
Uno de los aspectos que caracteriza la educación formal en la etapa universitaria, peor cada vez más en las anteriores, es la capacidad del estudiante de saber expresarse del mejor modo posible. El clásico de ‘leído y escribido’ no es algo que se discuta en una fase de la educación, como es la universitaria, en la que se presume que el estudiantado se siente suelto a la hora de expresar sus conocimientos, tanto por escrito como oralmente.
No en vano, en la vida real, en el ámbito profesional, no pocas disciplinas requerirán de aquél saber expresarse correctamente en público. Si el dictado, hoy en fase de extinción o rehabilitación, según el docente, permitió durante generaciones mejorar la caligrafía, la ortografía y la comprensión de los alumnos, el saber dirigirse al público, como comúnmente se conoce, se espera de cajón de un universitario. Pero no siempre es así, ni tampoco ellos mismo, los estudiantes, lo ven tan normal.
Hablar en público resulta entre moderadamente y muy problemático para más de la mitad del estudiantado. Alrededor de un 20% de los encuestados entre primero y sexto curso de grado indican tener mucho miedo a hablar en público y otro 20% identifican tener bastantes problemas en este sentido.
Afortunadamente. el alumnado de postgrado señala significativamente menos problemas respecto al de grado, según una de las conclusiones del estudio Problemas y Demandas de Tratamiento Psicológico del Alumnado Universitario en la Pospandemia liderado por investigadores de la Facultad de Psicología de la Universidad de Oviedo, en colaboración con 35 universidades españolas.
Esta dificultad es transversal a todas las ramas de estudio y no se encuentran diferencias estadísticamente significativas, de acuerdo con este trabajo académico.
En este contexto, otra conclusión es que las dificultades para iniciar y/o mantener relaciones con amigos y compañeros afectan mucho en torno al 10% de los estudiantes de todos los cursos de grado; y otro 20% del estudiantado señala tener bastantes problemas en sus relaciones con pares.
Esta problemática se mantiene transversalmente a lo largo de los cursos, sin encontrarse diferencias estadísticamente significativas entre ellos. Sin embargo, el estudiantado de Artes y Humanidades refiere mayores problemas con las relaciones interpersonales que el del resto de ramas de estudios. Alternativamente, el alumnado de Ciencias de la Salud indica menos problemas que el resto.
En relación con los efectos percibidos en la convivencia con compañeros a causa de la situación pandémica, alrededor de un tercio de los participantes informan que se ha deteriorado en alguna medida. El 44,9% de estudiantes solicitarían atención psicológica por sus dificultades con las relaciones interpersonales.