![Cover_YT gestión emocional](https://exitoeducativo.net/wp-content/uploads/2023/05/Cover_YT-696x392.jpg)
Expresiones como “no llores”, “no es para tanto”, “no te puede dar eso miedo”… hacen que veamos las emociones como algo que no es para discutir y en ocasiones como algo que no deberíamos sentir. Pero reprimirlas o evitarlas no hace que desaparezcan. Hablamos de gestión emocional.
En realidad, las emociones, al igual que los pensamientos, son un flujo continuo que ocurre sin importar lo que hagamos. Cuando hablamos de emociones positivas, negativas o neutras hablamos de los sentimientos de bienestar o malestar que generan.
Sin embargo, si una emoción se siente con mucha intensidad y por mucho tiempo, puede tener consecuencias desagradables para la persona que la siente a nivel físico y psicológico. Es muy importante que seamos capaces de comprender y regular nuestras emociones porque pueden convertirse en nuestra peor enemiga; para esto, la experta en Educación Emocional y creadora del Método La Granja Ability training center©, Cristina Gutiérrez Lestón, nos ayudará.
Tres aspectos para comprender las emociones
Existen tres conceptos principales para entender las emociones: son preconscientes, son un factor clave para la supervivencia y hay emociones positivas y negativas. ¿Cómo podemos convertirlas en nuestras aliadas? Primero, con consciencia emocional, esto es, darse cuenta de lo que sentimos. Segundo, teniendo recursos para regularlas. Y tercero, siendo un ejemplo. «Si los padres tenemos una sana autoestima, sabemos trabajar en equipo o podemos regular nuestra ansiedad, nuestros hijos lo aprenderán porque al fin y al cabo somos lo que vemos y practicamos”, cuenta Gutiérrez en relación a la gestión emocional.
Recursos que podemos usar en casa
Existen varias maneras de llevar a cabo la gestión emocional dentro del hogar.
1. Preguntemos. Reemplacemos un “no estés triste” por un “¿estás triste? ¿Quieres contarme el motivo?”. Esta pregunta permite que podamos validar su emoción. Recordemos que “la tristeza es natural y no se puede evitar, solo regular. Y, sobre todo, que no nos asuste su pena o se puede asustar al niño también”, explica la experta.
2. No neguemos sus emociones. Si le decimos que no llore, el niño interpretará que no se le permite y entonces sentirá culpa cuando lo haga. Al negarlo, el niño no podrá entenderse a sí mismo. Y si no es consciente de su emoción, no podrá regularla de una forma positiva para él mismo y para las personas que lo rodean.
3. Debemos profundizar. Cuando experimentemos una emoción negativa, debemos preguntarnos: “¿de qué nos está avisando?”, “¿qué ha pasado hoy?”. Tenemos que encontrar el motivo y hablarlo con alguien de forma que nos sintamos mejor.
Si se es un profesor con interés en enseñar a sus compañeros a cómo gestionar sus emociones para ayudar a sus alumnos a comprender y regular las suyas, en este vídeo Cristina Gutiérrez ofrece varios ejemplos útiles: