Pensar con el corazón, sentir con el cerebro

Pensar con el corazón, sentir con el cerebro

Hace unos días hablaba de este tema en un podcast educativo y es por ello por lo que me gustaría seguir dándole la importancia que requiere a esta frase tan sencilla pero que engloba tantos aspectos hoy en día, de vital importancia para cualquier profesión, pero sobre todo para la que nos atañe, la labor docente.

Es muy necesario que, como profesionales de la educación, prestemos atención plena al aquí y ahora en nuestras aulas y nos demos cuenta de que una vez crucemos el umbral de nuestras clases, debemos “pensar con el corazón y sentir con el cerebro”, siendo partícipes en todo momento del proceso de enseñanza- aprendizaje que se está viviendo.

El profesor puede tener un mal día, estar cansado… pero siempre es un referente para seguir por sus alumnos y es por ello, que ellos deben saber que, aunque este tenga un mal día o este cansado, está ahí por y para ellos y que dará siempre todo lo mejor de él para que ellos se nutran de dicho proceso de aprendizaje mutuo.

¿Pero cómo hacer para que el docente no se debilite y acabe por perder su vocación? Primero que todo, se debería de tener en cuenta el sentir de todos, no sólo de los discentes, sino de la persona que está a cargo de ellos, porque, a fin de cuentas, una vez entran a la escuela, la responsabilidad recae siempre en el profesor.

Hoy en día, se habla mucho de diversidad en las aulas educativas, pero no se tiene en cuenta la diversidad de profesionales de la educación que imparten dentro de ellas. Y es que, “cada maestrillo tiene su librillo” y por tanto, cada profesor o profesora, tiene su forma de enseñar y de llevar a cabo el aprendizaje de conocimientos dentro de su clase.

Debemos aprovechar esa diversidad para seguir aprendiendo y mejorando día a día en nuestra labor. Mucho se hace frente a papeleo, pero realmente poco se tiene en cuenta el tiempo con el que el profesor cuenta para llevar adelante dicha programación anual.

El aquí y el ahora, Carpe Diem que decían los romanos, tan importante y necesario para poder trabajar de una manera adecuada y formar a los futuros ciudadanos de nuestra Sociedad y también a su vez para seguir manteniendo activa y firme esa llama de pasión tan necesaria en cualquier profesión, pero sobre todo en la nuestra.

Y es que es una pena encontrar tantos y tantos profesionales de la educación que han perdido su pasión por enseñar y por tanto, su pasión por la docencia. “Pensar con el corazón, sentir con el cerebro”, esos sentimientos que nos llevan a estar activos, a estar presentes y a mostrar sin duda nuestro lado más humano, porque somos humanos y no máquinas programadas para enseñar, porque debemos seguir pensando en ese tan necesario sentir social que nos hace mejores ciudadanos y, por tanto, sin duda alguna, que hará mejores ciudadanos a nuestros alumnos, esos que en un futuro ocuparan muchas profesiones de nuestra Sociedad.

Los niños deben por tanto entender que lo que tienen delante de ellos es una persona que comete errores y que se equivoca pero que siempre intenta dar de ella lo mejor, el cien por cien y aprender de ello, no solo de los aciertos, sino también de los errores, porque eso es lo que nos hace mejorar en nuestro día a día, caer y levantarse, caer y levantarnos.

Da igual si son alumnos con necesidades educativas o no, da igual porque si tú no eres consciente de tus posibilidades, de cómo te encuentras en el aquí y el ahora y de tu potencial, nunca podrás trasladar ningún conocimiento a los demás.

Dejemos por tanto de obviar al profesor, de olvidar que lo que tenemos delante no es una mera herramienta educativa, sino que es una herramienta humana de vital importancia en educación y que, sin ella, ningún proceso de aprendizaje será nunca posible.

Pensemos con el corazón y sintamos con el cerebro cuando estemos en el aula o cuando lo estén otros compañeros y compañeras y pongámonos siempre en los zapatos del otro para poder no sólo enseñar bien si no aprender de cada momento y de cada situación que nos rodea.

Por Rebeca Pérez Campo‚ maestra titulada en Educación Infantil, Primaria y Pedagogía Terapéutica, miembro de la Asociación Mujeres Líderes en la Educación

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí