El 53,5% de jóvenes consultados en un reciente estudio reconoce que los estudios son la principal fuente de estrés desde que se declaró la pandemia del coronavirus. Así mismo, el 54% cree que tras la pandemia y como consecuencia de la crisis económicas que arrastrará se verá abocado a trabajar en lo que sea, esté o no relacionado con su formación educativa.
Estas son algunas de las conclusiones de la investigación “Jóvenes en pleno desarrollo y en plena pandemia. Cómo hacen frente a la emergencia sanitaria” realizada por la Fundación Pfizer y Fad.
Si hablamos del ámbito personal, de cómo les ha cambiado el tiempo de confinamiento y crisis, la mayoría de ellos afirman que en lo que más les ha afectado es en querer disfrutar más de la vida (37%), ser más responsable (30%), más trabajador (27%) o más optimista (23,1%).
Sin embargo, cuando miran fuera de su ámbito personal hacia la situación general, su mirada hacia el futuro a corto plazo es pesimista. Un pesimismo marcado sobre todo por la situación económica -el 62,1% cree que la economía empeorará en los próximos tres años- y las dificultades para encontrar empleo o conservarlo (57,5%). También se muestran preocupados por el aumento de las diferencias sociales (49,8%).
Entre las acciones que ven probables de cara al futuro, más de la mitad (54%) cree que tendrá que trabajar en lo que sea; el 48% que deberá recortar gastos en hobbies, ocio y tiempo libre; y el 43% que se verá abocado a depender económicamente de su familia. Un preocupante 31% cree probable tener que recortar gastos básicos (alimentación, etc).
Según los datos del estudio, la mitad de los jóvenes (52,6%) afirma haber descubierto la satisfacción de tener tiempo para sí mismos durante el confinamiento. Y un 41,8% dice haber descubierto también cosas positivas de su familia en ese periodo. Para el 43% le ha resultado terrible no poder moverse.
En cuanto a las emociones vividas durante el tiempo de confinamiento, la preocupación por el futuro ha sido la tónica general para el 85% de los jóvenes. Y en torno a la mitad señalan el estrés, la apatía y la ansiedad como las más relevantes.
Las principales fuentes de estrés durante este tiempo han sido los estudios (53,5%); el trabajo (41,5%); y la situación económica (38,8%).
Sus mayores miedos durante el desconfinamiento han sido contagiar a su familia (43%); que se produzcan rebrotes (30%); tener que volver a confinarse (29%); o contagiarse ellos mismos (28,7%). Un 13,3% afirma haber sentido miedo a salir a la calle
El objetivo ha sido analizar cómo la crisis de COVID-19 está transformando las actitudes y las formas de vida de los jóvenes españoles de 15 a 29 años. La investigación se ha realizado entrevistando a 1.200 de ellos y ellas durante los meses de junio y julio.