
La creatividad es algo innato en las y los niños. Podemos decir que nacen siendo seres libres y creativos por naturaleza, pero es responsabilidad de los padres y profesores fomentar su desarrollo y evitar que la creatividad acaba perdiéndose o reprimiéndose.
Pongamos un ejemplo sencillo que, seguramente, todos hemos experimentado como alumnos, padres o profesores. Supongamos que a una niña de ocho años de edad se le pide leer un pequeño texto expuesto en clase y responder a las preguntas de comprensión lectora. La niña decide contestar realizando un dibujo con distintos colores y formas. ¿Es incorrecta la respuesta de la niña? En absoluto. La niña ha utilizado la herramienta creativa del dibujo para dar respuesta a la tarea.
Aquí interviene el papel del profesorado en el desarrollo de las capacidades creativas de los alumnos, pues lo idóneo es elogiar su enfoque creativo en la tarea, fomentando un entorno libre donde la representación de la respuesta correcta puede valerse de infinidad de herramientas creativas para ser expuesta.
Los profesores pueden ayudar a estimular la creatividad de los alumnos fomentando el pensamiento creativo mediante actividades dentro de sus propias asignaturas, como la escritura creativa o la poesía, centrándose en el lenguaje visual y creando oportunidades que permitan a los alumnos presentar lo aprendido con medios nuevos e innovadores, como animaciones o guiones gráficos ilustrados. Esto también podría aplicarse a otras asignaturas, donde el simbolismo visual podría aplicarse con fines de revisión y ser creado por los alumnos.
En este sentido, en el British Council School hemos puesto la atención en las asignaturas de STEAM, encontrando formas creativas de adaptar los proyectos de Ciencia, Tecnología y Matemáticas para incluir el arte. Aunque es dentro de los clubes, asignaturas o actividades extraescolares de arte y teatro donde recae el mayor esfuerzo por el fomento de la creatividad, facilitando la colaboración de estas dos asignaturas y ofreciendo una plataforma para que los alumnos muestren sus habilidades dentro de la comunidad escolar. En nuestro centro de Pozuelo, en Madrid, por ejemplo, estamos realizando una producción en la que los propios alumnos utilizan sus enfoques innovadores para crear atrezzo o telones de fondo o vestuario a partir de materiales reciclados.
Sin duda, es el arte el principal vehículo para canalizar la creatividad y la experimentación con distintas herramientas artísticas es necesario porque que cada alumno tiene un enfoque diferente a la hora de registrar observaciones. Cada alumno aprende que la habilidad en cualquier materia basada en destrezas se reduce a la práctica.
El dibujo observacional, el pensamiento crítico y la resolución de problemas son habilidades intercambiables que se desarrollan de forma práctica a través del arte. Cuanto más tiempo y espacio se dedique a la experimentación con herramientas artísticas, mejor podrá conocer el alumno sus propios puntos fuertes y darse cuenta de sus propios intereses, encontrar su propia voz y entender sus emociones.
El principal beneficio del arte es permitir a los alumnos una educación más completa en un entorno más liberador y en un espacio creativo. Esto beneficia a los alumnos al ser un medio de autoexpresión y reflexión que facilita el aprendizaje de otras asignaturas mediante la resolución activa de problemas y el pensamiento crítico. Bajo esta premisa, diríamos que la niña protagonista de nuestro ejemplo anterior ha resuelto el problema de una forma libre, creativa y con un estilo propio.
Pamela Byrne es profesora de arte de secundaria en el British Council School, Máster en Bellas Artes por la Universidad de Ulster (Belfast) y Máster en educación artística por el National College of Art and Design de Dublín.