El pasado 20 de abril la Fundación COTEC presentó un documento técnico de análisis de la situación educativa derivada de la emergencia sanitaria por el virus Covid-19. El informe Covid-19 y Educación: problemas, respuestas y escenarios agrupa en seis categorías las medidas que recomienda adoptar en función de cada escenario. Estas seis categorías son: ajuste curricular, orientaciones sobre la evaluación final, programas de refuerzo, ajustes del calendario escolar, provisión de recursos, así como medidas de contingencia sanitarias y preventivas para anticiparse a nuevos posibles cierres de los centros relacionados con la pandemia.
Para analizar las propuestas hemos consultado con Julián Martín, experto en tecnología educativa y responsable de la sección ‘Qué tecnología para qué educación’ para que nos haga una valoración sobre las propuestas más importantes.
Currículo
Algo que se está viendo recientemente es que en algunos de los países más destacados en los informes PISA tienen currículos más cortos pero más profundos. España destaca por tener un currículo más extenso. Seguramente pueda ser una buena práctica hacer algún tipo de ajuste por parte de los centros educativos para terminar el curso priorizando los contenidos vinculados con la adquisición de competencias clave de cada etapa. En cuanto a que la administración pueda llevar a cabo algún tipo de reformulación curricular es una medida más compleja, y si se llevara a cabo podría llevar a confusión. Es un punto a considerar más a medio plazo y no como una cuestión de emergencia o urgencia.
Evaluación
El documento establece una serie de propuestas, que no entraremos a valorar por resultar demasiado técnicas y lejos de nuestro ámbito particular de especialización. Solamente destacaremos, como ya hemos hecho en algún artículo, que será necesaria una gran evaluación diagnóstica al comienzo del curso 2020-21 sobre las necesidades de cada estudiante.
Programas específicos
El documento de COTEC establece varias propuestas. La primera es la de una escuela de verano, algo que parece descartarse por el Gobierno, sobre todo en la modalidad global (para todos los estudiantes); parece quizá poder abrirse la puerta a programas de refuerzo voluntarios y con grupos reducidos en los cursos de final de etapa en Secundaria o Bachillerato (no así en 6º de Primaria).
Lo que sí se debería activar serían programas de centro de refuerzo académico para el curso 2020-21, organizados en función de la autonomía de cada escuela, y sobre todo planes específicos de la administración educativa contra el fracaso escolar y el abandono educativo temprano. Este segundo punto a nuestro juicio va a ser fundamental en el curso que viene y ya le dedicamos un artículo específico en nuestra sección de ‘Qué tecnología para qué educación’.
Provisión de recursos
El documento presenta varias propuestas. Una red de voluntariado educativo puede resultar útil, aunque nos surgen dudas sobre su valor real al desconocer qué alcance podría tener esta medida.
El diseño de materiales didácticos ad hoc puede ser buena idea, aunque ya hay muchas propuestas disponibles, y no parece una prioridad: ¿para qué “inventar la rueda” cuando ya está inventada?
Además de estos puntos, se ofrecen otros relacionados con el préstamo de dispositivos tecnológicos, entrega a domicilio de equipamiento y materiales y protocolo de seguimiento para alumnado desconectado. Este punto sí que nos parece imprescindible para asegurar que todos los estudiantes pueden acceder a una educación digital. A ello también hemos dedicado un artículo específico en nuestra sección. La educación digital ya no es un elemento de innovación, sino que se ha convertido en un requisito imprescindible, hasta el punto de que la UNESCO está proponiendo revisar el OBJETIVO DE DESARROLLO SOSTENIBLE 4 de «garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa y promover oportunidades de aprendizaje» para incluir el efecto Post-COVID con la adquisición de habilidades para educación online.
En este caso creo que la memoria económica del documento se ha quedado corta, porque establecen dos cantidades para que los centros educativos puedan repartir entre los estudiantes, y la medida económica debería ser no para los centros sino directamente para los estudiantes.
Establecimiento de medidas sanitarias y educativas anticipatorias y preventivas
Aquí el documento establece varios tipos de medidas bastante heterogéneas. Por un lado, un Plan de digitalización, tanto a nivel de centro como a nivel de Administración. Las medidas a nivel de centro nos parecen correctas y adecuadas, pero las que se proponen a nivel de Administración educativa pensamos que se quedan cortas y el esfuerzo debería ser mayor.
Los protocolos preventivos sociosanitarios y procesos de desescalada educativa parecen adecuados para conseguir la higiene necesaria. También en general el plan educativo de prevención ante emergencias sanitarias, aunque la idea sería tratar todas las medidas a tomar teniendo en cuenta que una emergencia sanitaria es probable que pueda repetirse, por lo que ya no tendría sentido hablar de emergencia hipotética sino de “nueva normalidad”, como está siendo definida. Por eso las medidas más importantes, sobre todo referidas a la provisión de recursos, ya no tendrán un carácter coyuntural sino que deberán ser estructurales.
Por último, la recogida de datos y las simulaciones estadísticas son medidas que nos parecen interesantes para poder llevar a cabo políticas educativas bien informadas.