
Poco antes de las recientes elecciones de noviembre, el director de ÉXITO EDUCATIVO envió una muy acertada carta pública al futuro Ministro-a de Educación. Justamente hoy tiene lugar el primer Consejo de Ministros con Isabel Celaá al frente de esta cartera en su segunda etapa. Mi propósito con esta sección en este día no es el de escribirle a la Ministra una carta, sino al menos el de hacerle llegar a la Ministra alguna idea para su consideración.
Además, teniendo en cuenta que el trabajo que tiene por delante Isabel Celaá es ingente, y no tendrá apenas tiempo para entretenerse en complejidades ajenas, me atreveré no a sugerir varios puntos, sino solamente uno. Nada más. Siempre relacionado con nuestra temática, la tecnología educativa. Pero que en realidad afecta al conjunto de la educación.
Pues bien: ¿cuál es esa idea única, esa sencilla propuesta que me gustaría sugerir a la Ministra? Que por favor se considere la competencia digital de los estudiantes de una manera transversal. Lo explicaré a continuación.
Prioridades educativas
El Ministerio de Educación, como decíamos antes, tiene previsto abordar muchas cuestiones diferentes en esta legislatura. Educación ha sido uno de los campos objeto del acuerdo entre los dos partidos que han formado la coalición de gobierno, y en este diario digital se ha informado ya de ello. El punto más importante sin duda es el lanzamiento de una nueva ley educativa que sustituya a la actual.
Donde más se quiere insistir es en reforzar la Formación Profesional, algo muy necesario. El perfil de la Ministra está muy marcado por esta prioridad, ya que ella misma ha participado en la experiencia más exitosa en este terreno, que es la del País Vasco.
Junto a ello, hay otra serie de medidas y actuaciones que se quieren abordar, relacionadas con el acceso universal a la Educación Infantil de 0 a 3 años, alcanzar al final de la legislatura el 5% del PIB destinado a educación, planes específicos contra el fracaso y el abandono escolar temprano (la gran lacra de nuestro sistema) y para la mejora de la convivencia, la carrera profesional docente etc. Por último, se han incluido algunas otras de carácter ideológico, que no deberían ser nunca el centro del debate sobre educación, aunque muchas veces esto suceda por desgracia.
Competencia digital transversal
Pero volvamos a la única sugerencia que me gustaría plantear a la Ministra: la competencia digital de los estudiantes transversal. En relación con lo digital, en el acuerdo de “Coalición Progresista” para España se habla de una Estrategia de Digitalización en Educación y Formación Profesional. Ahora bien, ¿en qué se concretará exactamente esta estrategia?
Tanto en nuestro marco más amplio europeo como en el propio español, la competencia digital está reconocida como una de las que deben ser adquiridas por los estudiantes, junto a las demás. Todo el mundo parece estar de acuerdo en esta necesidad, dado que vivimos en un mundo tecnológico y digital, y parece difícil que nadie pueda desenvolverse con soltura en él sin unas mínimas habilidades tecnológicas y digitales, tanto en el terreno personal como también y sobre todo en el profesional.
Pues bien, precisamente por ello, lo que sugiero es dar un paso más, buscando la coherencia. La competencia digital de los estudiantes no debe ser considerada de manera compartimentada como hasta ahora, sino que debe estar incluida de manera transversal en todas las demás. Me refiero a que en realidad no hay una “competencia digital” abstracta y aislada, sino que deben utilizarse herramientas y habilidades digitales en la competencia matemática, en la competencia lingüística, en la de “aprender a aprender”, en las competencias sociales y cívicas, en conciencia y expresiones culturales, etc. Tal y como está ahora la competencia digital no tiene sentido.
Lo interesante para nuestros estudiantes es que alcancen todas las competencias clave utilizando herramientas y habilidades propias del siglo XXI. Si no es así, los estaremos condenando al fracaso profesional y personal porque sus competencias clave se habrán adquirido ya obsoletas de partida, y les resultarán inútiles para afrontar su día a día como adultos en esta sociedad.
A partir de este punto, ya se puede pensar en concreciones sobre cómo hacer que los estudiantes desarrollen cada una de las competencias clave utilizando para ello la competencia digital transversal. Para eso está la legislación, y los presupuestos. Pero ojalá esta idea, solamente una, sea tenida en cuenta en esos dos ámbitos citados, y en la Estrategia de Digitalización en Educación y Formación Profesional.
Julián Alberto Martín