
Es casi un grito de guerra, cuando no de lamento e impotencia. En la Comunidad Valenciana ya han salido a la calle para manifestarse y exigir de las autoridades educativas que les libere de una carga burocrática que les impide ejercer de lo que realmente son y para lo que se prepararon en su día: la docencia.
Los profesores están empezando a rebelarse, no solo a protestar. Distintos estudios certifican que los equipos directivos de centros educativos están más al lío del papeleo que a lo que debieran estar, que es la mejora de las condiciones en el que se imparte y se recibe educación en los espacios que dirigen.
Tanto es así de peculiar, por grave, esta circunstancia, que ya no se quiere ser director o directora de un colegio, lo que se entiende como un ascenso, a todas luces. Pues ni por esas y la culpa, esta vez, no es del cha chá chá, como dice la canción. La culpa es de la burocratización que ni siquiera la última reforma educativa ha logrado paliar. O, quién sabe, si acaso aumentar.
Los sindicatos de profesores advierten que el profesor ya no puede más, que esto de los trámites es ya casi un disparate. Ocurre igual, por cierto, en la universidad, donde los profesores docentes e investigadores, lo que se conoce como PDI, huyen espantados ante la posibilidad de ser nombrados directores de algo, de un departamento en su propia facultad, pues son conocedores de que el tiempo en que ejerzan de ‘jefes’ de sus compañeros de facultad tendrán que renunciar a lo suyo y principal, la investigación, puesto que Superman no es sino una figura de cómic.
En ÉXITO EDUCATIVO hemos consultados con las principales organizaciones que representan a los profesores y todas coinciden en que ‘hasta aquí hemos llegado’ o habrá que seguir la estela valenciana de salir a la calle y poner el freno.
Desde ANPE, Pilar Gredilla, su presidenta en Castilla y León, asegura que el asunto no es de ahora, lo que enquista aún más la situación: “Venimos denunciando desde hace más de una década del exceso de burocracia que sufrimos los docentes, independientemente del ámbito territorial de donde nos encontremos”. Aunque este sindicato de docentes sí ve que la carga burocrática “va en aumento con la aplicación de la LOMLOE en forma de programaciones, evaluaciones, protocolos educativos, informes, etcétera”.
Son asuntos que, recuerda ANPE, “lleva mucho tiempo al profesorado, restando tiempo que debería emplearse en mejorar la calidad efectiva de la enseñanza, mediante la atención directa al alumnado, la preparación de las clases y material”. En suma, el objetivo es que la solución para el profesorado “pasa por reducir drásticamente las tareas burocráticas para desarrollar la actividad propiamente docente y la atención directa al alumnado”.
En este sentido, llama a las administraciones educativas a dotar de personal administrativo para llevar a cabo todas las tareas que no sean específicas de la labor docente, esto es, “menos burocracia y más docencia”. Es casi un eslogan que suscriben, a tenor de lo que apuntan, otras organizaciones.
Como Héctor Adsuar, secretario de Pública No Universitaria de la Federación Estatal de Enseñanza de CCOO para quien “el exceso de burocracia del profesorado es un problema que es necesario solucionar, no solo planteando procedimiento más ágiles y sencillos, sino también, y de forma imprescindible, reduciendo la carga lectiva de cada docente, mejorando las ratios y reduciendo el alumnado al que atiende, incrementando las plantillas y aumentando el personal de apoyo docente y no docente”.
Adsuar agrega que también hay que mejorar y agilizar la coordinación del profesorado, incluyendo la red de orientación, y de esta con otros servicios (sociales, salud mental, etc.). Para ello, son necesarios más recursos a todos los niveles, procedimientos ágiles y una racionalización de los horarios”. No parece difícil de entender, pero.
Con el fin de que no caiga en saco roto este mensaje, CCOO está reivindicando todas estas cuestiones a todas las administraciones y en todos los contextos, especialmente, apunta, “exigiendo un Estatuto Docente que dé respuesta de verdad a las necesidades del profesorado”.
FEUSO-Comunidad Valenciana, de donde parten las primeras expresiones públicas de protesta cuentan a ÉXITO EDUCATIVO que el incremento de los trámites burocráticos que realiza el personal docente, sobre todo a raíz de la aplicación de la LOMLOE -empieza a convertirse en una constante lo de culpar doblemente a la última reforma educativa-, es una realidad en todos los centros educativos de la Comunidad Valenciana”. Y por extensión al resto de España, como ya hemos leído.
“Resultan innumerables los documentos que deben trabajar”, espeta Eduardo Hervás Lafuente, de la Federación de Enseñanza de USO CV, empezando por las tutorías, las evaluaciones, los alumnos con necesidades especiales, las programaciones, los informes generales, los informes individuales, los protocolos, y un largo etcétera que convertiría esta crónica es más larga de lo deseable.
“Esta sobredosis de burocracia”, explica el representante de USO, “incrementa notablemente el número de horas que el profesorado dedica a estos asuntos, lo que implica una sobrecarga de trabajo y menor dedicación a lo que es realmente importante, que es la atención personalizada a los alumnos”.
Porque, se lamenta, “por muy importantes que sean los trámites burocráticos, si reducimos horas a la atención de los alumnos, estamos empobreciendo la calidad en la enseñanza”, además de que el profesorado “se siente saturado, cansado y frustrado, ya que la mayoría de estos trámites son innecesarios y repetitivos”.
La realidad es que este aumento del trabajo burocrático, a su juicio, “no ha demostrado suponer una mejora en la calidad educativa, ni en los resultados de los alumnos”. Por eso, esta central sindical apoya y se suma a las acciones que se están realizando ya en la región valenciana para “poner freno al exceso de burocracia”, contra lo que reclama “acciones claras por parte de Conselleria para que faciliten el trabajo de los docentes para dedicarse a lo verdaderamente importante: la mejora de la calidad de enseñanza”.
Para UGT Servicios Públicos, en un comunicado difundido este martes, “mantener la jornada laboral del profesorado mientras se incrementa la exigencia y la carga que soporta tiene como consecuencia inevitable el que la práctica docente se resienta, al multiplicarse las tareas burocráticas, además de la incorporación de otros modelos de enseñanza complementarios con el presencial”.
En este contexto creciente de burocratización, reconoce esta central sindical que el malestar entre el profesorado “es generalizado”, por cuanto, agrega, “se está desprofesionalizando su labor”. Así, denuncia, “se prima la burocracia frente a la pedagogía y el control de resultados frente a la autonomía pedagógica. Se está imponiendo una dinámica de recopilación de datos de todo tipo, sin una finalidad educativa concreta”.
Como el resto de organizaciones representativas de los docentes, UGT pide dotar a todos los centros del personal administrativo y de servicios suficiente para la realización de las tareas no docentes.