El nivel educativo de la población española está altamente polarizado. En un extremo se encuentra el porcentaje de la población con baja cualificación, es decir, cuyo máximo nivel educativo no supera la Educación Secundaria Obligatoria, que es bastante alto, ya que se sitúa en el 35,3%, alrededor de 15 puntos por encima de la media de la Europa de los 25 (20,2%). En el otro extremo se encuentra la población con estudios universitarios, que representa el 28,8%. En el medio se encuentra la población con educación postobligatoria no universitaria, terreno en el que juega un rol fundamental la Formación Profesional.
Por un lado, se encuentra la población con formación profesionalizante tanto de Grado Medio y de Grado Superior (y equivalentes) la cual supone el 22,7% de la población de 25 a 64 años. Este porcentaje está entre los más bajos de la Unión Europea, a gran distancia de la UE-25 (39,2%).
Sin embargo, entre los niveles de Formación Profesional el panorama es diverso. La población con cualificaciones vocacionales de Grado Medio y equivalentes en España (10%) está cerca de 25 puntos por debajo del valor de la UE-25 (34,8%), mientras que la población con cualificaciones vocacionales de Grado Superior y equivalentes en España supone el 12,7% mientras que en la UE-25 apenas supera el 4%.
Estos datos forman parte del análisis mensual del Observatorio de la Formación Profesional Caixabank Dualiza, correspondiente a septiembre.
Así mismo, España está 10 puntos por debajo de la media europea (24,5) en la ventaja que ofrece la FP de Grado Medio y equivalentes en la inserción laboral respecto a las personas con menor cualificación. Las personas que cursan ciclos formativos de Grado Medio, régimen general y especial y certificados profesionales de nivel 2 y 3 presentan una ventaja respecto a aquellas con menos cualificación ya que obtienen tasas de ocupación más altas.
Dicha ventaja es generalizada en todos los países de la Unión Europea, especialmente entre las mujeres y las personas más jóvenes, aunque con importantes variaciones entre países. En el conjunto de la UE-27, supone alrededor de 23 puntos y entre las mujeres más jóvenes asciende hasta los 32 puntos. En España, aunque la ventaja sigue siendo amplia (alrededor de 14 puntos) y asciende también de manera considerable entre las mujeres (25,5 puntos), está muy por debajo de la media europea.
El acceso a datos para el cálculo de la ventaja en tasa de ocupación de la educación terciaria de ciclo corto (que en España corresponde a los ciclos de FP de Grado Superior de régimen general y especial) respecto al Grado Universitario, es muy limitado. Los datos proporcionados por la OCDE para los recién titulados en estas enseñanzas (15 y 34 años) para un grupo reducido de países que cuentan con estas enseñanzas y con datos desagregados para las mismas, indican importantes variaciones.
La ventaja es positiva para la mitad de países, variando entre los 25 puntos de la República Checa y los dos puntos de los países de los Países Bajos. España tiene una ventaja positiva de 3 puntos. En la otra mitad de países, no hay ventaja para la FP, lo cual indica que la tasa de ocupación de las enseñanzas terciarias de ciclo corto (mayoritaria, pero no exclusivamente vocacional) es inferior a la de los grados universitarios.
Gasto en FP
Si bien España lidera en Europa el gasto en Formación Profesional de Grado Superior y equivalentes, se encuentra, sin embargo, entre los últimos países en gasto en Grado Medio y en la FP en su conjunto.
El gasto en instituciones educativas en España se distribuye principalmente en las enseñanzas obligatorias de primaria y secundaria-CINE 0 a 2-(49,5%) ligeramente por debajo de la media de la UE-25 (50,1%) y en las enseñanzas universitarias de Grado, Máster y Doctorado-CINE 6 a 8 (24,5%). En este último caso, aunque la OCDE no proporciona la media oficial de los países de la UE, la media simple de los países que cuentan con datos desagregados (27,2%) indica que España está también por debajo en casi 3 puntos, probablemente por un menor gasto en investigación, entre otras razones.
El resto del gasto educativo en España se reparte entre las enseñanzas postobligatorias no universitarias. La mayor parte de este gasto se destina a la educación secundaria superior general, que incluye el Bachillerato y el cuarto curso de la ESO -CINE 34- (12,9%), un porcentaje más alto que el promedio de la UE-25 (8,8%).
En segundo lugar, está la educación secundaria superior de carácter vocacional -CINE 3-, que abarca principalmente los ciclos formativos de Grado Medio (8,2%). Este porcentaje es inferior al de la UE-25 (11,2%) y significativamente más bajo que en países como Países Bajos, Bélgica y República Checa. Finalmente, la educación terciaria de ciclo corto que en España aglutina principalmente a las enseñanzas de FP de Grado Superior de régimen general y especial (4,8%).
