El arte de aprovechar los conflictos para el crecimiento del equipo

El arte de aprovechar los conflictos para el crecimiento del equipo

Empieza la cuenta atrás: empezamos a vislumbrar las tan ansiadas vacaciones y el verano parece que asoma (aún muy tímidamente) la cabeza. Estamos cansados y quizá más irascibles lo que puede llevar a tener más roces con los compañeros de claustro.

La naturaleza de los conflictos

Es lo más normal. El conflicto es un fenómeno propio de los seres vivos y el motor principal de expresión de las relaciones entre las personas. Esto es, las relaciones personales e individuales, las relaciones sociales, se expresan y fundamentan en el conflicto, sean del tipo que sean: de pareja, familiares, guerras comerciales, conflictos bélicos, litigios entre hermanos… En ellos no siempre está presente la racionalidad, pese a que es la única solución para solventarlos.

Así pues, en cualquier institución, en cualquier colegio, existen conflictos. En aquellas con una cultura poco democrática y en las que se ejerce un gran control, se tratan de evitar. Y en aquellas otras con una cultura de liderazgo más compartido son entendidos como un motor, como oportunidades para el cambio, el ajuste o la adaptación, es decir, como oportunidades para fomentar la cultura colaborativa y el dinamismo.

El conflicto en un centro educativo

Los conflictos en los centros educativos pueden ser particularmente frecuentes por el hecho de estar trabajando estrechamente con dos “clientes” especialmente vulnerables: alumnos (niños y adolescentes) y sus familias (que, por naturaleza, tienen una visión subjetiva por estar vinculados emocionalmente de forma muy estrecha con sus hijos). Así pues, el componente emocional en las relaciones humanas que se establecen en la escuela juega un papel muy importante y, en muchas ocasiones, deja al descubierto el lado más frágil de los profesionales que trabajan en el centro.

Además, si aterrizamos más concretamente en la realidad de una escuela, es importante visualizar y ser conscientes del día a día de un maestro para poder entender su complejidad. El personal docente pasa muchas horas en el centro compartiendo espacios comunes; yendo de clase en clase, con la tensión que supone entrar en diferentes aulas en las que te encuentras con 25-30 alumnos, cada uno de los cuales con realidades diferentes; con poco tiempo para preparar materiales y programaciones; preparando entrevistas con familias, vigilancias, sustituciones y tiempos de permanencias que fundamentalmente se dedican a corregir. Todo este vaivén de diario de actividades programadas, a las que se suman las imprevistas, puede llevar a infinidad de conflictos fruto de errores de comunicación y roces con los compañeros. Y en este momento concreto del curso, sumamos el agotamiento de llegar al mes de junio casi derrapando.

De esta forma, debido a esta complejidad organizativa propia de las instituciones educativas, es importante que los conflictos sean resueltos con rapidez y eficacia para evitar que se enquisten los problemas y así también puedan ser utilizados como herramientas de crecimiento y mejora del desempeño.

El rol del directivo en la resolución de los conflictos

Es fundamental tener en cuenta la importancia del rol directivo a la hora de minimizar las consecuencias de los conflictos y mediar en los mismos. Teniendo en cuenta que la dirección de un centro educativo se enfrenta a continuos procesos de negociación y mediación, de mayor o menor índole, y que surgen de su relación con los diversos actores que forman parte de la comunidad educativa, es fundamental que el foco se ponga en las personas.

Partiendo de la premisa de que todos los conflictos tienen un fin, es importante que el directivo, como mediador y/o negociador (en función de la técnica de resolución de conflictos que se utilice) trate de reducir la tensión entre las partes y detecte las necesidades y problemas con la finalidad de reconstruir la relación entre los docentes inmersos en la confrontación. Ni que decir tiene, que evitar enfrentarse al conflicto, suele conllevar altos costes a nivel emocional y también económicos. Es por ello por lo que es importante que el directivo trate de aproximar posiciones y llegar a un consenso, reduciendo la tensión y el miedo, y utilizando técnicas basadas en el win-win.

El conflicto ocasiona sufrimiento en las personas afectadas: necesitan sentirse comprendidas, escuchadas, miradas. Necesitan que una persona imparcial les brinde un rato de conversación donde poder compartir su vivencia y su punto de vista, lejos del juicio. Esto ayuda a generar un clima de confianza que será la base fundamental para poder comprender la perspectiva de las partes e identificar los problemas. De este modo, se podrán encontrar soluciones basadas en intereses comunes, sin que haya perdedores y la relación entre las dos partes saldrá reforzada.

Es fundamental que, en estas conversaciones con las partes afectadas, el director sea neutral, imparcial. Que, mediante un lenguaje sencillo y comprensible, busque en todo momento la cooperación y, ante todo, sea discreto y asegure la confidencialidad.

Pero si hay algo importante que se deba tener en cuenta en estas entrevistas, es que se priorice la escucha para poder comprender qué hay detrás del conflicto. Dice Carl Rogers, uno de los pioneros de la psicología humanista y creador de la terapia centrada en el cliente, que “Cuando me han escuchado y oído, puedo percibir mi mundo de otra manera y seguir adelante. Es increíble que sentimientos que han sido horribles se vuelvan soportables cuando alguien nos escucha. (…) He sentido un profundo agradecimiento cuando una persona me ha escuchado en forma sensitiva, empática y concentrada”.

El directivo debe ser el que tienda puentes de comunicación entre las partes, el que estimule la comunicación interpersonal. Pero, ante todo, el que priorice a las personas, el que las ponga en el centro. Porque el alma de un centro educativo, el corazón, es el docente. Y si este no se siente bien, no podrá realizar bien su tarea ni transmitir pasión en sus clases.

Por Anabel Valera Ibáñez, directora ejecutiva de la Red de Directivos de Instituciones Educativas en España REDIE

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí