
Pilar Alegría, ministra de Educación y Formación Profesional, ha advertido en el foro Wake Up, Spain! que educar acumulando contenidos “ya no sirve” porque la Inteligencia Artificial “es una realidad”. Ha afirmado que la Ley Celaá no se aprobó para imponer un modelo educativo propio sino porque había una necesidad urgente de repensar la nueva forma de aprender y de enseñar. “Una cosa es que trabajemos la memoria y otra pensar que es suficiente esa acumulación de contenidos para que nuestros estudiantes entiendan la realidad del mundo”, ha defendido. Por ello, la ministra ha señalado que la respuesta educativa ante esta realidad tiene que dotar a los jóvenes “de la capacidad de pensamiento crítico y reflexivo”.
Apuesta por la Formación Profesional
La ministra ha destacado en este evento organizado por el diario El Español que el Gobierno ya ha creado en los primeros años de legislatura 200.000 nuevas plazas de Formación Profesional, y se propone elevar esta cifra hasta las 330.000 en el año 2024, para atender las necesidades del tejido productivo. Además ha puesto en marcha 30 nuevas titulaciones de FP para responder a las necesidades de las empresas. “El sector productivo que crea más empleo es el relacionado con lo digital, lo tecnológico y la informática”, ha destacado.
“Nuestro tejido productivo está cambiando muy deprisa hacia las actividades intensivas de conocimientos”, ha recordado Pilar Alegría, “el sector que más crecido y más empleo ha generado en 2022 es el relacionado con lo digital, tecnológico y especialidades informáticas. Mientras tanto, en tres años se ha incrementado un 50% el número de personas que trabajan en el ámbito de la investigación y el desarrollo”.
Estos cambios sociales llevaron al Ministerio de Educación y Formación Profesional a asumir los principales retos en la actual legislatura que ha destacado en su intervención la ministra: impulsar un nuevo modelo educativo, una Formación Profesional “más pegada a lo que nos demanda el sistema productivo, lograr que la universidad tenga mayor capacidad de autonomía y un sistema de ciencia mucho más fortalecido, para garantizar que transferencia de conocimiento al tejido productivo se pueda hacer de forma más flexible”.