De nuevo, señalan los analistas, la OCDE no ofrece una media de la UE-25 dado que no se cuenta con datos para 5 países, quizás porque no existen como tal. La media simple de los países que cuentan con datos desagregados para estas enseñanzas (1,6%) indica que España está a la cabeza de Europa en gasto en este nivel solo superada por Austria (4,9%) y Francia (6,4%). Esto probablemente se debe a que en otros países se pone más énfasis en el Grado Medio y equivalentes o en enseñanzas universitarias profesionalizantes, que en el Grado Superior.
El ranking de países con datos desagregados de gasto en enseñanzas de FP y equivalentes revela que el gasto en estas enseñanzas en España representa el 13% del total, lo que la ubica en el puesto 15 de los 20 países analizados. Mientras que en España el alumnado de FP supone el 17% de la población de 15 a 24 años en la UE-27 representa el 19% y en un país como Eslovenia supera el 32%.
En términos generales, la edad teórica para cursar estudios postobligatorios (excepto máster y doctorado) se sitúa entre los 15 y los 24 años. Aunque la edad para cursar formación reglada se amplía cada vez más, el rango de 15 a 24 sirve para identificar el peso del alumnado matriculado en cada enseñanza de la población joven en edad teórica de cursar estudios reglados.
Así, el alumnado matriculado en FP y equivalentes supone casi el 20% de la población de 15 a 24 años en el conjunto de la UE-27. Dicho porcentaje varía entre el 6,3% de Chipre y el 32,7% de Eslovenia. España se ubica más de dos puntos por debajo de la media de la UE-27, con el 17,1% (en el puesto 17 de 27). En este sentido, apuntan los analistas del Observatorio, que en el curso 2022- 2023, el alumnado de FPI en España mayor de 24 años suponía el 27% del total, lo cual indica gran diversidad de edades en la FP respecto a otras enseñanzas más normativas en términos de la edad teórica para ser cursadas como puede ser el Bachillerato.
Más datos. España se encuentra 10 puntos por debajo en matriculación en Formación Vocacional de Grado Medio, pero más de 10 puntos por encima en Grado Superior respecto a la UE-27. La distribución del alumnado matriculado en enseñanzas postobligatorias (hasta Grado universitario de 4 años) en España, indica, en primer lugar que, con mayor peso, se encuentra el Grado universitario (CINE 6) (38,3%) debido, entre otras cosas, a que aglutina matriculados de 4 cursos distintos. Dicho peso es casi tres puntos superior al de la UE-27 (35,6%) y es uno de los más altos de la UE.
En España estas enseñanzas tienen un carácter netamente académico, mientras que en países como Alemania, el Grado universitario también tiene una vertiente profesionalizante que contribuye a que el peso de este nivel educativo sea superior al español (39,6%).
En segundo lugar, se encuentran las enseñanzas profesionalizantes de Grado Medio (CINE 35 y 45) con un peso en España del 23,9%, de los más bajos de Europa, a nueve puntos de la UE-27 (32,9%) y más de diez puntos por debajo de Alemania (34,7%). De hecho, dicho nivel educativo representa el 30% o más en la mayor parte de le UE-27 (15 países), a pesar de que en España aglutina diversas enseñanzas además de los ciclos formativos de Grado Medio y los certificados profesionales de nivel 2 y 3.
En tercer lugar, se encuentra la educación terciaria de ciclo corto que en España sólo tienen carácter vocacional a través de los ciclos formativos de Grado Superior (régimen general y especial), con un peso del 16,7%. Dicho peso supera al de los países de la UE-27 que cuentan con dicho nivel (4,5%), en más de 12 puntos. De hecho, España se posiciona como el país de la UE con mayor peso de este nivel educativo entre las enseñanzas postobligatorias (excluido máster, doctorado y grados de más de 4 años), seguido por Austria (12%), Letonia (11,8%) y Francia (11,6%). En el resto de países que cuentan con dicho nivel educativo, su peso es inferior al 10%.
En el contexto español, la educación vocacional de nivel terciario (superior) se concentra principalmente en programas de ciclo corto, con una duración máxima de dos años. Estos programas son menos comunes en otros países europeos. La sofisticación y mayor especialización de la FP de Grado Superior española puede tender a ser en el conjunto de la UE, o de ciclo largo (mayor de 2 años) o puede estar reflejada en un Grado Medio más complejo y sofisticado que en España.
Menos mujeres en la FP
En lo que respecta a la distribución de la matriculación por sexos, el peso de las mujeres matriculadas en las enseñanzas de FP en España está por debajo del 50%. Este peso es más alto en las enseñanzas terciarias de ciclo corto -Grado Superior- (49,2%) situándose al mismo nivel que la media de la UE-27 (49,1%). Sin embargo, las mujeres superan el 50% de los matriculados en dicho nivel en 10 países. En el caso de las enseñanzas de FP de nivel medio, las mujeres representan el 48,5% en España casi 5 puntos por encima de la media de la UE-27 (43,9%) y a casi 4 puntos de Finlandia, país con mayor proporción de mujeres en este nivel (52,1%).
