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Los docentes suelen dar mejores calificaciones a las niñas que a los niños con la misma habilidad académica. Este hallazgo, respaldado por estudios como el publicado en el British Journal of Sociology of Education, sugiere que los educadores están predispuestos a favorecer a las niñas en la evaluación de su rendimiento. Esta brecha de género en las calificaciones es evidente en diferentes tipos de escuelas y diferentes características de profesores.
Las evaluaciones de los profesores sobre los estudiantes no solo tienen en cuenta la competencia académica, sino que están imbuidas de consideraciones sociales relacionadas con las características individuales del profesor y el estudiante, sus interacciones y el contexto circundante. En este estudio intentan comprender en qué medida los profesores califican a las niñas de manera más generosa que a los niños, y qué características de los profesores y las aulas tienen más probabilidades de reducir esta brecha de calificación de género y los resultados muestran que, al comparar estudiantes que tienen la misma competencia en un tema específico, los profesores tienen más probabilidades de dar calificaciones más altas a las niñas. Además, demuestran por primera vez que esta mejor de calificación a favor de las niñas es sistémica, ya que las características del profesor y del aula juegan un papel insignificante en su reducción.
La brecha de género en la educación es una característica común en los sistemas educativos de todo el mundo. En las pruebas estandarizadas, las niñas tienden a superar a los niños en humanidades, lenguajes y habilidades de lectura, mientras que los niños tienden a obtener mejores resultados en matemáticas. Sin embargo, cuando las calificaciones son otorgadas por los profesores, las niñas obtienen mejores resultados en todas las materias.
El tamaño de la brecha de género en las calificaciones es considerable y podría tener consecuencias significativas a largo plazo, tanto en la admisión a la universidad como en las perspectivas de empleo. Según la investigadora Ilaria Lievore, de la Universidad de Trento en Italia y coautora del estudio, existe una fuerte correlación entre tener calificaciones más altas y obtener resultados educativos deseables, como la admisión a buenas universidades o una menor probabilidad de abandonar la escuela.
El estudio mencionado anteriormente es considerado el primero en demostrar que la brecha de género en las calificaciones es un problema sistémico, en lugar de depender de los tipos de escuela, la composición de género en el aula o los profesores individuales.
Comparación de resultados de pruebas anónimas y no anónimas
Los investigadores compararon los resultados de las pruebas anónimas estandarizadas tomadas por casi 40.000 estudiantes de 15 y 16 años en lenguaje y matemáticas con las calificaciones que los mismos estudiantes recibieron en las pruebas de aula. Mientras que los resultados de las pruebas anónimas siguieron el patrón esperado, con las niñas superando a los niños en lenguajes y los niños obteniendo mejores resultados en matemáticas, en las pruebas no anónimas de aula, las niñas obtuvieron mejores calificaciones en ambas materias.
El análisis mostró que cuando una niña y un niño tenían habilidades similares, medida por una prueba estandarizada, la niña obtenía una calificación más alta en la prueba de aula. Los investigadores examinaron si el tipo de escuela y el tamaño y la composición de género de las clases hacían alguna diferencia, así como las características de los profesores, como su género y cuánto tiempo habían estado enseñando.
Factores que influyen en la brecha de género
Solo se encontraron dos factores que hacían una diferencia, y solo en matemáticas. La brecha era mayor si las clases eran más grandes, y las niñas estaban más adelantadas en las escuelas técnicas y académicas que en las vocacionales.
Las posibles explicaciones son que los profesores recompensan inconscientemente el comportamiento visto como «típicamente femenino», como la pulcritud y el estar sentado tranquilamente, porque facilita su trabajo. Otra explicación propuesta por los investigadores es que los profesores inflan deliberadamente las calificaciones de matemáticas de las niñas como una forma de alentarlas en una materia en la que a menudo se las percibe como más débiles.
Los investigadores advierten que el estudio se realizó con estudiantes italianos y puede haber diferentes razones para la brecha de género en otros países. También señalan que utilizaron las calificaciones otorgadas a mitad del año escolar, que pueden diferir de las calificaciones finales.
