Hace ya un tiempo, hablábamos en otro artículo de ÉXITO EDUCATIVO sobre las características de las personas PAS (Persona Altamente Sensible) y de la alta probabilidad de encontrarte con “alumnado PAS” en el aula presencial y también virtual.
Comentamos los cuatro pilares básicos sobre los que se sustenta el cómo perciben la información estas personas (E. Aaron, 1990): procesamiento profundo, sobreestimulación, emoción y sutilezas del entorno.
El alumnado altamente sensible engloba a estudiantes que poseen una alta sensibilidad en los planos emocional, social y/o sensorial. Este rasgo, conocido como alta sensibilidad, implica que estos estudiantes sean más receptivos y perciban de manera más intensa los estímulos del entorno, como los sonidos, las luces, o incluso las emociones de quienes los rodean. Esta sensibilidad tiene una base neurológica y, aunque no es un trastorno ni una dificultad de aprendizaje, sino un rasgo de personalidad que afecta a entre el 15 y el 20 % de la población general, sí puede suponer algunos desafíos en el entorno educativo.
A pesar de estos retos, el alumnado altamente sensible aporta una gran riqueza al entorno escolar. Su empatía y capacidad para la reflexión profunda suelen enriquecer las discusiones en el aula, y pueden dar lugar a un ambiente positivo de colaboración y apoyo entre los compañeros.
La alta sensibilidad es una característica valiosa que, con el apoyo adecuado, permite a estos alumnos alcanzar su máximo potencial académico y personal.
¿Qué estrategias podemos trabajar desde el aula? Podemos…
- Promover la empatía y el respeto en el aula, fomentando un ambiente de apoyo emocional y comprensión entre compañeros.
- Crear un ambiente de calma y seguridad, ya que los espacios tranquilos y organizados favorecen el aprendizaje de manera constructiva.
- Ofrecer siempre que se pueda, oportunidades para reflexionar. Tener tiempo extra beneficia a estos estudiantes mucho para poder procesar información y compartir sus ideas.
- Establecer rutinas claras: las personas altamente sensibles suelen beneficiarse de rutinas que pueden controlar, ya que los cambios abruptos o la incertidumbre pueden causarles ansiedad. Incluir avisos previos ante actividades nuevas o cambios en la dinámica del aula puede hacer que se sientan más cómodos.
- Enseñar técnicas de regulación emocional: prácticas como el Mindfulness o algunas técnicas de relajación básicas les pueden ayudar a gestionar la ansiedad que puede provocar este rasgo, especialmente en momentos de sobrecarga emocional intensa.
- Facilitar tiempos de descanso: los mini-descansos les ayudan a recuperar su energía y evitarán el agotamiento de tus alumnos PAS.
La presencia del rasgo de la alta sensibilidad en alumnos con TDA/H (Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad) y TEA (Trastorno del Espectro Autista) puede intensificar ciertas características de estos trastornos y requerir estrategias educativas específicas. Cada una de estas condiciones -alta sensibilidad, TDAH y TEA- influye de una manera particular en la percepción, la gestión emocional y la forma de relacionarse con el entorno. También en alumnos que sufren cualquier otro tipo de trastorno agudo o crónico tales como alteraciones del estado de ánimo – ansiedad, depresión o trastorno bipolar entre otros.
De todo ello hablaremos en el siguiente artículo.
Por Zara Casañ García, psicóloga sanitaria, especializada en Alta Sensibilidad y docente universitaria zarapsicologia@gmail.com