Hace unos días se aprobó en el Congreso la nueva ley educativa, llamada LOMLOE, pero a la que todos conocen por el nombre de ‘Ley Celaá’, en referencia a la ministra de Educación que la ha sacado adelante, Isabel Celaá. Una normativa que viene acompañada de polémica y cuyo debate social y político tienen visos de ir para largo.
Una de las ‘novedades’, llamémoslo así, que incluye la ley, es su intención de incluir en el currículo educativo el tema del respeto a los derechos de los animales, algo que ya recoge la LOE aún vigente pero que no se ha traducido en medidas o aportaciones curriculares concretas desde que entrara en vigor en 2006. La LOMLOE tiene el propósito de incluir estos aspectos de ética animal en una asignatura nueva llamada Educación en Valores Cívicos, la cual no se ha concretado y que parece que será una mezcla de cosas que, para el Ejecutivo actual, son valores éticos.
Pero, ¿es esto suficiente? Aún sin saber qué contendrá dicha materia, desde la Real Sociedad Canina de España (RSCE) hemos solicitado al Gobierno que desligue todo lo relacionado con los animales de ésta y ponga en marcha una asignatura específica de Educación Animal. Porque de este modo no solo se enseñará a los estudiantes lo básico sobre animales, sino que se podrá profundizar en aspectos como su morfología, anatomía, historia y evolución de las razas, cultura y ciencia.
Y será así como de verdad se logre esa empatía y respeto animal que menciona la Ley Celaá y que para los amantes de los animales tiene un objetivo muy claro: erradicar el abandono y el maltrato de la sociedad. Por desgracia, España tiene el triste honor de ser uno de los países de Europa donde más abandonos se producen, con una media de cerca de 140.000 cada año. Cifras que en países vecinos del norte de Europa son inimaginables.
En estas sociedades nórdicas han alcanzado ese deseable objetivo de abandono cero gracias a una eficaz política educativa al respecto, que ha permitido crear una cultura animal que se traduce en verdadero amor por los animales. Igualmente, se han puesto en marcha medidas disuasorias, como sanciones y multas, algo que también reclamamos en esa futura Ley de Bienestar Animal que parece que nunca llega.
La excusa para este retraso es la pandemia, algo evidentemente grave y de urgencia, pero es que la pandemia también está afectando a los animales. El final del confinamiento en mayo dio lugar a un incremento de los abandonos del 25% respecto a las mismas fechas de 2019, con unos 2.000 animales más abandonados a su suerte.
Los refugios no dan abasto y las calles se llenan de mascotas solas y hambrientas mientras los legisladores no hacen nada al respecto. Si de verdad queremos que ese respeto animal se materialice en bienestar para ellos, debemos poner ya en marcha estas medidas. No podemos esperar más. Porque tenemos la Navidad a la vuelta de la esquina, época en la que los animales se convierten en un reclamo como perfectos ‘regalos’. Pero si no se conciencia a la población de que son seres vivos como nosotros, se puede terminar cansando del ‘regalo’ y dejarlo aparcado en la calle.
Así, es imprescindible que pongamos en marcha medidas cuanto antes porque los animales están sufriendo esta crisis al igual que nosotros. La diferencia es que apenas nadie ha reparado en ellos si no es para sentirse acompañados cuando han estado solos.
Julián Hernández es presidente de la RSCE, Real Sociedad Canina de España