COVID19: Educar en un momento de la verdad

Hace ya más de 40 días estamos confinados en nuestros domicilios. Hace ya más de mes y medio que la enseñanza se está realizando en todos los colegios de nuestro país no en modo presencial sino a distancia. Durante este tiempo estamos viviendo en todos los centros educativos lo que en marketing denominamos un “momento de la verdad”. Esto es, estamos viviendo una circunstancia en la que las familias, los alumnos, el personal, las empresas colaboradoras, la administración y el entorno social en el que desarrollamos nuestra actividad nos está juzgando y valorando, más que nunca, por lo que somos, por lo que hacemos, por como lo hacemos y sobre todo por la razón de ser de nuestra identidad, es decir, por qué lo hacemos

Es, sin duda alguna, en los momentos de dificultad donde los discursos vacíos y poco transparentes se desvanecen a lo más mínimo si no están corroborados por las buenas prácticas. Son estas circunstancias en las que los hechos tienen que ir por delante de las palabras, por bellas y sublimes que estas sean o parezcan, convirtiéndolas en hasta casi innecesarias, ya que los hechos hablan por sí mismos, tanto para lo bueno como para lo malo.

De lo que no cabe duda, es que vivimos una etapa en la que más allá de lo que en lo cotidiano manejamos con maestría, se nos exige creatividad para que, una vez fuera de nuestra zona de confort y en medio de la incertidumbre, mostremos capacidad para saber hacer lo que realmente nos conduce a desarrollar nuestra vocación educadora y alcanzar nuestra misión y objetivos: educar en coherencia con nuestro modelo y proyecto educativo.

Siempre he reclamado, que en un colegio no todo vale y que hagamos lo que hagamos, siempre debemos alinearnos y ser concordes con los fines de nuestro proyecto. Y en estas circunstancias, derivadas del confinamiento y la enseñanza a distancia, también y más que nunca.

Si, ordinariamente, al presentarnos a nosotros mismos decimos querer atender a los más desfavorecidos y necesitados, en ocasiones extraordinarias como estás debemos demostrarlo con nuestros actos, dedicando esfuerzos y medios a quienes más nos necesitan o peor lo están pasando: por haber sido víctimas, por haber sido contagiados, por sufrir un ERTE, por estar en el paro o padecer la brecha digital o social. Si en nuestra publicidad decimos ser cercanos, tenemos que seguir saliendo con empatía al encuentro de familias, alumnos y compañeros, sin olvidar a las nuevas familias que quieren conocernos, superando la distancia social para llegar hasta ellas. Si en nuestra marca o identidad figura como apuesta la innovación o la competencia digital, no encontraremos mejor oportunidad que esta para demostrarlo.

Por muy en casa que estemos, como Instituciones Educativas tenemos que estar cerca de nuestra gente, de los alumnos, de sus familias, de nuestros compañeros de trabajo, de las administraciones educativas, de las empresas colaboradoras, de los titulares de la actividad, etc. Nos necesitamos, pues sólo juntos saldremos adelante.
Por muy en casa que estemos, como educadores, tenemos que llevar a cabo nuestro proyecto, con fidelidad y coherencia, sin renunciar a nuestros objetivos, aunque los medios y herramientas de trabajo, adaptados a las nuevas circunstancias, tengan que ser diferentes.

Por muy en casa que estemos, no podemos esconder nuestra vocación educadora. Tenemos que comunicarla y mostrarla al mundo, invitando a otros a compartirla con nosotros, a construirla juntos, a sentirnos familia de un mismo proyecto, a celebrar nuestros logros y compartir el esfuerzo común en los momentos de dificultad.

Parece obvio decir que esta situación es una magnífica oportunidad para fidelizar familias, para crear y reforzar identidad de marca con el personal de los colegios sintiéndonos equipo, para no dejar de captar nuevas familias que se enamoren de nuestro proyecto, para mostrar que lo que les proponemos se fundamenta con hechos y sobre todo con el ejemplo. Sin duda, estamos viviendo un momento de la verdad, que no se manifiesta tanto en palabras como en hechos y sobre todo con el ejemplo. Ojalá digan de nosotros, merece la pena ser uno de ellos.

Manuel Ángel Maestro, experto en marketing educativo y miembro del Consejo Editorial de ÉXITO EDUCATIVO

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