La Iglesia Católica percibe riesgo de “discriminación” entre los alumnos de Bachillerato que estudian Religión

6 de cada 10 alumnos eligen la asignatura de Religión Católica

La Comisión Episcopal para la Educación y Cultura emitió este miércoles una nota en la que amplía su valoración de cómo queda la asignatura de Religión católica en los centros educativos tras la aplicación efectiva de la LOMLOE, y aprovecha para advertir del riesgo de “discriminación” entre aquellos alumnos de Bachillerato que estudian dicha asignatura.

“Genera preocupación la etapa de Bachillerato en aquellas Comunidades Autónomas en las que se penaliza al alumnado que elige la materia de Religión, que ve incrementada su carga lectiva semanal y que podría encontrarse así en condiciones de discriminación”, afirma sin ambages la nota de esta comisión de la Conferencia Episcopal.

En tal caso, agrega, “sería necesaria la defensa jurídica del derecho de estos alumnos. Una situación semejante podría darse también en aquellos centros que permitirían -por vía de los horarios u otra– que quienes no eligen la asignatura de Religión tengan de hecho una hora libre o una hora más de estudio”.

Explica la Comisión que las Administraciones educativas autonómicas han regulado con diferentes criterios y, por tanto, con diferente resultado el horario de Religión en educación obligatoria.

Así, algunas Comunidades Autónomas han mantenido el horario mínimo establecido por el Ministerio de una hora semanal. En algunos casos esto supone mantener el horario que ya existía, e incluso un incremento respecto a la anterior regulación, que ahora se completaría con algunos minutos más de clase (Aragón, Asturias, Baleares, País Vasco, Valencia).

En Galicia se ha reducido el horario en el único curso donde este superaba la hora semanal, mientras que en otras Comunidades Autónomas, establecer el mínimo fijado por el Ministerio de una hora semanal ha supuesto un “descenso significativo” respecto al horario que tenía el área/materia de Religión (Canarias, Cantabria, Cataluña, La Rioja, Navarra).

Otras regiones, celebra la Iglesia católica, han incrementado el horario mínimo establecido por el Ministerio, regulando una hora y media o incluso dos horas semanales de Religión en algunos cursos de la enseñanza básica.

Así, mantienen los horarios que ya tenía el área/materia de Religión (Andalucía, Castilla y León, Madrid, Murcia). Por ello, la Conferencia valora “positivamente” la regulación de las enseñanzas de religión en el articulado de los decretos y no en disposiciones adicionales. En otros casos, pese a la reducción de horario en algún curso, señala que se ha mantenido el incremento sobre la hora semanal que ya existía en otros cursos (Castilla–La Mancha, Extremadura)

Como se ve por los datos aportados, el panorama de cómo ha quedado el horario de la asignatura de Religión en el conjunto de las Administraciones educativas es, subraya la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura, “muy diverso y pide una consideración específica para cada territorio”.

Por su parte, valora el reconocimiento por parte de algunas Administraciones educativas de la necesidad de dotar a la asignatura de Religión de un horario suficiente, lo que le parece un signo de que “sigue siendo posible una mejor consideración académica de la clase de Religión”.

Por otro lado, lamenta que en muchos casos no se haya aprovechado esta regulación para dotar al área/materia de Religión católica de un horario más amplio que “permita contribuir con sus saberes básicos al perfil de salida, y en particular la falta de consideración de la asignatura que implica el descenso significativo de horario en algunas Comunidades Autónomas”.

A su juicio, se ha perdido, en estos casos, una oportunidad para una mejor consideración académica de la clase de Religión, un “ámbito educativo imprescindible” para que la educación escolar alcance sus fines propios, entiende la Conferencia Episcopal española.

Es importante en segundo lugar, agrega, valorar la regulación que se ha hecho de la atención educativa que tiene que ofrecerse a los alumnos que no escogen la clase de Religión. “Lamentamos la desaparición de una alternativa que sostiene el principio de no discriminación e igualdad del alumnado”, apunta la nota, que agrega que “mantenemos la convicción de que es posible comprender el lugar de la enseñanza religiosa escolar en la formación integral de la persona, de modo que pueda superarse en el sistema educativo la dicotomía entre Religión y asignatura ‘espejo’”.

A pesar de la desaparición de la alternativa en la LOMLOE, como ya ocurriera en la LOE, los Decretos de enseñanzas mínimas exigen, para el alumnado que no elige Religión, una atención educativa programada por los centros como parte de su proyecto educativo; “no es pues un simple retorno a la LOE”, advierte.

“Algunas Comunidades Autónomas han regulado, con mayor o menor precisión, esta atención educativa. Otras, en cambio, no han dotado de un marco normativo para esta atención educativa que la ley pide, explícitamente, que se programe en los centros educativos”, añade la nota.

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