Así mismo, España supera en 12 puntos a la UE-27 en porcentaje de titulados en enseñanzas de FP de nivel superior, pero está 2,5 puntos por debajo en las de nivel medio. Tomando como referencia el conjunto de enseñanzas conformadas por el Bachillerato, las enseñanzas de FP Grado Medio, de Grado Superior y Grado universitario, los datos indican que, en España, los titulados de Bachillerato tienen un mayor peso (31,1%), seguido por aquellos de la FP de Grado Medio y equivalentes (28,6%), seguido por los titulados de Grado universitario de 4 años de duración (21,3%) y finalmente, de los titulados Grado FP de Grado Superior y equivalentes.
La radiografía del conjunto de la UE-27 es similar en cuanto al ranking, pero diferente en cuanto a las cifras. Destacan dos cuestiones: los titulados de FP de Grado Medio (CINE 35-45) tienen un peso 2,5 puntos inferior en España, mientras que las de Grado Superior tienen un peso 12 puntos mayor en España, lo cual hace que los titulados de Grado universitario tengan un peso ocho puntos inferior que en la UE-27.
De hecho, España se posiciona como el país en el que los titulados de FP Grado Superior, tienen más peso en el conjunto de las enseñanzas postobligatorias (excluyendo los grados de más de 4 años, máster y doctorado), llegando al 18,9%, seguido por Austria (16,3%), los Países Bajos (15,1%) y Letonia (11,3%). En el resto de países, que cuentan con este nivel educativo, el peso es inferior al 10%.
Este importante peso de los titulados de FP de Grado Superior hace que, en su conjunto, los titulados de FP en España (47,6%) tengan un peso diez puntos más elevado que en el conjunto de la UE-27 (37,9%). Sin embargo, estas enseñanzas llegan a superar el 66% en el caso de Austria.
En España no terminan de gustar las STEM
En lo que respecta a los campos de estudio de los titulados en enseñanzas de FP existe gran variabilidad en el peso que suponen los titulados del ámbito STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) respecto al total. En el caso de las enseñanzas de FP de Grado Medio y equivalentes (CINE 35-45), los titulados STEM suponen el 35,2% de media en la UE-27, representando casi el 60% en el caso de Chipre.
En este caso, España se encuentra más de 12 puntos por debajo de la media europea y se ubica entre los cinco países con menor porcentaje. En lo que respecta a las enseñanzas de FP de Grado Superior y equivalentes, el peso de los titulados STEM en el conjunto de la UE-27 desciende al 31,4%, llegando a suponer el 52% en Italia. En España, el porcentaje asciende al 27,1%, porcentaje más aproximado a la media europea que el de las enseñanzas de Grado Medio, pero sin llegar a superarla.
La baja posición de España respecto a Europa así como la naturaleza transversal de los titulados STEM y su papel fundamental en las transiciones medioambiental y digital, indican, a juicio de los analistas, la necesidad de potenciar la matriculación y la titulación en la FP STEM.
De igual modo, prosigue el informe, en España el 100% de los titulados en Grado Medio cuenta con experiencias de aprendizaje en el trabajo, frente al 60% de la UE-27. Las experiencias de aprendizaje basadas en el trabajo (WBL, por sus siglas en inglés) pueden ser de diferentes tipos en la Formación Profesional Inicial en España: tanto la denominada Formación en Centros de Trabajo (FCT) más conocida como «prácticas», así como la formación dual.
En cualquier caso, este tipo de formación debe suponer en España al menos el 20% de la formación (Cedefop, 2024) a través de la FCT, la cual está presente en prácticamente toda la FPI. Es por esta razón que el 98,4% de los titulados recientes de FP de Grado Medio y equivalentes de 20 a 34 años en España hayan tenido una experiencia de este tipo durante su formación. En este sentido, se consideran experiencias laborales las que tienen una duración mínima de un mes y se han llevado a cabo en un lugar de trabajo en una empresa, institución gubernamental u organización sin ánimo de lucro).
En el contexto europeo, España se encuentra a la cabeza, seguido por los Países Bajos (95,1%) y a gran distancia de la media de la UE-27 (60%) a pesar de que el WBL es fundamental en la FP debido a su alta conexión con el mundo del trabajo. En este sentido, los datos europeos llaman la atención, debido a que hay países en los que el indicador está por debajo del 10%, como es el caso de Rumanía. Por otra parte, los datos españoles también sorprenden dado que no tienen un reflejo en indicadores como la tasa de ocupación.
