Haciéndonos eco de las numerosas voces que nos llegaban desde las empresas acerca de la escasa duración de la FCT tradicional (Formación en Centros de Trabajo) para algunas especialidades, hace ya cinco cursos escolares, implantamos en el Colegio Salesiano Santo Domingo Savio tres ciclos formativos de grado superior en modalidad dual: Mecatrónica Industrial, Diseño en Fabricación Mecánica y Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma. Esto, sumado a ese espíritu innovador que llevamos tatuado en nuestro ADN, propició que apostáramos por este modelo de FP Dual a través de un Proyecto Propio de Centro, autorizado por la Consejería de Educación, que desarrolla en la empresa un 33% de su duración (736 horas en total) donde el alumno aporta la formación generalista recibida en el centro y, al mismo tiempo, se especializa en las tecnologías, lenguajes, programas y maquinaria utilizados en la empresa.
La estancia del alumno en la empresa comienza en diciembre del segundo curso y finaliza en junio. Durante este periodo, de lunes a jueves, los alumnos acuden a las empresas y todos los viernes vuelven al centro educativo a continuar con su formación teórico-práctica en nuestras aulas, talleres y laboratorios.
Aprovechamos este momento para hacer un seguimiento individualizado de todos ellos, valorando el desarrollo alcanzado en cuanto a aspectos técnicos y personales. Este modelo, con presencia semanal en el centro, es el resultado y fiel reflejo de una de las principales señas de identidad de nuestra pedagogía salesiana: situar al alumno en el centro de todos los procesos y acompañarle en su proceso formativo y madurativo, hasta que alcanza la inserción laboral, optimizando, por tanto, su empleabilidad.
Beneficios
Como beneficios adicionales observamos que la modalidad dual aumenta, además, la motivación del alumno en comparación con la FCT convencional. Al ser mayor el tiempo que permanecen en la empresa se favorece la integración en el departamento, aumentando el sentimiento de pertenencia al mismo y optimizando el conocimiento de la organización, de la cultura y el know-how de la compañía.
Se facilita, también, el desarrollo de competencias personales y habilidades sociales en el puesto de trabajo —donde tanto ponemos el foco desde el centro y que tan demandadas están desde la empresa— como responsabilidad, compromiso, autonomía en la tarea, honestidad, entusiasmo, trabajo en equipo, compañerismo e ilusión. Otro factor que aumenta la motivación del alumno en la modalidad dual es el hecho de comprobar la utilidad práctica de todo lo adquirido en el aula mientras continúa con su formación “on the job” en la empresa; aprender “haciendo”, en un entorno productivo real, es una de las mejores formas (desde un punto de vista pedagógico y didáctico) de conceptualizar conocimientos y desarrollar competencias técnicas.
Asimismo, hemos comprobado en estos años que la modalidad dual fideliza y afianza la relación con las empresas, haciéndola más sólida, fomentando unos flujos de comunicación y colaboración que exceden de lo meramente académico. De este modo, recibimos frecuentemente por parte de muchas empresas numerosas propuestas que incluyen conferencias, visitas, seminarios, talleres, participación en jornadas, donación de material, formación para los profesores, formación de sus trabajadores en nuestras instalaciones y un largo etcétera de sinergias, fruto de unos lazos que se han hecho más fuertes y robustos. En definitiva, entendemos el modelo como método para acortar distancias y acercar el mundo de la Escuela a la Empresa, dando respuesta a la creciente demanda que recibimos por parte de las empresas de dichos perfiles profesionales.
Resultados
Y, como dicen que los números hablan por sí solos, comentar, por último, que la inserción laboral de los alumnos que finalizan su formación de FP Dual con nosotros y quieren trabajar (algunos continúan el camino hacia la Universidad) se aproxima al 100% en los tres ciclos formativos que impartimos actualmente bajo esta modalidad.
Por tanto si entendemos que la Escuela y la Empresa son las dos caras de una misma moneda, si nos consta que el aprendizaje significativo surge de la necesidad de resolver problemas reales y si consideramos que la formación es el único camino para el desarrollo individual y de la sociedad, es el momento de preguntarnos hasta dónde podríamos llegar si desde la Escuela y la Empresa trazásemos una hoja de ruta común y emprendiésemos —juntos— este apasionante viaje. Nosotros ya estamos decididos y en marcha.
Blanca Rojas es Licenciada en Pedagogía Social y Laboral por la UCM. En la actualidad es Coordinadora del Departamento de Empresas, Responsable de Comunicación y Marketing y Profesora de FOL en Colegio Salesiano Domingo Savio de Madrid