
En la pasada sección hablamos sobre los Recursos Educativos Abiertos (REA), y cómo están revolucionando la educación, hasta el punto de que quizá en un futuro puedan terminar sustituyendo a los libros de texto. Hoy nos fijaremos en la que puede ser la concreción de esa tendencia, en la forma de libros de texto digitales colaborativos o “wiki textbooks”, por darles un nombre más corto y eficaz desde el punto de vista del marketing.
Efectivamente, estamos ante un movimiento emergente que puede tener un impacto gigantesco en educación. Recordemos que los Recursos Educativos Abiertos tienen básicamente dos características que los hacen formidables: su gratuidad y, sobre todo, su posibilidad de personalización, en el sentido de que los docentes pueden retocarlos a su gusto o según su necesidad.
Pues bien, ¿de dónde salen estos Recursos Educativos Abiertos? Una de las posibilidades (no la única) es que provengan de un esfuerzo coordinado de autores. Igual que sucede con la Wikipedia, donde un gran conjunto de personas colaboran para ir ampliándola y mejorándola día a día, ¿por qué no unos libros de texto construidos de la misma forma?
El concepto es realmente sencillo y poderoso. Grupos de autores, docentes o no, escriben de manera colectiva y colaborativa unos libros de texto para las diferentes materias y niveles y los publican en formato de Recursos Educativos Abiertos. Naturalmente, en pleno siglo XXI, en formato digital.
Con la Wikipedia, dejaron de venderse las enciclopedias en papel, y también las enciclopedias en digital. ¿Pasará lo mismo con los libros de texto en papel, o los libros de texto en digital?
Tecnología existente
La tecnología que permite esa posibilidad de libros de texto digitales escritos de manera colaborativa y coordinada ya está muy fácilmente disponible en Internet. Básicamente, en realidad solamente hacen falta una herramienta potente de autoría colaborativa y un espacio para la publicación de los resultados, de tal manera que cualquiera pueda acceder a ellos.
En cuanto a las herramientas de autoría educativa colaborativa, hay muchas disponibles, y solamente es cuestión de escoger la más conveniente. En este caso, como se trata de un contenido especial, educativo, no sirve cualquier herramienta de escritura al uso.
Desde que las páginas web se hicieron dinámicas, esto es, con contenidos que son servidos desde bases de datos y no como elementos fijos, hay muchos “gestores de contenidos” automáticos. Son lo que en inglés se conocen como “Content Management Systems” o CMS. Desde los años 90 los hay en todas las formas y modalidades. Este medio informativo, por ejemplo, se redacta utilizando uno de estos sistemas.
Pero aquí estamos necesitando algo más: ya no es un simple gestor de contenidos, sino un gestor de contenidos educativos. En inglés se conocen por las siglas anteriores, ya conocidas, pero añadiéndoles la palabra inicial de aprendizaje: “Learning Content Management Systems” o LCMS. También hay donde elegir, e incluso estándares internacionales como SCORM.
Estándares educativos
La diferencia entre los contenidos generalistas y los educativos es que en este último caso querremos obtener evidencias de que los estudiantes han hecho avances en su aprendizaje. Estos avances podrán medirse de distintas maneras (de ahí los estándares). Puede ser en la forma de que el sistema compruebe que han leído un texto determinado, han llegado a un punto concreto, han hecho un test y han obtenido una puntuación mínima, etc.
Todo esto existe ya desde hace tiempo. Además la tecnología ha ido avanzando progresivamente, y estos contenidos educativos digitales creados por comunidades activas de autores pueden presentarse con los formatos más avanzados, disponibles para su lectura en móviles u otros soportes, absolutamente ubicuos, incluyendo elementos multimedia avanzados, interactivos con mucha variedad, o hasta videojuegos.
Lo mismo sucede con las herramientas y espacios para la publicación y puesta a disposición de esos contenidos educativos digitales creados colaborativamente. Hoy en día todo está en Internet.
Así que es simplemente cuestión de tiempo el que esto suceda. Llegará un momento en el que los contenidos educativos digitales se conviertan en algo libre y gratuito, como el agua de la lluvia.
Lo decíamos a propósito de los Recursos Educativos Abiertos. Si las editoriales de libros de texto quieren seguir existiendo en el futuro, deberán aportar un valor añadido real, objetivo y fácilmente comprensible. Si no lo hacen, desaparecerán. Al tiempo.
Julián Alberto Martín