¿Es el nivel académico del estudiante de Magisterio acorde a su exigencia?

Magisterio

Un reciente informe llevado a cabo por la Universidad Complutense de Madrid, la UNIR y la Universidad Europea de Madrid, ha despertado dudas en torno al nivel académico del estudiante de Magisterio.

La preparación de los estudiantes de Magisterio se ha convertido en el centro de muchas conversaciones dentro del entorno educativo. Esto se explica debido a que, en cierto modo, contar con unos profesionales cualificados garantiza una educación de calidad. Sin embargo, al tratarse de una formación con una gran influencia vocacional, los límites a la hora de exigir requisitos a sus aspirantes no quedan del todo claros. 

A nivel internacional, una medida muy empleada para garantizar el éxito educativo de ciertos docentes ha sido un examen previo al ingreso en dicha carrera. Estos análisis de competencias, entre las cuales destacan la motivación y otras características vocacionales, se han implementado en Inglaterra, Gales, Holanda y Portugal entre otros países. En España, la única comunidad que lleva a cabo dichos exámenes es Cataluña.

Las competencias científicas, una de las claves del éxito en Magisterio

Una de las variables preponderantes que maneja el estudio relacionado con el nivel académico es la que se relaciona con el Bachillerato que cursaron los futuros docentes. Principalmente, el informe se centra en conocer si los estudiantes provienen de un Bachillerato científico tecnológico. El origen de esta incógnita reside en que, de contar con una mayor formación científica, el alumnado de magisterio se vería mejor preparado para afrontar los aprendizajes STEM. Asimismo, las características cognitivas y personales de cada individuo difieren en función de sus estudios previos. 

Es por esto que el informe se centra en conocer el origen de los estudiantes y su efecto en los estudios universitarios de Magisterio, con datos facilitados por las diferentes Comunidades Autónomas.

Resultados educativos que refuerzan la teoría

Los resultados aportados por la investigación aportan un abanico de datos contrastados que ayudan a situarse en el panorama de los estudios de magisterio en España. En primer lugar, como menciona el informe, se confirma la hipótesis de selección negativa. Esta teoría se fundamenta en que, independientemente de la importancia que suscita la labor educativa para las sociedades, los individuos que eligen estos estudios no son siempre los que mejores resultados académicos presentan.

Por otro lado, los porcentajes de alumnado STEM y no STEM (bachillerato tecnológico o no tecnológico) confirman la presencia mucho mayor de los últimos. Aunque esto no confirma necesariamente que los que no estudiaron un Bachillerato científico tecnológico tengan mala competencia, sí sugiere un mejor manejo de los STEM. Esto se fundamenta en que, antes de entrar a la universidad, ya contaban con unos conocimientos en este campo.

Asimismo, los investigadores han aportado datos que desmienten una creencia extendida en nuestra sociedad. Normalmente se ha relacionado a los estudiantes no STEM con un mayor desempeño en materias como Lengua o Historia, sin embargo, este estudio confirma que esto no es así. De hecho, la nota media en este tipo de asignaturas es ligeramente superior por parte del alumnado que proviene de un Bachillerato científico-tecnológico.

Todos estos aspectos confirman que existe una brecha en el acceso a esta profesión, lo cual debería considerarse como un indicativo sobre el que emprender medidas políticas.

Medidas para un futuro

Los investigadores que han llevado a cabo este informe han resumido en tres las medidas educativas que se deberían implementar de manera urgente en nuestro país. Estas tienen que ver con:

  • Establecer unas competencias mínimas para el ingreso de estudiantes universitarios dentro del ámbito educativo.
  • Dar voz a los profesionales de la educación en lo referente a las modificaciones políticas que tengan que ver con el ingreso, desarrollo y finalización de estudios universitarios ligados a la docencia.
  • Fundamentar los cambios en evidencias como el informe presentado por la UCM, UNIR y UEM. 

A pesar de poder considerarse unas medidas difícilmente ejecutables, los ejemplos que otorgan otros países referentes en educación –en la aplicación de pruebas específicas sobre el nivel académico del futuro docente– pueden servir como una muestra de que una buena práctica conduce a una mejoría del sistema. 

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