Gustavo Beltrán (WhatsomApp): “Ya es posible detectar al acosador en clase”

Las nuevas tecnologías han desembarcado también en los centros educativos, y mucho más por la puerta grande desde el confinamiento por la COVID. Sin ellas, se habría interrumpido el normal desarrollo de la educación en todo el mundo. Pero bastó un ordenador personal para que el aula se trasladará a todos los hogares con escolarizados.

Aquello sobrevino, si bien aceleró la implementación tecnológica en la escuela a una escala mayor que hasta la fecha. En paralelo, estas mimas nuevas tecnologías pueden ayudar, y de hecho ya lo hacen, en el día a día en otros ámbitos. Por ejemplo, con esta aplicación, WhatsomApp, que, gracias al big data, permite detectar a tiempo si en un aula alguien es un acosador y otro acosado, uno de los fenómenos sociales más lamentables de cuantos puedan darse en un centro educativo.

En esta entrevista concedida a ÉXITO EDUCATIVO por Gustavo Beltrán, fundador y director general de WhatsomApp, se ofrecen más detalles de cómo funciona.

¿Qué es WhatsomApp?

Es una plataforma online donde los centros educativos pueden ayudar a mejorar la convivencia y prevenir el acoso escolar que se puede dar en algunos de ellos. Como empresa de software queremos hacer siempre las cosas de la forma más sencilla posible.

¿Cómo funciona?

Funciona pasando los alumnos por el aula (virtual) o por sus ordenadores personales dentro del colegio en la plataforma WhatsomApp. En ella realizan una prueba todos a la vez, de clase en clase, donde van contestando una serie de preguntas en un juego que llamamos ‘El juego de la amistad’.

En el juego van reportando quiénes son, cómo se encuentran, cómo están respecto a los demás, quiénes son sus mejores amigos, con quién estarían, si ven algún problema en clase, con quién se sentarían en el autobús o para ir a una excursión.

De todo eso nosotros vamos haciendo un sociograma de relaciones, que se va haciendo en el mismo momento. Con todo ello vamos indagando, dependiendo de lo que nos van contestando, si ha habido algún problema, quién tiene el problema, quién puede ser el que causa ese problema, quiénes son los chicos que lo ven, y quiénes son los líderes del grupo, los más aceptados.

¿Y qué hacen con esos datos?

Toda esa información queda reflejada en informes, además del sociograma en el que el colegio, de una manera muy rápida, puede identificar si tiene niños invisibles, es decir, aquellos que no cuentan, ni para bien ni para mal, en el grupo; si tienen conflictos y si éstos pueden ser puntuales o periódicos. Cuando un conflicto es periódico y es de agresión verbal o física, es lo que llamamos bullying. Y es lo que hace que en el grupo todo el mundo sepa que pasa algo, pero el débil no puede pararlo.

La herramienta identifica los perfiles de los alumnos: quién puede ser el acosador, el acosado, los testigos… Y con toda esa información le permitimos al colegio que, de un vistazo, pueda tomar acciones para mejorar la convivencia, que es nuestra motivación como empresa y es lo que sabemos hacer: ayudar a los colegios con tecnología. En suma, se puede decir que ya es posible detectar al acosador en clase.

Cabe presumir que los chavales sean sinceros, pero también cabe presumir que, tanto por parte del agresor como de la víctima, la tendencia sea a ocultar la situación. ¿Cómo se afronta eso?

Totalmente. Esta más que demostrado que, cuando es un grupo, y preguntamos a todos, es más fácil para el humano decir la verdad; no te cuesta un gramo de energía de tu cerebro. Y mentir te cuesta energía, siempre ha sido así. Decir dónde hemos estado hoy para ti y para mí es muy fácil, pero si tenemos que mentir y ocultar que hemos estado aquí, tenemos que buscar la forma de hacerlo, nos cuesta energía, y ya es más difícil.

¿Qué ocurre? Que, aunque el agresor no se deje ver, los testigos, 25 o 30 niños, van a decir lo que están viendo. Están todos deseando tener una herramienta que les haga de altavoz. Por eso hemos comprobado en estos cinco años que la herramienta funciona. Porque al ser humano le es muy sencillo decir la verdad; es que no hay nada mejor y que gaste menos energía en el cerebro.

Por eso es tan fácil poder tener un programa en el que nosotros somos el altavoz y, para el colegio, somos la lupa: les acercamos a eso que los niños no les dirían. Porque para ellos, cuando están delante de un adulto, es factor autoridad. Y al factor de autoridad tú ya vas con miedo, no sabes qué le puedes contar y qué no; y no sabes si de verdad te está creyendo lo que le cuentas o no. Pero cuando se lo cuenta un grupo completo queda claro que el grupo siempre tiene la razón.

¿El modelo de negocio está enfocado a los colegios? ¿También las familias pueden acceder? ¿Quién es el cliente potencial?

Siempre debe haber una autoridad dentro que gestione esto. Habitualmente son las administraciones públicas, desde Educación hasta los colegios; y pueden ser colegios privados, de la mano de su dirección. ¿Qué colegios suelen tener la herramienta? Aquellos que de verdad creen que la convivencia es la primera base, y no tanto el conocimiento. Porque sin esa convivencia, sin que exista en el grupo un buen ambiente, los demás resultados no importan mucho.

Los que consideran que lo más importante son las relaciones que, como todos sabemos, a cualquier nivel, en la infancia y luego como adultos, es lo primero. A partir de ahí los conocimientos y aprendizaje que adquieres que te llevas a la vida para poder ejercer. Sin la base previa que es estar bien, sin eso, no se puede hacer. Nuestros clientes son los colegios y las administraciones públicas.

¿Qué papel juega en todo el proceso el profesor? ¿Puede ser o, de hecho, es el primer evaluador del informe o simplemente se dedica a trasladarlo a otras instancias?

Depende de cómo se organiza el colegio, pero habitualmente el profesor es realmente el que más cerca está de su clase y el que más cerca ve los problemas. Los colegios suelen trabajar el área de orientación y psicología, realizan las pruebas, hablan con el tutor o profesor y ven si los resultados se adaptan a lo que él más o menos entendía que podía estar ocurriendo, pero que ya ha quedado registrado. Una vez se confirma o se sacan cosas que el profesor no podía ver, la clave está en que ellos toman medidas y hacen estrategias para mejorar aquello que puede estar mal.

Cuando se da un caso de conflicto o de acoso escolar hemos visto estrategias que van desde utilizar a los líderes positivos, aquellos que se ponen del lado del colegio para ayudar al más débil, a hacer círculos de convivencia.

Hay colegios que han empezado a hacer, a través de esta herramienta, estrategias que ellos mejor que nadie trabajan para la prevención, y que no se den en el futuro más casos de acoso escolar o simplemente conflictos de niños que no participan en nada, ni para bien ni para mal, son invisibles; también hace que el niño se sienta fuera del grupo; y así pueden ayudar a integrarlos. El profesor es clave.

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