Convivencia escolar: el grito de los docentes

Hace unos días salía a la luz un problema de convivencia escolar: la agresión de un padre a un profesor en un colegio de la Comunidad Valenciana, en este caso el profesor había recibido un cabezazo y también amenazas de muerte, parece ser que por intervenir en un problema provocado por la hija del agresor.

Este hecho nos hace reflexionar sobre la realidad y percepción de los problemas de convivencia escolar que sufre el profesorado y también sobre los que tiene que intervenir en algún momento de su carrera. La primera cuestión es que esta situación, por suerte aislada -según la mayor parte de estudios disponibles-, es un problema extremo de convivencia.

Hay que añadir dos detalles importantes que hacen que sea algo grave: uno, el hecho de que la víctima sea una persona cuya función principal es la de educar (ya sé que muchos pensarán que se educa en casa y se enseña en el colegio; pero no nos engañemos, educar es la función principal del profesorado, no solo la de enseñar, y es algo que se debe hacer de manera conjunta y coordinada por parte de las familias y los profesionales de la educación). Dos, porque se produce en un entorno que debería estar libre de violencia (un colegio) y en el que, precisamente, se debe fomentar el respeto por los demás a través de la convivencia escolar.

A este respecto existen cifras alarmantes, eso sí, difundidas en un estudio patrocinado por un sindicato y que deben tomarse con cautela, donde el 90% de los docentes dice vivir en un clima de violencia. Este dato, me lleva a pensar que no es que los docentes vivan un clima de violencia perpetuo o continuo, sino que han alzado la voz por problemas que ya se han reflejado en estudios anteriores, por ejemplo, los dos del Defensor del Pueblo sobre violencia escolar (1999 y 2005), en los que se quejan de no tener herramientas para hacer frente a los conflictos generados en las aulas.

Es aquí donde debemos poner el énfasis, en dotar a nuestros maestros, profesores, docentes de herramientas útiles en la prevención e intervención en conductas disruptivas y violentas (tanto de alumnos y alumnas, como de padres y madres).

Los docentes son una pieza clave para evitar situaciones violentas, tanto dentro como fuera de los centros educativos, según nos indican otra multitud de estudios en el ámbito de la prevención de este tipo de conductas. Además, es un requerimiento que se realiza a los profesionales de la educación con más fuerza por parte de la sociedad, debido fundamentalmente a la difusión de los medios de comunicación, donde todo lo que sucede en un centro escolar es noticiable. Hay que señalar, también, que solo interesa a los medios lo «malo», y no todas las acciones positivas que, por cierto, se dan mayor medida en los centros educativos.

Finalmente, esto nos lleva a otro tipo de reflexiones que también hacemos a través de los capítulos «Se ha redactado un crimen», con el profesor Víctor Núñez en el canal Youtube de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), y donde les invito a ver y pensar en ello.

Abel González, es doctor en Criminología por la Universidad de Barcelona y director de Criminología en UDIMA.

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