
La transformación digital exige habilidades digitales para la ciudadanía, ya que el uso intensivo de la tecnología en la vida cotidiana requiere establecer un marco de relaciones con las máquinas que permita aprovechar los beneficios de un mundo conectado a las redes. Y ello debe empezar en la escuela, y desde la etapa infantil, según se pone de manifiesto en el último informe ‘Sociedad digital en España 2023’ que promueve anualmente Fundación Telefónica.
Además de las competencias digitales necesarias para el futuro mercado laboral y la vida cotidiana, los expertos destacan la importancia de la programación informática en la educación. La ciencia de la computación es una parte fundacional de la educación básica, no solo para empleos tecnológicos, sino también para la creatividad y la colaboración, la solución de problemas globales como la enfermedad, el cambio climático, la pobreza y la igualdad de género.
Aprender lenguajes de programación puede proporcionar un conocimiento sobre la estructura lógica de funcionamiento de un sistema informático. Sin embargo, enseñar a programar sin más puede resultar limitado e incluso insuficiente debido a la evolución constante de la tecnología.
La programación puede volverse obsoleta rápidamente, y las interfaces de las máquinas que permiten interactuar con ellas se están volviendo cada vez más intuitivas. Esto implica que, para tareas no muy especializadas, la programación puede no ser necesaria. Además, ya existen tendencias como el “low code” o el “no code” que permiten programar sin tener conocimientos de programación o con conocimientos muy básicos.
Por lo tanto, aparte de la enseñanza más específica sobre programación, cobra especial sentido una aproximación mucho más amplia a la relación entre el ser humano y la máquina, algo que se denomina pensamiento computacional. El término pensamiento computacional fue introducido por primera vez en 2006 por Jeannette M. Wing en un breve artículo titulado “Computational Thinking“.
Ella lo concibe como una disciplina que implica “resolver problemas, diseñar sistemas y comprender el comportamiento humano, utilizando los conceptos que son fundamentales para la informática”. Se trata de una filosofía para plantear y resolver problemas utilizando la lógica por la que se rigen las máquinas.
El pensamiento computacional es una forma de razonamiento que no depende exclusivamente de la tecnología, sino que es una metodología para la resolución de problemas por el ser humano, por la máquina o a través de la colaboración entre ambos.
Esto implica la comprensión de la estructura lógica de un problema, la descomposición en problemas más pequeños y la identificación de patrones y relaciones entre los elementos del problema. Además, implica la capacidad de diseñar soluciones utilizando algoritmos y programación, pero también la habilidad de interpretar y utilizar los resultados obtenidos.
En definitiva, el pensamiento computacional es una habilidad fundamental para la ciudadanía en la era digital, ya que permite a las personas enfrentarse a problemas complejos de manera eficiente y efectiva. Esta habilidad no solo es útil para la resolución de problemas tecnológicos, sino que puede ser aplicada a cualquier ámbito de la vida, desde la gestión de recursos naturales hasta la resolución de conflictos sociales.
Por lo tanto, los autores del informe señalan la importancia de que la educación incorpore el pensamiento computacional como una disciplina fundamental en el currículo educativo, independientemente del nivel educativo, para que las personas puedan enfrentarse al mundo conectado.
Pensamiento computacional en la enseñanza obligatoria
No en vano, la Comisión Europea ha puesto de manifiesto la importancia de incluir el pensamiento algorítmico o computacional en los currículos educativos de los Estados miembros.
La defensa de esta medida se basa en dos evidencias clave: en primer lugar, el desarrollo de habilidades en niños y adolescentes que les permite razonar de manera diferente, expresarse a través de diferentes medios, resolver problemas del mundo real y analizar aspectos del día a día desde una perspectiva nueva. En segundo lugar, se prepara al alumnado para desempeñar empleos digitales, cuya demanda se espera que se dispare en la Unión Europea en un futuro cercano.
La inclusión del pensamiento computacional en la enseñanza obligatoria se recomienda por diversos expertos en educación, ya que implica el desarrollo de la nueva alfabetización necesaria para desenvolverse en el mundo en el que vivimos.
La alfabetización digital no solo nos permite ser consumidores digitales, sino también creadores y participantes activos en la tecnología. Esta habilidad también estimula la capacidad de pensar de manera sistemática, lo que resulta especialmente útil en el campo de las ciencias experimentales. Además, el pensamiento algorítmico puede ser un medio para despertar la conciencia científica y promover el estudio de disciplinas STEM.
El pensamiento computacional también puede combinarse con la enseñanza de la informática y la robótica para estimular la curiosidad y la motivación del alumnado. Esta combinación puede ayudar a los estudiantes a redefinir su relación con el resto de las asignaturas y replantear su proceso de aprendizaje.
La inclusión del pensamiento computacional en el currículo también puede considerarse una competencia transversal, ya que apoya el desarrollo de la habilidad para trabajar con la incertidumbre en situaciones complejas y la necesidad de precisión en la resolución de problemas.
Es importante destacar que, en España, el Real Decreto 95/2022, de 1 de febrero, establece la ordenación y las enseñanzas mínimas de la Educación Infantil e introduce el pensamiento computacional en las enseñanzas mínimas de educación infantil.
Este real decreto define como una competencia específica el desarrollo progresivo de los procedimientos del método científico y las destrezas del pensamiento computacional a través de procesos de observación y manipulación de objetos. De esta manera, se inicia al alumnado en la interpretación del entorno y se les enseña a responder de forma creativa a las situaciones y retos que se presentan.
En conclusión, la inclusión del pensamiento computacional en los currículos educativos de los Estados miembros es una medida recomendada por la Comisión Europea y diversos expertos en educación.
La enseñanza de estas habilidades ayuda a desarrollar la alfabetización digital necesaria para participar de forma activa en el mundo tecnológico, a la vez que se prepara a los estudiantes para desempeñar empleos digitales en el futuro. Además, esta habilidad puede estimular la curiosidad y la motivación del alumnado y redefinir su relación con el resto de las asignaturas y su proceso de aprendizaje.