La estadística proporcionada por Eurostat no desagrega el indicador para el nivel CINE 5 (FP de Grado Superior) razón por la cual no se presenta el indicador para dicho nivel educativo. Sin embargo, se puede intuir una posición de liderazgo de España frente al resto de países de la UE-27 habida cuenta de los datos de las enseñanzas de FP de Grado Medio.
Inserción laboral
En cuanto a Graduados Medios de FP en España, en materia de empleo están 5 puntos por debajo de la media europea 5 años después de titularse. La tasa de empleo de los titulados recientes en enseñanzas vocacionales (15-34 años) en España está por debajo de la media de los países de la UE que forman parte de la OCDE (UE-25). Aunque la tasa supera el 70% en las enseñanzas medias (74,8%) y el 80% en las enseñanzas superiores, están 5 puntos y un punto por debajo de la media de la UE-25.
En ambos casos, se encuentran entre las más bajas de los países analizados, estando a más de 12 puntos de los países con mayor tasa de empleo en ambos casos. En el caso de las enseñanzas de Grado Medio, la máxima tasa de empleo roza el 90% en Portugal (88,1%) y en el caso de las enseñanzas vocacionales superiores roza el 95% en Hungría (94,4%).
Por tanto, las tasas de empleo de las enseñanzas de FP en España tienen un amplio margen de mejora respecto de la mayoría de los países europeos, a pesar de que representan una clara ventaja respecto a la tasa de empleo de las personas cuyo nivel educativo no supera la educación obligatoria (en el caso de la FP de Grado Medio) y del Grado universitario (en el caso de las enseñanzas de Grado Superior).
Por último, España es de los países de la UE-27 con menor gasto de las empresas en formación de las personas ocupadas: 0,2% frente al 0,7% del coste laboral total. Los últimos datos disponibles en Cedefop sobre el gasto de las empresas en formación de sus trabajadores y la participación de estos en formación financiada por la empresa corresponden al año 2020, un año atípico debido a la pandemia.
Dicha singularidad se aprecia, por ejemplo, en una disminución generalizada en el conjunto de la UE-27 del gasto de las empresas en Formación Profesional como porcentaje del coste laboral total pasando del 0,8% en 2015 al 0,7% en 2020. La reducción fue mucho más acusada en España donde pasó del 0,9% al 0,2%. Este último dato, teniendo en cuenta la coyuntura, situó a España a la cola de Europa en porcentaje de gasto, muy por debajo de la media de la UE-27 (0,7%) y a gran distancia de los países con mayor porcentaje de gasto como los Países Bajos y Francia (1,3%).
En contraste, España estaba en 2020 a la cabeza de Europa en el porcentaje de trabajadores que participó en formación profesional (65%) solo superada, a gran distancia, por la República Checa (82,8%) y superando ampliamente a los países nórdicos, buque insignia de la formación a lo largo de la vida. Aunque España mejoró posiciones en 2020, en 2015 también se encontraba en el top 5 de países con mayor porcentaje de trabajadores que participaron en formación profesional financiada por las empresas.
En cualquier caso, resuelven los analistas, “resulta paradójico que España, a pesar de la coyuntura de 2020, se encontrara a la cola en porcentaje de gasto en formación profesional del total de coste laboral y a la cabeza de porcentaje trabajadores en este tipo de formación”. Esto, juzgan, puede ser indicador de que la participación se hace en formación de corta duración lo cual puede implicar, a su vez, un gasto económico reducido. Asimismo, es posible que no todo el gasto en formación en España se esté imputando al coste laboral total.
En este escenario, el 6,2% de las personas poco cualificadas participan en formación en España, a más de 20 puntos del primer país, Suecia. Las personas con baja cualificación (cuyo máximo nivel educativo no supera la Educación Secundaria Obligatoria, ESO), así como las personas desempleadas constituyen colectivos vulnerables a la pobreza y/o a la exclusión social.
En este sentido, la participación en educación y formación de estos colectivos supone un facilitador de su inserción laboral e inclusión social. En el contexto de la Unión Europea, los países nórdicos, en concreto Suecia y Dinamarca están a la cabeza en ambos indicadores. Superan el 20% de las personas poco cualificadas y el 30% de las personas desempleadas que participan en formación.
Los datos de participación en formación de estos colectivos en España están muy por debajo de los países nórdicos, aunque están por encima de media de la UE-27 en ambos casos: dos puntos en el caso de las personas con baja cualificación (6,2%) y cuatro puntos y medio en el caso de las desempleadas (18,6%). Sin embargo, es importante tener en cuenta que España está entre los países de la UE-27 con porcentajes más elevados de población con baja cualificación (36,3%), más de 15 puntos por encima de la media de la UE, así como de población desempleada (10,9%), más de cinco puntos por encima de la UE-27 en 2023.