Marta Luján Expósito es Máster Universitario en Política, Gestión y Dirección de Organizaciones Educativas (Universidad de Valencia); Licenciada en Pedagogía (Universidad de Valencia) y Doctorando en Educación (Universidad de Valencia). Su principal línea de investigación es sobre los planes de convivencia y las medidas que se utilizan para la resolución de conflictos, así como las figuras responsables de ello.
Es también profesora y coordinadora del Grado en Educación Primaria en la Universidad Internacional de Valencia (VIU). Imparte asignaturas en el Grado en Educación Primaria. También ha impartido en el Grado de Educación Infantil y en el Máster Universitario en Formación del Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas. Además forma parte del Grupo de Investigación EducAcción de la Universidad Internacional de València como investigadora.
En esta entrevista concedida a ÉXITO EDUCATIVO nos ilustra sobre la conveniencia o no de que los escolares sigan ‘aprendiendo’ en vacaciones, o, al menos, el mejor modo de que la ‘desconexión’, tan necesaria, por otra parte, tampoco suponga un alejamiento de lo que ha sido una rutina durante todo el curso.
¿Es bueno darle continuidad a los estudios de los más pequeños en verano o es mejor que tengan una época de relax lejos de los libros?
El eterno debate que siempre se nos plantea en la época estival y frente al cual no sabemos cómo actuar adecuadamente, si hay que mantener una rutina de deberes para nuestros pequeños o es mejor dejarles siempre la libre elección de recreo y ocio. La respuesta sería que depende; depende de muchos factores, pero principalmente de la necesidad del niño o la niña. Es cierto que mantener el hábito de estudio tiene sus partes positivas, ya que mejora el rendimiento a largo plazo, refuerza el aprendizaje, etc. Pero también es necesario el descanso y la desconexión, aunque sean pequeños lo necesitan como lo necesitamos los adultos.
No obstante, para aquellos o aquellas que quizás lo necesiten, existen muchas formas de aprender. Si es de una forma más lúdica y divertida es aún más emocionante, lo que les permite mostrar más interés y aprender mejor. Por ejemplo, esto se puede hacer a través de una excursión a un parque a observar los tipos de plantas y animales que encontramos. Podemos conocer las partes de una planta o de un árbol, sus frutos y flores, entre otros aprendizajes.
En general, el objetivo es explorar nuestro entorno y plantear actividades relacionadas con ello. Pero, sobre todo y lo más importante es poder dedicar tiempo a los más pequeños. Tiempo de calidad, tiempo para descubrir, investigar e indagar en lo cotidiano, lo tangible y lo cercano. Y ahí es donde de verdad podremos enseñar y mejorar el aprendizaje de nuestros pequeños y pequeñas.
¿Deben hacerse diferencias entre buenos y malos estudiantes a la hora de seguir con la enseñanza en verano?
Es cierto que hay estudiantes con necesidades diferentes, pero no por ello haremos una distinción. Probablemente, haya alumnos que necesiten reforzar algunos contenidos, para que la incorporación al nuevo curso no se haga tan dificultosa, pero recordemos que todos necesitamos descansar. Así lo expone el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño que reconoce “el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes”. Por tanto, debemos respetar esos momentos de ocio y divertimento, aunque, en ocasiones, intervengamos para plantear situaciones de aprendizaje enfocadas a aquello que necesiten.
Si queremos seguir con la enseñanza de nuestros hijos, pero sin imponerles estar sentados frente a una hoja de papel ¿cómo podemos hacerlo?
Existen muchas formas de enseñar y no tiene que ser de manera obligatoria. Eso lo hace menos atractivo y más tedioso. Para poder llamar la atención de los más pequeños, debemos pensar en algo divertido. Lo ideal es poder plantear situaciones de juego donde se pueda aprender o reforzar contenido que hemos trabajado durante el curso escolar. Trabajar a través del aprendizaje significativo, es decir, aplicar los contenidos que necesitamos reforzar mediante una actividad cotidiana.
Por ejemplo, si necesitamos trabajar las matemáticas, podemos ir al supermercado a comprar y trabajar la suma y la resta con el dinero que vayamos a utilizar para pagar en la compra, o hacer una excursión o visita a un museo o exposición sobre algo que sea interesante y a la vez educativo. También podemos abordar una receta de cualquier comida en casa. Es decir, enseñar desde lo más cercano y de una forma participativa. Donde el propio niño o niña sea partícipe de su aprendizaje.
¿Qué nuevas tendencias hay al respecto en el sector educativo?
En general, la opinión de la mayoría de los expertos es abogar por tener tiempo libre para descansar y disfrutar de las vacaciones. Los menores merecen un descanso de calidad, pues llevan todo un curso esforzándose, tanto a nivel emocional como intelectual. No obstante, hay quien prefiere que se mantenga el hábito y la rutina, sobre todo, los progenitores. Por un lado, tienen miedo a que se pierda el hábito de estudio. Y por otro, no saben gestionar el tiempo libre con los menores, bien por falta de ideas, bien por falta de tiempo. Por tanto, desean que tengan tareas escolares y así también evitar el abuso de pantallas, tal y como ocurre en estos tiempos.
En definitiva, aunque la tendencia sea reducir la carga de tareas escolares, todavía existe una gran exigencia sobre la necesidad de dedicar, al menos, una parte del tiempo libre al refuerzo de contenidos aprendidos durante el curso para mejorar y fomentar la organización y gestion del aprendizaje.
¿Qué proponen los profesores y docentes?
Existe una diversidad de opiniones pues no se ponen de acuerdo. Ahora bien, aunque la tendencia es no mandar tareas escolares en vacaciones, los que sí lo hacen, tratan de darle otra visión al concepto de “deberes escolares”. Es decir, tal y como indicamos en la líneas más arriba, se trata de proponer acciones que supongan un aprendizaje. El aprendizaje significativo va más allá de simplemente completar tareas escolares de verano.
Aprendemos desde las vivencias y experiencias como viajar, visitar museos e incluso jugar. De ahí que siempre recordemos ese aprendizaje. Si pensamos que solo se aprende completando cuadernillos, podríamos caer en la creencia de que solo se aprende en la escuela, lo cual sabemos que no es cierto. Es importante recordar que las vacaciones son para descansar y disfrutar.