Cerebro y género: diferencias en la maduración
Aparte de las evaluaciones de los profesores, también existen diferencias biológicas y neurológicas que pueden influir en el rendimiento académico.
Por otro lado, siempre se ha hablado de que las niñas y adolescentes sacaban mejores mejores notas por su predisposición al estudio. En esta línea un informe elaborado por ÉXITO EDUCATIVO en 2022, reseñaba que, a partir de primero y segundo de la ESO, las chicas maduran más deprisa que los chicos, y es cuando se hace notar una diferencia mayor, lo que para Belén Blanco, responsable pedagógica de la Red de Colegios Marianistas, lleva a que “es como si estuviese muy asumido que las chicas van a tener mejores resultados, que las chicas siempre van a ser más maduras y están más centradas”. Una idea en la que coincidía el sociólogo y antropólogo Mariano Urraco, profesor de la Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA ya que “a nivel cultural está mucho más arraigado en nuestro imaginario colectivo la imagen de la niña responsable, las chicas como buenas estudiantes y la imagen del niño rebelde, de los chavales que pasan de la escuela. Que, de alguna forma, estudiar está asociado al género femenino”.
Beatriz de la Riva, doctora en pedagogía y profesora en la facultad de Educación de la UCM señalaba en ese momento que algunos estudios indicaban que, entre las posibles causas de esta diferencia de rendimiento, está el hecho de que “las chicas tienen motivaciones de logro internas más potentes”. “En el instituto –explicaba Toni García Arias– observamos que, mientras en las niñas la popularidad está más relacionada con la moda y las notas, en los niños se alcanza la popularidad muchas veces por el comportamiento más o menos disruptivo”.
Según la Dra. Anne Moir, genetista de la Universidad de Oxford, el cerebro de las niñas madura antes en su capacidad para escribir, leer, expresarse y concentrarse. En el cerebro de las niñas, la habilidad verbal y la motilidad fina (como dibujar, trazar, trabajar con los dedos) maduran más rápido. Esto significa que cuando los niños llegan a la escuela y se les pide que escriban bien y con claridad, su cerebro puede no estar aún preparado para eso.
Por otro lado, los niños se aburren más rápido que las niñas y necesitan un tipo de enseñanza en el que se cambia mucho de actividad, más dinámica. Las niñas, por otro lado, requieren más tranquilidad, un aprendizaje agradable, cercano, más suave.
Según la Dra. Moir, las niñas son más lentas en desarrollar la visión espacial, que es crucial en materias como las matemáticas. Sin embargo, como el cerebro es un músculo que se puede entrenar, muchas escuelas y universidades están trabajando para mejorar la capacidad de visión espacial de las estudiantes.
¿Quién sale perjudicado en una clase mixta?
En una clase mixta, son los niños los que salen perjudicados. Según la Dra. Moir, la enseñanza se ha feminizado. La mayoría de los docentes son mujeres, y la escuela favorece a las niñas, no solo por el sistema de aprendizaje sino también por la forma de evaluar a los alumnos.
La forma de evaluar se basa en el progreso individual, y la competencia se ha excluido casi por completo de las aulas. Sin embargo, los niños son naturalmente competitivos. Excluir la competitividad de la evaluación puede hacer que los niños se sientan aburridos y desmotivados.
Separación de género en las aulas: ¿una solución?
La Dra. Moir es partidaria de separar a chicos y chicas en las aulas debido a las diferencias en la forma en que sus cerebros están organizados y en cómo aprenden. Un informe del gobierno británico también reconocía que los resultados de los muchachos eran peores en aulas mixtas y recomendaba separarlos para algunas materias, incluso si estaban en el mismo centro.
Al contrario que en España, muchas escuelas inglesas ya están separando a los niños de las niñas para algunas asignaturas, y los estudios demuestran que los resultados de los niños mejoran cuando se les separa.
Entender las diferencias de género en el aprendizaje y en la evaluación puede ayudar a los educadores a adaptar sus métodos de enseñanza para satisfacer las necesidades de todos los estudiantes. Los nuevos descubrimientos sobre el cerebro deben llevar a los países a adaptar sus políticas educativas para hacerlas más acordes con las necesidades de cada niño.