar unos límites, nunca reñidos con el amor, para ayudarles a mejorar en autonomía y responsabilidad.

La elección de cada familia por un método de crianza u otro, es elección de esa familia y no existe un modelo o estilo que sirva para todas las familias por igual. Es importante y necesario leer sobre crianza, entender el cerebro de nuestros hijos e hijas, saber cómo soy como persona y cómo fue mi infancia y así poder elegir la mejor manera de acompañar a mi hijo o hija en esta vida que ahora nos ha tocado, pensando en educarle con unos valores y principios, que primeramente vea en casa y que pueda diferenciar un buen trato de uno que no lo es.

¿La educación en las escuelas y colegios de España es mejor ahora que hace 10, 15 años?

No, para mí no es mejor, simplemente es distinta. La educación ha introducido algunos cambios, pero no los suficientes. Seguro que todos vemos las muchísimas diferencias que hay en una foto de un quirófano o un taller mecánico o la sede de un periódico, de hace 15 años y verlo ahora… Sin embargo, en los colegios, en las aulas, no hay tantas diferencias. Estamos formando a niñas y niños que trabajarán, muchos de ellos, en ocupaciones que aún hoy no existen (cuando yo era niña los youtubers no existían y nadie soñaba con serlo) y en ocasiones todavía se emplean los mismos métodos y materiales que se usaban en mi etapa de EGB.

Apoyo a todo el profesorado motivado, con auténtica vocación, y he de decir que en España tenemos una gran cantidad de docentes que destacan por todo el esfuerzo que hacen en cambiar la educación en pro de nuestros niños y niñas. La educación está cambiando pero de forma lenta y el poco apoyo de las administraciones públicas, no ayuda.

Marga, un deseo para la educación en nuestro país.

Tengo muchos deseos para la educación de nuestro país, pero me quedo con dos que pueden resumir todos los demás: un pacto por la educación y la verdadera igualdad de oportunidades para todas las niñas y todos los niños.

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