
A muchos de nuestros lectores les sonarán totalmente a chino nombres como Raspberry Pi, Arduino, Escornabot, micro:bit, u otros. Sin embargo, en el mundo educativo hay un buen número de entusiastas de este tipo de hardware tan particular.
¿Qué tienen en común todas estas pequeñas piezas mencionadas? Sin entrar en muchas profundidades y conceptos técnicos o filosóficos, podríamos decir que todas ellas son componentes más o menos cercanos a ser un ordenador en según qué casos, que pueden combinarse con otros componentes (sensores, periféricos, dispositivos, etc.), para formar nuevos hardwares. Como si fueran piezas de un puzzle.
Quizá los primeros fueron Arduino desde Italia y la placa Raspberry Pi desde Inglaterra, pero luego han surgido un buen número de elementos con la misma filosofía de “hazlo tú mismo”. No tenemos espacio en esta sección para entrar en detalle de cada uno de ellos, pero podemos al menos centrarnos en alguno.
La tarjeta micro:bit
Por poner un ejemplo, quizá el más extremo, fijémonos en la pequeña placa o tarjeta micro:bit, que mide solamente 4 centímetros de alto y 5 de ancho. En ese espacio tan pequeño, apenas un sello, se incluyen todos estos componentes:
- En la parte frontal: 25 luces leds, que pueden iluminarse para formar letras, números, caracteres u otros diseños, sensor de luz, sensor de temperatura, dos botones programables y hasta 25 conectores diferentes, sobre todo 5 grandes con distintos formatos.
- En la parte trasera: un pequeño procesador con conexión bluetooth, un acelerómetro, una brújula, un conector específico para batería, otro para micro USB (memoria), y algunos conectores más.
Realmente sorprendente, ¿verdad? Pues todo ello se consigue por menos de veinte euros. Pero, ¿qué se puede hacer con una micro:bit? Depende de los componentes adicionales que le añadamos, pero la web está repleta de “recetas” para hacer pequeños robots caseros de muchos tipos (humanoides, arácnidos, voladores, etc.) o juguetes electrónicos variados, para entretenimiento. Pero también pueden hacerse otros aparatos prácticos como una báscula digital de andar por casa, un candado digital, una aspiradora de mano o hasta un dispensador automático de comida para gatos…
Con variantes, los distintos hardwares mencionados al comienzo funcionan de una manera parecida. Algunos son más completos que otros, pero la filosofía es la misma.
¿Y en el aula?
Cada vez hay más presencia de estos componentes en nuestros centros educativos. Si el objetivo es aprender sobre tecnología, nada mejor que utilizar tecnología hecha por nosotros mismos. Así aprendemos “haciendo”. Además las posibilidades son casi infinitas, el precio de los componentes es razonable y son reutilizables, como las piezas de cualquier puzzle.
Fuera de las áreas curriculares relacionadas con la tecnología tienen menos sentido, al contrario que otros hardwares o dispositivos que hemos visto en esta sección (tabletas, portátiles, etc.), pero sin duda para su campo específico de trabajo probablemente no hay mejor opción.
Un hardware más que puede estar disponible en nuestras escuelas.
Julián Alberto Martín