‘La iglesia en la educación. Presencia y compromiso’ es el nombre del congreso organizado por la Conferencia Episcopal Española y que reunió este fin de semana a los principales agentes de la educación católica en España, en torno a un mismo objetivo: subrayar el modelo de enseñanza de decenas de miles de centros educativos inspirado en valores cristianos. El evento en el que participaron más de 1.500 personas tuvo lugar de forma simultánea durante la jornada del sábado en el Auditorio de la Fundación Pablo VI (ámbito Colegios) y en el Palacio Municipal de Congresos de IFEMA (resto de ámbitos).
En su intervención de bienvenida, el Cardenal Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española, renunció a su discurso para leer un mensaje remitido por el Papa Francisco expresamente para los cientos asistentes a este evento, en el que el Pontífice no dudó en afirmar que todas las personas “tienen derecho a la educación” y que “nadie debe ser excluido” por razón alguna.
Celebró que hace un siglo tuvo lugar un gran congreso similar convocado por obispos españoles, lo que aprovechó para afirmar que ello certifica que “la visión educativa de la Iglesia permanece a lo largo de los siglos, impulsando una misma gran esperanza que brota del Evangelio con la que miramos a todos”.
Con una mirada que empieza por los “más pequeños y vulnerables”, significó Francisco, para quien la educación supone un acto de esperanza en quien tenemos delante, en el horizonte de su vida, de sus posibilidades de cambio y de contribución a la renovación de la sociedad”.
Hoy, dijo, la visión educativa tiene una “urgencia particular”, por eso insistió en la oportunidad, cuando no imperiosa necesidad, de establecer cuanto antes un “pacto educativo global cuya prioridad sea poner en el centro a la persona”.
“Todos tienen derecho a la educación, nadie debe ser excluido. No puedo dejar de recordar a tantos niños y jóvenes sin acceso a la educación en diversas partes del mundo que sufren opresión e incluso la guerra y la violencia”, se lamentó.
Al respecto, exhortó a los asistentes a “trabajar por vuestras necesidades en España sin olvidar a nadie”, y recalcó que “lo propio de la educación católica, en todos los ámbitos, es la verdadera humanización, una humanización que brota de la fe y que genera cultura”.
“Cristo habita siempre en medio de nuestras casas, habla nuestra lengua acompaña a nuestras familias y a nuestro pueblo. ¿Cómo olvidar la presencia y el compromiso de la Iglesia en la educación en vuestra tierra, de tantas personas y comunidades que han contribuido con su labor a la identidad cultural de vuestra sociedad y que han enriquecido incluso el camino de la Iglesia universal?”, interpeló.
Tras la intervención de Juan José Omella, intervino el obispo de Lugo monseñor Alfonso Carrasco, presidente de la Comisión Episcopal para Educación y la Cultura, que dio paso al apartado del congreso conocido como ‘Ámbito Colegios’, en el que tomó la palabra Pedro Aguado, Superior General Escolapios y Presidente Comisión Educación USG/UISG que exhortó a los presentes a comprender el centro, situar la Escuela Católica en el proceso social y eclesial desde el que se comprende la educación y ofrecer tres respuestas que se tornan desafíos: una identidad misionera, una escuela de salida, y, por último, identidad y conversión.
Tras la intervención de Aguado, se celebraron dos mesas redondas, una protagonizada por Pedro Huerta, secretario general de Escuelas Católicas; y Alfonso Aguiló, presidente de CECE; en la segunda mesa intervinieron Juan Carlos Corvera, presidente de Fundación Educatio Servanda, Carmen Pellicer, presidenta de Fundación Trilema, Miguel Ángel Coello, gerente de la Fundación San Vicente Mártir Colegios Diocesanos de Valencia, María José Gil, coordinadora de Colegios Religiosos de Jesús-María; Hma. Amor de María Franco, coordinadora comisión internacional Colegios Madre Velarde.
Ser Iglesia, ser comunidad
Uno de los principales ponentes fue Pedro Huerta, secretario general de Escuelas Católicas, quien, en declaraciones a ÉXITO EDUCATIVO, apostó por seguir teniendo la “capacidad de hacer cosas juntos y de no atrincherarnos, sino de ser Iglesia, de ser comunión, de ser comunidad, como nos invita el Papa a extender esta aldea global de la educación en todos nuestros ámbitos”.
En marco, juzgó que esta es la premisa que ha invadido este reciente congreso, el cual “nos está aportando la respuesta masiva de personas que quieren formar parte de esto”, una ocasión única también “para escucharnos, para saber apoyarnos mutuamente, para que la presencia de la escuela católica siga teniendo sentido y siga siendo posible”.
Para Huerta, un titular que resumiera este evento sería el de “educación en comunión y educación en salida o sea, la necesidad de que seamos para otros, pero seamos también y nos reconozcamos internamente en todo lo bueno que hacemos desde todos los ámbitos educativos en los que estamos”.
Por su parte, Alfonso Aguiló, presidente de la patronal CECE, valoró este encuentro, también en declaraciones para nuestro diario, como un éxito pues ha facilitado una “convergencia de ideas y de propuestas en la línea de trabajar en red, de una cultura de colaboración, de cuidar cada uno su carisma, pero, sobre todo, de cuidar la colaboración entre unos y otros para hacer una educación católica mucho mejor”. Para Aguiló «partimos de una situación muy buena pero seguro que si trabajamos más conjuntamente también llegaremos aún más lejos»