Alemania, la gran alternativa para los educadores infantiles con sueldos inimaginables en España

Alemania educadores

Alemania se ha convertido con el paso de los años en un destino a tener en cuenta para los educadores infantiles provenientes de nuestro país. Este cambio, producido por la desmesurada oferta de docentes españoles para las primeras etapas educativas, ha abierto la posibilidad de ejercer la docencia a muchos profesionales. Un buen sueldo –alrededor de 3.500 euros mensuales–, sumado a la gran demanda de profesionales y unas muy buenas condiciones de trabajo, han sido algunas de las razones que han llevado a nuestros profesores a emigrar. 

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La fiebre de la  contratación de educadores infantiles del país teutón viene dada principalmente por una normativa emitida en los últimos años del gobierno de Angel Merkel que otorga a cada niño el derecho a una plaza en una escuela infantil en Alemania, como explica, Eduardo Villanueva, responsable de Reclutamiento y relaciones institucionales de HELMECA, lo que supuso un crecimiento exponencial de la construcción de escuelas infantiles, y algo que también les caracteriza mucho a los alemanes es que las hicieron con muchísimos recursos, con «instalaciones muy preparadas y muy modernas y de todas las metodologías» (Waldorf, Montessori, etc.).

«Y no es que en Alemania nadie quiera ser educador infantil, al contrario, es una profesión muy valorada por la sociedad, un pedagogo en general», aclara. Es que en Alemania no existe la carrera universitaria de educación infantil, sino que todo se hace a través de la FP Dual. «¿Qué significa la FP Dual en Alemania? Que realmente cuando una persona termina lo que aquí sería el Bachillerato y quiere ser educador infantil, la escuela le contrata desde el minuto 1 y la forma durante 3 años. Entonces eso lo combina con 60% del tiempo trabajando y 40% de estudio, además de que lo pagan bastante bien…». Por tanto, cuando se abre una escuela infantil no hay, como ocurre en España, una bolsa de trabajadores dispuestos ya para empezar desde el minuto 1, sino que tienen que emplear 3 años en formar a ese personal. «Además, cuando pasan esos 3 años de formación, es complicado que ese personal se vaya a una escuela que acaba de abrir», añade. 

Algo muy distinto sucede en nuestro país, donde como explica el presidente de la sectorial de Infantil en ACADE, Ignacio Grimá, «en muchos contextos (político y social) se sigue visualizando la educación infantil como una mera etapa asistencial, sin ser conscientes de la relevancia del trabajo especializado en estos primeros años de vida para que el niño desarrolle todo su potencial cognitivo, intelectual y emocional».

La nueva normativa sumado a que el país germano no cuenta con una formación específica de Grado en Educación Infantil lleva a que la demanda de este tipo de servicios ha aumentado notablemente, dando como resultado una búsqueda de profesionales por todo el mundo. Asimismo, como Villanueva, añade que “Alemania experimenta un proceso demográfico que afecta a toda Europa: el envejecimiento de la población. Esto hace que exista una necesidad de cubrir puestos que exigen una alta cualificación”. 

Otro motivo a destacar que, a su vez, puede despertar interés en los educadores infantiles españoles, es la ratio que ofrecen las escuelas alemanas. Al contrario que en nuestro país –20 niños de media por aula– allí se han establecido parámetros como el de 6 alumnos por maestra en la primera infancia (0-3 años) y 10 escolares en niveles superiores (3-6 años). Una cuestión que preocupa a las personas que ejercen o desean ejercer la docencia en cursos de infantil es el seguimiento del currículo. Asimismo, al tratarse de aulas con tan poco número de alumnos, es mucho más sencillo establecer un modelo de trabajo individualizado que potencie las capacidades de cada estudiante. 

Los alemanes valoran muchísimo el personal que viene de España, porque «está muy preparado, ya bien sea que haya hecho la FP de Educación Infantil o el Magisterio de Infantil», además cuando llegan a Alemania, lo hacen con muchas ganas de desarrollarse como educadores profesionalmente.

Respecto al idioma, numerosos testimonios como el de Arancha Pecci, una educadora gaditana que emigró de la mano de Helmeca, muestran las facilidades que ofrecen las empresas intermediarias en la contratación a la hora de garantizar una buena integración del profesorado a su nuevo hogar. La principal medida que brinda tranquilidad a los profesionales que deciden partir hacia el país germano es la formación en el lenguaje. Por otro lado, las opiniones de los españoles suelen destacar la amabilidad, hospitalidad y disposición de las personas que conforman cada centro educativo a la hora de trabajar.

España y la «fuga de educadores»

Para Grimá, «desgraciadamente, en nuestro país todavía tiene que realizarse una apuesta firme por la importancia que tiene la etapa 0-3 no sólo a nivel de ayuda a la familia en términos de conciliación, sino principalmente a nivel educativo y cognitivo» para que podamos alcanzar la situación alemana. «El apoyo debe partir de una forma decidida por parte de las autoridades e instituciones españolas, tal y como ocurre en otros países de nuestro entorno, en los que las administraciones públicas tienen mayor conciencia de la relevancia de la estimulación temprana» explica el también director del grupo de escuelas infantiles Alaria Nursery Schools. Si bien en algunas comunidades autónomas sí se van dando pasos relevantes de cara a que la etapa 0-3 tenga la relevancia que debe tener, por desgracia a nivel de país este apoyo no se está realizando. «Pese a contar con magníficos profesionales en el sector, tanto en la gestión como en el aula, esta falta de apoyo a la educación infantil por parte de las administraciones centrales limita enormemente las posibilidades de trabajo a todos los niveles» reflexiona.

A todas lasa razones  ya expuestas se le suma la escasez de posibilidades –además del gran número de docentes que hay– que sufren los profesores de educación infantil en nuestro país. Actualmente, los profesionales de este campo recurren a otras alternativas que no terminan de ser la meta para la que estudiaron su grado o formación. Algunos de los posibles caminos, sobre los que queda siempre pendiente la posibilidad de una oposición, tienen que ver con la participación en actividades juveniles o la labor de cuidado de niños. Estas labores, relacionadas indirectamente con la educación, dejan a los maestros con una individualización del objetivo final que viene representada por la oposición. No obstante, es bien sabido que la dificultad para obtener una plaza –aquí sí entra el número de personas– es alta. 

En este punto es donde surge la necesidad de empresas intermediarias como Helmeca y Global Working se encargan de llevar a cabo una selección de maestros y maestras que cumplan con un perfil dedicado, flexible y decidido a emprender una nueva aventura profesional. Teniendo en cuenta las palabras de Eduardo Villanueva, los perfiles que más se buscan suelen ser, en primer lugar, “personas que cuenten con títulos homologados como la FP del Grado Superior de Educación Infantil o Magisterio de Educación Infantil”. No obstante, las aptitudes individuales que más suelen valorarse son “las ganas de desarrollarse en nuevas pedagogías, la inquietud por enfrentarse a nuevas culturas y la apertura a descubrir un nuevo país”.

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